El acusado de matar a sus dos hermanos en Los Santos dice que vio a unos desconocidos
La Fiscalía pide 48 años de cárcel y asegura que la ligera discapacidad intelectual que padece no le impedía conocer el alcance de lo que hacía
Dicen los vecinos de la calle San Cristóbal que Rafael, Antonio y Francisco Ortiz Román acostumbraban a discutir. Hablan incluso de que el día que murieron Antonio y Francisco se escuchó una discusión en el interior de la casa de Los Santos de Maimona (Badajoz) en la que residían estos tres hermanos.
Pero Rafael, que lleva más de tres años en prisión preventiva como supuesto responsable del asesinato de sus hermanos, ha dicho este lunes que él no sabía que sus hermanos estaban muertos en una habitación de la casa, ni quiénes eran los desconocidos a los que asegura que vio salir la casa y montarse en una furgoneta. «Yo me 'jarté' de buscar a mis hermanos en las calles y en los bares, pero no los encontré. Es como buscar una aguja en un pajar. En esa habitación es en la única que no entré».
«Yo ese día venía del corralón de echarle de comer a los perros cuando vi a cuatro o cinco hombres con máscaras negras, con mascarillas. Salieron zumbando en una furgoneta grande. ¿Yo qué iba a hacer?», se preguntó.
Pocos detalles más ofreció mientras declaraba en la Audiencia Provincial de Badajoz como supuesto responsable de las muerte de sus dos hermanos mayores: uno tenía varios golpes en la cabeza, el otro apareció asfixiado. Los investigadores creen que les quitó la vida el 2 de mayo de 2021, pero los cadáveres no fueron localizados hasta cinco días después.
Tras escuchar ese relato de Rafael, la fiscal que lleva el caso le preguntó por el dinero que fue hallado en bolsas en el interior de la casa. El procesado aseguró que se era del dinero de su padre y que él lo sacó del banco cuando murió. «Todo el dinero que había en la casa era mío, mis hermanos tenían su dinero en las cartillas del banco».
Esa pregunta es importante porque la Fiscalía pide que, en caso de ser condenado, indemnice con 36.000 euros a cada uno de los dos hijos que tenía uno de sus hermanos asesinados.
Poco más de interés ha contado al Ministerio Fiscal, que lleva la acusación pública, y Gumersindo González Bernáldez, el abogado de la defensa.
La fiscal ya adelantó al comienzo del juicio que a Rafael Ortiz Román (tenía 60 años cuando ocurrieron los hechos) lo considera culpable de dos delitos de asesinato para los que pide un total de 48 años de prisión. Quiere que se le aplique la agravante de parentesco.
A ello añade otro detalle del que se hablará en la vista: cree que es imputable porque «aunque tiene una ligera discapacidad intelectual sabía perfectamente lo que hacía».
Frente a ella se sitúa la defensa, que en su intervención inicial no ahondó en las razones por las que rechaza de plano las acusaciones que pesan contra su representado y para quien pide su absolución. Defiende por tanto que él no los mató.
El abogado de la defensa ha alegado que el acusado tiene una discapacidad intelectual moderada y una alteración conductual: «No es una familia bien estructurada, vivían solos desde la muerte de sus padres. En la casa había discusiones».
El juicio ha comenzado este lunes y continuará este martes, 29 de octubre, con las testificales de los policías locales y guardias civiles que entraron en la casa y analizaron el escenario del crimen. También ofrecerán los forenses sus conclusiones sobre lo sucedido y el estado mental del procesado.