Los botellones vuelven a Badajoz con el final de las vacaciones y el inicio de las novatadas
Limpieza ha tenido que intervenir en Santa María de la Cabeza, la orilla del río, el Parque de San Fernando o el ferial de Caya
Septiembre es un mes en el que, tradicionalmente, se celebran muchos botellones. Coinciden la vuelta de las vacaciones de muchos jóvenes pacenses con la llegada a la ciudad de estudiantes universitarios. Desde que comenzó la pandemia, esta práctica está prohibida, pero eso no ha impedido que se celebren. Prueba de ello es que los servicios de limpieza de Badajoz están recogiendo restos de botellón en distintas zonas de la ciudad.
Uno de los emplazamientos en los que se han tenido que emplearse a fondo los operarios de limpieza es la plaza Santa María de la Cabeza. En este céntrico lugar de Santa Marina no solo han recogido botellas de alcohol, refrescos y bolsas de hielo, los restos habituales, sino también han tenido que limpiar harina y pintura. Estas manchas se deben a las novatadas que algunos estudiantes han celebrado estos días a pesar de la crisis sanitaria.
El concejal de Limpieza del Ayuntamiento, Alejandro Vélez, admite que han notado el aumento de basuras, especialmente restos de botellón en la ciudad, aunque no lo relaciona únicamente con la época de novatadas. «Ha aumentado en todo. Es una época en la que la gente, la juventud, vuelve de vacaciones y otros se instalan en la ciudad».
El edil responsable de Limpieza es crítico con los que se saltan las restricciones de la pandemia, ya que el botellón continúa siendo una práctica prohibida. «Está mal que la gente esté en la calle haciendo lo que no debe». A pesar de eso asegura que, «habiendo suficientes medios», están llevando a cabo las limpiezas de las zonas afectadas lo antes posible.
HOY ha consultado a la Policía Local si ha habido denuncias u operaciones contra estas prácticas pero no ha obtenido respuesta.
Grupos pequeños
A diferencia de un septiembre normal, con la prohibición actual los botellones en Badajoz no son de gran tamaño. Suelen ser grupos pequeños de jóvenes que se reúnen en zonas apartadas y en ubicaciones dispersas por la ciudad. El caso de Santa María de la Cabeza se sale del patrón, al ser una zona céntrica. Los servicios de Limpieza encuentran más restos en la Alcazaba, por ejemplo, o en caminos apartados.
Vélez relata, por ejemplo, que se han encontrado estas basuras en la carretera del club de piragüismo. Limpieza también ha tenido que intervenir en el parque de San Fernando, en su pista de baloncesto, o en el ferial de Caya. Esta última ubicación era la única donde se permitía el botellón antes de la pandemia, pero un decreto de Alcaldía revocó este permiso.
A pesar de ser una zona alejada de la ciudad y muy visible, se han producido reuniones ilegales en las últimas dos semanas.
«Hay menos miedo»
Los vecinos que se encuentran con los restos de botellón reaccionan con escepticismo. «Con lo que está pasando, y lo mal que se ha pasado, parece increíble que la gente se vaya de botellón y algunos estarán sin vacunar, además, porque son jóvenes», se lamenta Julián Remo, que corre todos los días por la carretera que lleva al azud.
Martina Rebeca Gómez, que trabaja en Santa Marina y ha visto las reuniones en Santa María, cree que, tras año y medio de pandemia, «hay menos miedo». «También pasa con los mayores, que están muy relajados, pues los jóvenes sienten que se han perdido muchas cosas y no tienen miedo a que les pase algo malo, aunque puede pasar».
