La Guardia Civil busca el laboratorio que iba a separar la cocaína de las especias

Esa sustancia fue detectada por los perros antidroga en los controles que se realizan en el Aeropuerto Adolfo Suárez de Madrid, pero los agentes no la intervinieron en ese momento sino que esperaron a que llegase a su destino. Para ello, pidieron una autorización en un juzgado madrileño que les autorizó realizar una entrega controlada.

Con ese documento judicial el camión inició el trayecto a Badajoz, conducido por el chófer que iba a realizar el traslado, que penetró en la nave tal y como estaba previsto. Fuera permanecieron los agentes, que una vez realizada la descarga irrumpieron por sorpresa en la nave.

Eso ocurrió el 26 de abril y desde entonces los 1.800 kilos de condimentos alimentarios quedaron intervenidos. Además, fueron incautados los ordenadores y los teléfonos móviles de las personas que se encontraban en la nave.

Explica José Duarte, el abogado que defiende al propietario de la empresa que recibió el cargamento, que su colaboración con la investigación fue total desde el inicio y que se puso a disposición de la Guardia Civil. «Obviamente él no tiene nada que ver con la droga», asegura este letrado.

La jueza de instrucción no opina del mismo modo y de forma automática decretó su ingreso en prisión.

Fuentes próximas al caso han indicado que tras la incautación de la droga fueron puestos a disposición judicial tanto el dueño de la empresa de transportes como sus dos empleados. Los tres fueron conducidos al Juzgado de Instrucción número 4 de Badajoz, que decretó el ingreso en prisión del empresario. Esa medida ha estado en vigor durante varios meses pero en estos momentos el principal procesado por estos hechos ya se encuentra en libertad con cargos tras pagar una fianza de 40.000 euros.

Junto al empresario, también ingresó en prisión una mujer de nacionalidad colombiana que es hija del empresario que envió la droga desde ese país. Esta mujer intentó salir de España después de producirse la incautación de la droga y el juzgado determinó que debía ingresar en la cárcel para evitar el riesgo de fuga.

El cuarto investigado es el comercial que puso en contacto a la empresa colombiana con la de transportes de Badajoz. Se le tomó declaración en el juzgado de instrucción y también quedó en libertad con cargos.

Por lo que ha trascendido hasta ahora, la droga había sido mezclada con especias que viajaron por vía aérea desde Colombia hasta Madrid. El producto iba en botes de mediano tamaño que contenían pimentón, tomillo y sobre todo cúrcuma, una especia de color anaranjado que tradicionalmente se usaba en las gastronomía india para condimentar el arroz y la carne pero que en la actualidad se utiliza en todo el mundo, también en España, donde tiene una gran demanda.

Creen los investigadores que la elección de estas especias no es causal y que responde al deseo de los narcotraficantes de ocultar con su fuerte olor el característico aroma que desprende la cocaína. De ese modo intentaban engañar al olfato de los perros.

Ese era el objetivo, pero no lo consiguieron y los investigadores comprobaron que las especias daban positivo en los test que utiliza la Guardia Civil para detectar droga de forma rápida.

Esa prueba indiciaria era contundente y justificó el ingreso en prisión del empresario de transportes. Sin embargo, el análisis de contraste debía ser realizado en los laboratorios de toxicología que la Guardia Civil tiene en Sevilla, donde se ha confirmado hace pocos días que las especias estaban mezcladas con cocaína. Ha sido entonces cuando la Guardia Civil ha informado de una operación que sigue abierta.

El objetivo ahora es localizar el laboratorio en el que iba a ser procesada la droga. De momento se desconoce si estaba en Extremadura, en cuyo caso se confirmaría que la droga no estaba de paso.