El Palacio de Congresos, el edificio que representó a Badajoz en el MOMA
El inmueble levantado en el solar de la antigua plaza de toros es un símbolo de la concordia y de la modernidad
Badajoz entró en el museo de arte moderno (MOMA) de Nueva York hace ahora 18 años gracias al Palacio de Congresos, el ... edificio que esta semana ha sido elegido por la Consejería de Sanidad para albergar de forma provisional el centro de salud de Los Pinos.
La maqueta del Palacio de Congresos estuvo expuesta en 2006 como uno de los 53 edificios más representativos de España de los últimos treinta años. Bajo el título 'On- Site: New Architecture in Spain', la muestra reseñó los acontecimientos arquitectónicos más novedosos de los primeros años de este siglo. Se pudo ver junto al Museo Reina Sofía de Arte Contemporáneo de Madrid, la terminal de Madrid-Barajas y la torre Agbar de Barcelona.
Esta elección «sitúa a Extremadura en la élite arquitectura contemporánea internacional», dejó escrito el entonces presidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, en el suplemento de 22 páginas que HOY publicó con motivo de la inauguración del edificio en abril de 2006. «Nos encontramos ante un edificio con una gran carga simbólica, que representa la unión entre las vanguardias arquitectónicas y la recuperación del patrimonio histórico».
Tanto Ibarra como el que era alcalde de la ciudad, Miguel Celdrán, destacaron entonces el «símbolo de progreso» que supuso construir este edificio sobre las ruinas de la plaza de toros, que seguía siendo «el símbolo del dolor que producen la barbarie, el despotismo y la sinrazón».
El palacio recuerda, en el hall de la planta subterránea, los sucesos de la Guerra Civil que convirtieron la plaza de toros en un lugar doloroso para la ciudad. Aquello «fue un centro de detención y de ocasional fusilamiento de los enemigos del nuevo orden impuesto por las autoridades militares» en 1936, escribió el historiador Enrique Moradiellos en HOY.
Por eso se quiso crear ahí, en el baluarte de San Roque, un edificio «funcional, moderno, con un diseño vanguardista y rompedor que aportara a la ciudad un elemento más de desarrollo» con un uso cultural y empresarial.
Se levantó, de hecho, un diseño simbólico y moderno. Se convocó un concurso de ideas con un jurado de profesionales de reconocido prestigio que seleccionó la propuesta de José Selgas y Lucía Cano. Estos tienen proyectos por todo el mundo y también firmaron años después el Palacio de Congresos de Plasencia.
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Su diseño se desarrolló en 17.519 metros cuadrados y cinco plantas. Su altura es de 213 metros, aunque nueve están bajo rasante.
La sala central, el auditorio, se hizo circular como un recordatorio a la plaza de toros. Pero esto también supuso una dificultad para el estudio acústico. A esto se le prestó espacial atención porque se le quería dar un uso polivalente para música, teatro, ópera y congresos con el mayor aforo de la ciudad. Tiene 1.050 asientos y solo está superado por la plaza de toros actual, que tiene 13.000 localidades. Aún así, el auditorio central tiene 200 butacas más que el teatro López de Ayala (752).
Para que realmente cumpliera su función, el estudio acústico se encargó a Higini Arau, que ya había recibido varios premios de investigación y diseño. En su curriculum estaba el estudio para el auditorio de Barcelona 'L'Auditori' y el Palau de la Música Catalana. Al palacio de Badajoz le incorporó una cámara acústica desmontable para las actuaciones musicales con el objetivo de que «en la última fila los espectadores oigan tan bien como en la primera». Esta su sustituiría en teatros y congresos por «una caja de actuación formada por los decorados y bambalinas».
La vanguardia que se quiso transmitir también se trasladó a la fachada, para la que usaron materiales reforzados con fibra de vidrio. En el edificio «cobran mucha importancia los materiales. No es el choque de piedra contra piedra, sino el diálogo entre piedra con materiales como el poliéster o metacrilato», decía en HOY el entonces consejero de Cultura, Francisco Muñoz.
Los que aún hoy, casi dos décadas después de su inauguración, se sientan en el auditorio, se sorprenden por las butacas. Son obra de Monica Förster, una de las más reputadas diseñadoras suecas con sede en Estocolmo. «Las butacas reflejan la asimetría del cuerpo al sentarse, que no siempre se encuentra de la misma forma. Al plegarse tan solo ocupan 41 centímetros, lo que permite que se incluyan un mayor número de estas en el auditorio», explicaron en su día.
Levantar este edificio costó casi 10 millones de euros y llevó cinco años. El Ayuntamiento concedió a la Junta la licencia de obras en 2001 y el recinto se inauguró en 2006. Durante aquellos años se vio la conversión de una plaza de toros que dejó de serlo 1966 y que se utilizó como depósito de vehículos durante años, en un edificio moderno y simbólico, que ahora convertirá una parte en centro de salud.
Las salas acristaladas de la planta baja se dividirán para acoger las consultas
El centro de salud de Los Pinos ocupará 1.400 metros cuadrados de los 17.519 de ocupa el Palacio de Congresos. Se extenderá por el «anillo acristalado» que rodea el auditorio, en la planta baja, y lo hará de forma provisional mientras la Junta rehabilita su mitad del Hospital Provincial para este centro de salud y la Escuela Oficial de Idiomas. Está previsto que las obras terminen en 2029.
El edificio conservará el uso cultural del auditorio, del recibidor y de la sala azul (la de seminarios). Los distintos horarios y los accesos independientes hacen defender a la Junta que los dos usos no se interferirán.
La adaptación de esa planta baja se llevará a cabo este verano para que los médicos puedan atender allí a los pacientes en 2026, tras una inversión de dos millones de euros que dependen de los presupuestos de la Junta para este año. Según la consejera, Sara García-Espada, las obras consistirán en dividir el espacio y se harán de forma que puedan revertirlas cuando se marchen. El compromiso, insistió, consiste en dejar las salas tal y como están en la actualidad.
El complejo dispone de seis habitaciones (cuatro miden entre los 29 y los 195 metros cuadrados, otra para exposiciones de 536 metros y una más destinada inicialmente a cafetería que se extiende en 281 metros).
Fue la sala de mayores dimensiones, la de 536 metros cuadrados, la que se convirtió en punto de vacunación durante lo peor de la pandemia en 2020 y 2021. Ese uso sanitario provisional de las dependencias puede haber hecho pensar a la Consejería de Sanidad en esas salas como centro de salud provisional ante la urgencia de dar una solución a Los Pinos.
Las primeras grietas aparecieron en este otro edificio en 2018 y el riesgo se ha acentuado desde entonces hasta el punto de que no permiten aparcar dentro a los trabajadores por el peligro de desprendimiento de la fachada.
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