El artista local Luis Costillo llena de libros y reflexiones el Meiac con 'Fahrenheit'
Invita al público a que suba hasta la muestra como el que va a una biblioteca, que se detengan a leer y pensar
A. GILGADO
BADAJOZ.
Sábado, 29 de septiembre 2018
Luis Costillo empezó hace diez años componer libros cogiendo textos propios o de otros autores y sumarle imágenes con ilustraciones. Expresión artística paginada. Acumuló material y en Granada le llamaron para que lo mostrara. Le pidieron un título para promocionarlo y se le vino a la cabeza la novela de Ray Bradbury. 'Fahrenheit 451' transcurre en una sociedad imaginada en la que los libros están prohibidos y los bomberos se dedican a quemar los que se van encontrando. 451 es la temperatura de la escala Fahrenheit a la que el papel se inflama y arde. Ante una sociedad imaginaria que aniquila conocimiento, Costillo ideó un universo propio lleno de volúmenes únicos y originales. Partió de la ciencia ficción para alumbrar un mundo tangible que se puede conocer hasta el finales de noviembre en la segunda planta del Meiac.
En el 'Farenheit' que llega al Meiac, Costillo ha recopilado desde creaciones de 2005 hasta las de hace dos días. Sus preocupaciones, cuenta, no cambian. Le ha dado forma gracias a la colaboración de Lara Infantes, que ha estado más de un mes catalogando ejemplares y José Ángel Torres, que ejerce de comisario.
Costillo recomienda que el público suba a la sala del Meiac como el que va a una biblioteca. Han puesto hasta sillas en el recinto circular para sentarse y revisar cada página con tranquilidad. Más de cien libros acompañados por cajas, 'performances' o instalaciones que recrean como si fueran salas de lecturas de diferentes temáticas.
«Hay ideas como la violencia estúpida o la muerte sobre la que uno siempre vuelve»
A Costillo le interesa que la gente se detenga en la violencia estúpida, en el abuso de poder o en la deshumanización de las ciudades por el urbanismo irracional. Y hasta se atreve con la muerte. «Se puede dialogar con la muerte seriamente y bromear seriamente con ella», explica. No oculta la recurrencia sobre algunos temas. No se puede abarca la violencia o el abuso de poder con una sola obra, por eso vuelve sobre las heridas que dejan dictadores, abusadores o caudillos.
Sus encuadernaciones parten de imágenes y referencias propias, a las que acompaña textos cortos con letras impresas de distinta tipografía. Costillo defiende la persistencia de la memoria en los libros, por eso adoptó este formato como expresión artística. El contenido, aclara, se convierte igualmente en el continente.
En la serie 'Babel' ha recopilados obras que relacionan los edificios y juega con el concepto de fusión y confusión que envuelve a todas las ciudades. También expone la correspondencia artística que mantuvo durante años con el artista Domingo Frades. Luis le mandaba papeles en blanco para que Domingo iniciara una ilustración, se la reenviaba y continuaba sobre el trabajo iniciado. Ahora saca a la luz el resultado de esa relación artística tan prolífica que se prolongó durante años, hasta la muerte de Domingo Frades en 2009.
El logotipo del propio Meiac guía en una instalación donde aborda su particular visión de la cultura y del arte contemporáneo. Costillo critica las expansión con sucursales y franquicias que los grandes museos abren por todo el mundo al estilo del Guggenheim en Bilbao o el Hermitage y el Pompidou en Málaga. «Se nota la voracidad de los fondos de inversión internacionales para comprar obras que lleguen a estas sucursales. El arte actual está muy vinculado a los mercados bursátiles y ahora lo que un crítico escriba tiene consecuencia en la bolsas».
Costillo salpica con especial acidez su percepción de la historia. Lenin, Marx y Engels le dan para un juego del tres en raya y sobre la pared ha desplegado una serie de fotografías de jefes de estado con máscaras de la mitologías africana.
Es su forma de pedir atención sobre la Conferencia de Berlín. Entre 1884 y principios de 1885 se fueron sucediendo en la capital alemana las reuniones de los líderes europeos para el reparto de África.
Colonialismo
Hubo un empeño unánime de ir sumando países afiliados que dieran más legitimidad al reparto. Pero en ningún momento, critica el autor, hubo ni la más mínima intención de representar a los africanos, los principales afectados de este proceso histórico. Para reparar ese olvido, Bismarck y el resto de mandatarios aparecen irreconocibles bajo las máscaras tribales de algunos países que dominaron. «Coincidió que yo estaba leyendo varios libros de antropología africana y que me encontré con una amiga que se había ido a vivir a África. Fue una forma de cruzarlo».
Otra instalación destacada es el libro mural que ha desplegado sobre la pared con fotos de conocidos suyos esposados de espalda y de frente. A la colección de imágenes le siguen párrafos de 'Crimen y castigo' de Dostoyevski.
Incluso él mismo se ha convertido en una pieza artística. Ha colgado una serie de autoretratos a partir del libro de la novela 'Yo robot', de Asimov. Otra vez recurre a la ciencia ficción para entender el mundo real. Costillo se a si mismo como los personajes de los relatos del libro.
En la inauguración del viernes estuvo acompañado por muchos artistas y seguidores de su obra en Badajoz. No es la primera vez que expone en el Meiac, ya estuvo en este mismo recinto hace años con una instalación basada en la silla de Vincent van Gogh. Ha sido igualmente colaborador habitual de trabajos colectivos que se han propuesto en el Meiac.