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Badajoz permitirá patios más pequeños en las promociones del Casco Antiguo, una medida que adopta el Ayuntamiento para fomentar la rehabilitación de viviendas y cumplir ... con el objetivo de mantener el parcelario típico de la zona histórica.
El pleno que se celebra mañana jueves aprobará una modificación puntual del Plan General para reducir el diámetro de los patios vivideros de quince a seis metros. Esto implica que aquellos patios a los que dan salones o cuartos de estar, las dependencias en las que se realiza la vida, puedan ser más pequeños.
Con ello, las promotoras pueden plantear viviendas más pequeñas acordes a los cambios del mercado inmobiliario en las últimas décadas, señala el texto de la modificación. Esas dependencias donde se hace la vida deben dar a las calles o a patios grandes, algo que ahora se va a modificar para adaptar las normas urbanísticas de Badajoz a la normativa nacional. En esta última se recoge que deben tener una distancia libre de seis metros.
En su día, cuando el PGM se redactó en 2007, la legislación nacional no estaba tan clara, según el texto de la modificación, y eso hizo que la norma de la ciudad fuese más estricta. Y que, además, no distinguiera entre edificios del Casco Antiguo y de la ciudad nueva.
El concejal de Urbanismo, Carlos Urueña, apunta que resulta muy gráfico observar una imagen aérea de San Andrés, entre las calles Madre de Dios y Antonio Calado, donde se observan dos patios que son «como plazas de toros» de grandes.
Reducir ese tamaño permitirá edificar más en el Casco Antiguo, señala Urueña, donde muchas casas tiene una fachada estrecha, pero son muy profundas. Por eso, las dimensiones de los patios suponían un problema porque abarcaban gran parte de la parcela y terminaban con las formas clásicas del Casco Antiguo, que es precisamente lo que se quiere conservar.
Hay promotores que adquieren cinco o seis casas para construir nuevas promociones y algunos de los salones de esos pisos deben dar a esos patios, pero al estar obligados a mantener unas dimensiones tan grandes, no resultan rentables. Pero, sobre todo, indica Urueña, para él lo importante es que con esta reducción de los patios se incentiva la conservación del parcelario típico de la zona histórica. Es decir, que las viviendas que se hagan sean exteriormente lo más parecidas a las que existían tradicionalmente.
«Las casas de la zona histórica, en general, se caracterizan por tener poca fachada y mucho fondo, generando viviendas de gran superficie. Esta configuración no permite la rehabilitación de las mismas para crear viviendas de superficies más reducidas que puedan adaptarse al mercado inmobiliario actual, por la inviabilidad de generar patios vivideros de 15 metros de diámetro en un parcelario tan fragmentado», recoge el texto que pasará por el pleno hoy jueves.
Uno de los objetivos del alcalde, Ignacio Gragera, para este mandato era flexibilizar las normas urbanísticas en el Casco Antiguo para favorecer la rehabilitación y la llegada de nuevos vecinos. En esa línea va la modificación del PGM para reducir los patios a los que den salones o cuartos de estar de nuevas viviendas en la zona histórica. Pero no es el único. El concejal de Urbanismo, Carlos Urueña, anuncia que estudian más cambios.
Ya ha habido algunos. Entre 2023 y 2024 se aprobó un cambio para permitir la instalación de ascensores en edificios catalogados con protección B, que hasta ese momento no podían tenerlos. Coinciden con los edificios más señoriales, dado que los de protección C son las más simples y los A no suelen estar dedicados a domicilios.
Los vecinos de un centenar de inmuebles se ven beneficiados por el cambio. Con esta modificación se ha fomentado que personas mayores se queden en el barrio, dado muchas se marchaban por problemas de movilidad, y lleguen otras familias jóvenes, que puedan subir los carritos de bebés y bicis en los ascensores.
Otros cambios están pendientes de salir adelante. Tras las elecciones, el alcalde, Ignacio Gragera, se comprometió a estudiar la forma de rebajar la protección de inmuebles en mal estado en el plan de urbanismo específico del Casco Antiguo. Esto es, el Plan Especial de Protección del Casco Histórico. Pero de momento no ha salido adelante. Tampoco el objetivo de reducir las protecciones para poner placas solares en los edificios.
Uno de los aspectos más controvertidos es el seguimiento arqueológico en el perímetro del Casco Antiguo, como obliga Urbanismo. Esto encarece las obras y las retrasa porque no hay suficientes especialistas. Además, desincentiva a los inversores por miedo a que aparezcan restos.
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