Suceso en Badajoz
Un okupa del José Pache se enfrenta a 24 años de cárcel por tratar de matar a dos compañerosEl juicio por el incendio provocado en diciembre de 2023 se celebra la semana que viene en la Audiencia Provincial de Badajoz
El ladrido de un perro despertó a uno de los okupas del José Pache que fue capaz de abrirse paso entre el mobiliario en llamas ... y arrastrar a su compañero inconsciente para salvarle la vida. Estos hechos, que pudieron acabar con dos fallecidos, ocurrieron en diciembre de 2023 en el estadio abandonado y se juzgarán la semana que viene en la Audiencia Provincial. La Fiscalía mantiene que el incendio en el que estuvieron a punto de morir dos personas fue provocado por un tercer okupa para el que piden 24 años de cárcel por dos intentos de asesinato.
El escrito de acusación señala que M. A. R. A., que vivía en uno de las estancias del José Pache, usó un mechero para prender fuego al colchón que se usaba en otra estancia a modo de puerta «teniendo pleno conocimiento de que allí residían» dos personas. Fue sobre las 23.30 horas del 10 de diciembre de 2023.
En el interior estaba durmiendo uno de sus compañeros, A. P. P. El segundo residente de esa habitación, A. C. G. observó desde fuera como el acusado había incendiado el colchón, procedió a apagar el fuego y, tras entrar en la habitación, volvió a colocar este enser a modo de cierre. Transcurrido un tiempo indeterminado, según el Ministerio Público, el fuego se reavivó. Los dos okupas que vivían en la habitación se habían quedado dormidos y la estancia se fue llenando de humo.
Fue entonces cuando un perro despertó a A. C. G. que se dio cuenta de que su vida y la de su compañero de habitación corrían peligro. Este vecino trató de salir, pero no era capaz. Según la Fiscalía el acusado había colocado sillas y puertas para apuntalar el colchón e impedir, «con propósito de acabar con sus vidas, la salida de aquellos».
A. C. G., sin embargo, fue capaz de romper los elementos que bloqueaban el colchón y abrirse paso entre las llamas. También arrastró fuera a su compañero que finalmente fue rescatado por los bomberos que llegaron al antiguo estadio de fútbol.
Víctimas con graves secuelas
Ambos afectados sufrieron heridas importantes y tuvieron que ser trasladados al Hospital de Getafe, especializado en quemados. El que estaba consciente y sacó a su compañero sufrió quemaduras de primer y segundo grado en la cara, el brazo y antebrazo derechos, las manos, el tórax y la espalda además de intoxicación por humo. Necesitó 140 días para curarse y sufre secuelas. Una de sus manos se ha quedado en garra, es decir, ha perdido movilidad. El segundo sufrió quemaduras de segundo grado en la cara, el cuello y las manos. El 12% de la superficie de su piel resultó quemada, tardó 38 días en recuperarse y sufre secuelas estéticas y funcionales.
El escrito de acusación también destaca que M.A.R.A., el acusado, presenta un trastorno por consumo de sustancias estupefacientes que se ha alargado durante años. También tiene trastorno explosivo intermitente y trastorno de personalidad mixto. «Presenta, además, una gran dificultad para aceptar normas sociales, resultando vulnerable a estados de desequilibro mental y con conductas que ponen en riesgo su persona y su entorno social», indica el Ministerio Público.
Los hechos, según el fiscal, son constitutivos de dos delitos de as
esinato en grado de tentativa y con un delito de incendio. Por ello pide 24 años de cárcel, seis más de alejamiento de los afectados cuando termine su periodo de internamiento y seis de libertad vigilada.
Además la Fiscalía le reclama que indemnice a los perjudicados con casi 80.000 euros. Para A. C. G. pide 12.150 euros por las lesiones, 15.000 euros por las secuelas, 35.000 por el perjuicio estético y 6.000 por el daño moral. Para A. P. P. solicita 3.875 euros por las lesiones y 6.000 por el daño moral.
La defensa del procesado, que ostenta el letrado Ildefonso Seller, sin embargo, pide la absolución del acusado que asegura que el relato de la Fiscalía no se corresponde con la realidad. Reconoce, eso sí, que existía una «profunda enemistad» entre los tres implicados, debido a los que M. A. R. A. denomina como «envidia».
El escrito de la defensa destaca que, además de los trastornos reconocidos por el Ministerio Público, este hombre resulta vulnerable a estados de desequilibro mental y con conductas que ponen en riesgo su persona y su entorno social. También añaden que padece una discapacidad intelectual, trastorno de control de impulsos y trastorno por consumo de sustancias.
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