«Las jaulas ofrecen una solución a corto plazo, pero no arreglan el problema de las palomas de raíz»

Albarrán señala que no se trata de aves autóctonas ni silvestres, sino que son una especie doméstica procedente de Asia que se han ido multiplicando por la ausencia de un depredador natural. La cantidad de alimento que encuentran en las ciudades y la posibilidad de encontrar nichos donde proliferar son dos de los motivos que explican la colonización de las ciudades.

Pero, advierte, las jaulas son solo una forma de reducir la población que puede causar otros problemas. Por ejemplo, que especies autóctonas también caigan en la trampa, como los gorriones.

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Además, Albarrán advierte: «Las palomas son muy inteligentes y pueden aprender en seguida a no caer en las trampas». Ese es otro factor por el que cree que no será una solución definitiva, aunque también señala que los resultados que ofrecen estas trampas son tan rápidos y visibles que suelen ser los más usados.

Otras formas de luchar contra ellas consisten en sellar los huecos de los edificios, limpiar las calles de forma constante y advertir que no se debe alimentar a las palomas. La educación pública es otra forma de luchar contra ellas.

Se puede hacer también programas de esterilización para que no dejen de reproducirse o acudir a la cetrería para que aves de mayores dimensiones las ahuyenten sin hacerles daño.