Las Descalzas viaja al siglo XVIII gracias a la música

Los asistentes pudieron disfrutar de la música que emanó del violín y del clave tocados por Gandía e Ibarra, en el concierto de música barroca que se celebró en el marco del XXVIII Festival de Música Sacra y Antigua. El evento estuvo organizado por la Sociedad Filarmónica de la ciudad y patrocinado por la Diputación de Badajoz. Este ciclo se celebra desde el 15 de septiembre hasta el 1 de octubre.

El concierto llamado 'Los gustos reunidos: sonatas barrocas para violín y clave' aunó el estilo italiano con el francés, que son las grandes influencias de Bach. El repertorio completo tuvo a aquel músico como eje.

Más allá del legado del alemán, los asistentes pudieron disfrutar de piezas para violín y clave de Bonporti y Couperin. Entre las obras que interpretaron, destacó el concierto real número 7 en sol menor de François Couperin y la suite para clave en re menor de Louis Couperin.

«Con estos conciertos, quienes no sepan de música clásica pueden pasar un buen momento y los perfiles que tengan un mayor conocimiento musical también quedarán satisfechos con la inclusión del Bonporti o Louis Couperin en el repertorio», explica Gandía a HOY. Al tratarse de piezas menos conocidas, aquellos asistentes con mayor formación musical también podrán disfrutar del concierto más allá de su belleza estilística.

Es el caso de David Montes, socio de la Filarmónica de Badajoz que, tras disfrutar de la última interpretación de Gandía en la ciudad, no dudó en acudir de nuevo: «El concierto de San Andrés fue una maravilla y quería volver a disfrutar de su música», explica.

El Convento de las Descalzas estaba a rebosar, al igual que la Iglesia de San Andrés el día anterior. En ambos templos algunos de los asistentes tuvieron que disfrutar del espectáculo de pie, e incluso esperar para entrar una vez esperado. El público, muy heterogéneo, disfrutó del espectáculo que este dúo brindó a la ciudad.

«Vienen perfiles a disfrutar de la música de una manera más amateur, pero también acuden personas bastante eruditas y que cuando comentan con nosotros saben muy bien de lo que están hablando», explicó el artista.

Miguel Ángel Cortés, estudiante del Conservatorio Superior de Música, acude periódicamente a este tipo de conciertos por «la importancia de la difusión de estos estilos musicales que no son tan comunes» y de los que es gran seguidor. «Con estos festivales se hace una gran labor para que todos los músicos o melómanos puedan conocer nueva música y disfrutar de esos conciertos tan exquisitos», comenta el estudiante de piano.

Los diferentes perfiles que acuden a este tipo de actos lo hacen por todo tipo de motivos, desde el disfrute de un espectáculo poco común, como son estos conciertos de música barroca, hasta «el placer intelectual por el contrapunto o por saber cómo se construye la música al más alto nivel», en palabras de Gandía.

«Soy una gran aficionado a la música clásica, pero la sacra nunca ha sido mi pasión. He venido por curiosidad», explica Jesús Oliva, socio de la Orquesta de Extremadura (OEx).

Una de las ventajas de los grandes clásicos es que «son maravillosos desde cualquier punto y eso lo convierte en música para todos los públicos», según el violinista.

Entre los conciertos que componen el Festival, el pasado domingo Pedro Galán dirigió a la Orquesta Barroca de Badajoz en San Andrés. «Interpretar en este tipo de sitios es verdaderamente maravilloso. Los compositores que tocamos hicieron las obras pensando en estos entornos y poder representar las piezas que responden a estos contextos es muy especial», añade el director.

Intérpretes y público, concluyeron una jornada más con la única queja de que «los conciertos y el festival no se hagan más a menudo».

«Ojalá repitan los conciertos para evitar que se quede tantísima gente fuera o tocar en lugares con mayor capacidad porque parece que público hay muchísimo», concluye el artista.