La lluvia revela fallos en el drenaje del corredor verde de Badajoz, que necesitará otra obra

Cuando llueve, esta pradera se inunda y el Ayuntamiento de Badajoz va a tener que realizar una nueva obra para reparar estas deficiencias.

Los charcos han sido un problema en esta obra desde su inauguración. El sistema de riego ya provocaba que el césped de encharcase y había zonas, especialmente cerca de la muralla, hacia el parque de los sitios, que eran un barrizal impracticable.

Las fuertes precipitaciones de la última semana han desvelado un problema más grave: la pradera acumula mucha agua. De hecho, el jueves pasado prácticamente todo el césped estaba bajo el agua, incluidos los caminos.

«Se inundó completamente porque llovió muy fuerte, pero el problema es que el agua no se va, no se filtra. Hace ya una semana que hay balsas que no desaparecen. La zona donde ya ha bajado el nivel del agua es un barrizal», se lamenta Morales.

Desde el Ayuntamiento de Badajoz indican que ya están trabajando para solucionar esta deficiencia. Detallan que han visitado la obra con responsables de la empresa que realizó la reforma para ver 'in situ' los puntos más problemáticos. Tras esta revisión han constatado que el fallo está en el drenaje en distintas zonas del corredor verde. «Se ha valorado realizar obras de drenaje en el camino que da acceso a la escalera y en otros puntos donde se han advertido deficiencias», aseguran desde el Consistorio pacense.

Los responsables municipales apuntan a que la nueva reforma podría comenzar la semana que viene, una vez que paren las precipitaciones. La Agencia Estatal de Meteorología prevé lluvias, al menos, hasta el próximo domingo 29 de octubre.

La construcción del corredor verde ha supuesto una inversión de 2,7 millones de euros, de los cuales 1,7 millones proceden de los fondos europeos Edusi y el otro millón ha sido financiado por los fondos propios del Ayuntamiento. Además del arreglo del sistema de drenaje, hay pendiente la colocación de mobiliario urbano. En concreto, se colocarán bancos en distintos puntos.

Para los usuarios las inundaciones son un problema grave. «Nos juntamos muchos vecinos paseando, ya empiezas a conocer las caras de los habituales, pero yo vengo con mi perro y debe tener cuidado porque puede salir empapado y lleno de barro», se lamenta Inés Bardají, vecina del Casco Antiguo que suele sacar por esta zona a Lucas, su mascota.

José María Gómez también es un usuario habitual. «El otro día iba distraído y metí el pie en el barro. Este fin de semana no se podía caminar por ninguna parte porque la inundación había llegado hasta los caminos, todo era una enorme balsa de agua», añade este residente del barrio de Pardaleras.