La incapacidad mental del acusado del doble crimen de Los Santos, clave en el juicio
Su abogado recuerda que en un juicio anterior por atentado a agentes de la autoridad se le consideró semiimputable por la alteración mental que presenta
El juicio por el doble fratricidio de Los Santos de Maimona tiene lugar después de que el acusado por estos hechos haya sido juzgado con anterioridad del atentado a agentes de la autoridad que cometió antes de ser detenido.
Ese primer hecho tuvo lugar cuando amenazó a los agentes con un palo y una horca para evitar que entraran en la casa, y desembocó en una condena en la que se le aplicó la eximente incompleta de anomalía o alteración psíquica. «Rafael no es plenamente capaz de cometer esos delitos», afirma el abogado defensor, Gumersindo González Bernáldez, tras recordar el contenido de ese fallo judicial.
Explica este letrado que por ese delito de atentado Rafael fue condenado a dos meses multa, aunque no es ese detalle al que da más valor, sino a la valoración que se hizo de su discapacidad intelectual. «Rafael no cometió los asesinatos de sus dos hermanos. Es cierto que fallecieron, pero no a manos de Rafael, no en esos términos», insistió.
Frente a esa postura se situó Elisa Sánchez, la fiscal que representa al Ministerio Público en este caso. Dijo en primer lugar que cuando ocurrieron los hechos Rafael era una persona sana y fuerte, muy distinta a la que este lunes subió al estrado con la ayuda de un andador.
Y recordó que aunque en el juicio por atentado a agentes de la autoridad fue considerado semiimputable, «el médico forense dijo que aunque tiene una ligera discapacidad intelectual, sabía perfectamente lo que hacía».
Cree la fiscal que al terminar el juicio que se celebra esta semana quedará claro que aunque Rafael fue considerado semiimputable en el delito de atentado, será declarado imputable en la muerte de sus hermanos.
En todo caso, deben ser los forenses que se entrevistaron con el acusado los que aporten este martes sus conclusiones en una vista en la que también han sido citados los agentes de la Guardia Civil y los policías locales que investigaron la desaparición de sus hermanos y que procedieron a su detención.
Fueron ellos quienes comprobaron que los cadáveres de Antonio y Francisco se encontraban ocultos en una habitación de la casa que tenía tapada la puerta con una cocina portátil y un cartón. «Esa es la única habitación en la que no entré, porque creía que no estaban allí», explicó ayer Rafael, quien dijo que había colocado ese cartón delante de la puerta «para evitar que saltara la flama de la sartén».
Ese detalle, el del cartón y la cocina delante de la puerta, es interpretado por la acusación pública como una prueba de que «lejos de arrepentirse» por lo que había hecho «intentó que no se descubriera» la muerte de sus hermanos.