Agosto, el mes más complicado para la noche en Badajoz

Son precisamente las vacaciones el elemento contraproducente para el ocio nocturno de la época estival en Badajoz. «El martes es festivo, por eso pese a ser lunes tuvimos un poco más de gente, pero no tanta como se podría esperar un festivo en invierno. En agosto se nota muchísimo que la gente se va fuera», afirmaba el encargado de 'The Blue Parrot', Juan Luna.

Este mítico local de la avenida Sinforiano Madroñero abre sus puertas a diario y pese a que las 13 mesas que tiene en la terraza –es el máximo permitido por el Ayuntamiento– estaban llenas, el mes de agosto es la época en la que más se hace notar el descenso de clientes. «El calor, las vacaciones y las fiestas que hay en los pueblos cercanos cambian los planes de la gente y nuestro día fuerte este mes no es el sábado, sino el viernes», comenta.

Los pacenses que aún no se han ido de vacaciones o que ya las han terminado fueron quiénes salieron la noche del 14 de agosto. «Hay buen ambiente en Badajoz, sabemos que no es una zona turística, como ocurre con otras ciudades en verano, pero hay bastantes sitios para elegir», apuntaba David Vázquez, que tomaba una copa en el pub Maderik con unos amigos.

Los que tenían más ganas de fiesta se fueron a las terrazas del río, uno de los fuertes de las noches de verano en Badajoz, que abrieron pese a ser lunes. «El río está muy bien, fue todo un acierto abrir aquí estas terrazas porque se está muy bien y es una de las zonas más vivas en verano, donde además no hace calor», contaba Javier Gil, que pasó la noche del lunes con unos amigos en Martinica, una de las terrazas del río que estaban llenas.

«Pensábamos que hoy iba a venir menos gente porque muchos están en la playa, pero hemos superado las expectativas», afirmaba la encargada del local, Nancy Forero. Pese a ello, apuntó que este mes ha bajado la afluencia de personas respecto a los meses de junio y julio.

Para atraer a los clientes el local organiza fiestas temáticas todas las semanas. Los martes organizan el 'black martinica', los jueves lo dedican a cocteles, y los viernes el protagonismo lo tienen los dj, mientras que los sábados son más tranquilos.

El ambiente de festivo continúa río arriba en María Coqueta, la terraza que está pegada al puente de Autonomía. «Es el primer verano que cogemos el local y estamos bastante contentos, tenemos un público con una media de edad alta», relata el encargado, Carlos José Sánchez.

Esta es una de las terrazas que abrió sus puertas el día 14 para aprovechar el festivo del martes y hacer caja. «No es fácil vivir del ocio nocturno durante el verano en Badajoz, hay ambiente pero es una ciudad que tiene más gente en invierno, el ambiente universitario hace mucho».

Una afirmación que comparte Rodrigo Ortega, uno de los tres socios de Santalia, la única discoteca de verano que hay en la ciudad y que se encuentra en las inmediaciones de Lusiberia.

Este espacio con capacidad para cuatro mil personas abre solo los jueves y sábados, pero aprovechó el festivo del martes para organizar el lunes una fiesta temática. «La gente ha hecho puente y no hemos cumplido las expectativas de la noche, hemos cubierto el 15% de la capacidad que podemos tener un sábado».

Esta discoteca al aire libre estará abierta hasta que el tiempo lo permita. Ortega cuenta que están haciendo un buen verano, pero que será en septiembre con la llegada de los universitarios cuando llenen los jueves, ya que ahora su día de mayor afluencia es el sábado.

El coste que tiene la fiesta es otro factor que influye en los pacenses a la hora de salir a divertirse. «La gente consume menos porque los precios han subido, nos hemos visto obligados a subir el precio de las copas porque a nosotros también nos ha subido todo», cuenta Rodrigo.

La entrada a su discoteca varia desde los 6 euros hasta los 15, y dependiendo del día se llevan a cabo unas ofertas u otras. Todas ellas contienen una consumición. En el resto de locales también han subido los precios entre un euro y 1,50. «La copa que me estoy tomando hoy me cuesta 7,50 y antes pagaba seis euros por ella», explica Alberto García, quién asegura que la subida se nota en el consumo.

Para otros la escalada de precios es indiferente, contaba Ana Ruiz, que estaba tomando unas copas en Santalia. «Con la entrada tienes una consumición y ahí recuperas lo invertido. Además, algunas veces hay dos por uno y aprovechamos las ofertas», contaba la joven, quien aseguraba que lo importante es divertirse y que además la discoteca está muy bien equipada en cuanto a iluminación y sonido.

Los más nostálgicos desvelaron que echaban de menos el Casco Antiguo. «Venimos a las discotecas por presión social, porque es donde está todo el mundo. El centro ya no está tan vivo como antes», contaba Alberto García en una noche que se alargó para unos pocos, pero no lo que sería habitual en agosto.