«Creo que he matado a alguien», dijo el autor del crimen del bar JM a la policía
La acusación particular insiste en que fue un asesinato porque disparó por sorpresa pero la defensa pide valorar cuatro atenuantes
E.F.V.
BADAJOZ
Miércoles, 16 de noviembre 2022, 07:22
Alevosía. Esa es la palabra que marcará buena parte del futuro penitenciario del autor confeso del crimen del bar JM. De ella dependerá una porción ... importante de la condena que se le imponga: si hubo alevosía se entenderá que fue un asesinato y el castigo por la muerte podría llegar a los 25 años de prisión; si no la hubo, se trataría de un homicidio y la pena podría bajar a un mínimo de 2 años y medio.
De la alevosía se habló en la primera jornada del juicio en boca de Fernando Cumbres, el letrado que representa a la familia del fallecido. En su opinión, los disparos se hicieron por la espalda y el fallecido no tuvo la posibilidad de defenderse.
Si así hubiese sido, esa manera de causar la muerte podría corresponderse con lo recogido en el artículo 22 del Código Penal, donde se indica que existe alevosía cuando el culpable comete el delito «empleando en la ejecución medios, modos o formas que tiendan directa o especialmente a asegurarla, sin el riesgo que para su persona pudiera proceder de la defensa por parte del ofendido».
«Mi representado no tuvo la posibilidad de defenderse», insistió Cumbres en su primera intervención ante el jurado formado por nueve ciudadanos que decidirá sobre la culpabilidad o la inocencia del acusado.
De esa circunstancia hablaron algunos de los testigos protegidos que testificaron este martes en la Audiencia. Uno de ellos dijo que vio correr al procesado instantes antes de realizar los disparos.
«A mí no me consta que el acusado estuviera excesivamente bebido», añadió este testigo, un detalle que también puede ser clave puesto que Enrique González de Vallejo, el abogado de la defensa, insiste en que la pena se debe reducir porque en el momento de cometer el crimen el autor estaba muy bebido.
«Yo lo vi tomar copas esa noche, sentado tranquilo en una mesa con otros clientes del bar», afirmó este mismo testigo sin precisar si bebió mucho o poco.
«José Miguel no suele beber pero esa noche yo lo vi con una copa», aportó un camarero que trabajó esa noche en el bar JM. «Yo no le serví bebidas, él entraba en la barra a servirse».
González de Vallejo entiende que la pena se debe atenuar porque en el momento de disparar estaba influido por el alcohol y las dos pastillas de 'trankimazin' que dijo haber tomado.
Pero además, plantea que se valoren otras dos atenuantes: la de arrebato y la de miedo insuperable. La primera se da cuando la persona que comete el delito está obcecada y la segunda, cuando actúa influido por un miedo que es incapaz de superar.
Los testigos protegidos coincidieron en que tanto el hombre que recibió los disparos como su primo estuvieron molestando, increpando e incluso agredieron (le dieron collejas en el cuello) al causante de la muerte. La esposa del procesado incluso dijo al jurado que amenazaron a su hija con cortarle el cuello, una circunstancia a la que da un especial valor el abogado de la defensa porque justificaría el arrebato y el miedo insuperable.
«Allí no se produjo esa situación de terror la que hablan, todos los que refieren esa situación son familiares del acusado o testigos propuestos por la defensa», mantiene Cumbres, que pide un total de 38 años de prisión.
La esposa del procesado asegura que amenazaron a su hija con cortarle el cuello y que ha tenido que irse de Badajoz
En la vista del martes también se escuchó la breve llamada que realizó el autor de los disparos a la policía para confesar los hechos. «Creo que he matado a alguien (...) por favor, venid ya», le dijo al agente que le cogió el teléfono.
González de Vallejo cree que por existir esta llamada se le debe aplicar la atenuante de confesión de los hechos o, subsidiariamente, la analógica de colaboración, con la consiguiente reducción de pena, una posibilidad que rechaza la acusación particular. Para Cumbres, no tiene valor alguno que llamara a la policía cuando los agentes ya lo estaban buscando.
Para resolver dudas, el jurado verá este miércoles la grabación realizada por las cámaras del bar. Será una prueba clave para saber si los disparos se hicieron o no de forma sorpresiva y si intentó matar también al primo del fallecido.
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