Abre en San Roque la única sala privada cultural de Badajoz

El nuevo espacio es un local de dos plantas al final de Ricardo Carapeto, junto a la piscina climatizada, que cuenta con una sala de 150 metros cuadrados con escenario, bambalinas, camerinos, un espacio de público para acoger hasta 400 personas de pie y una pequeña barra. Esta es la sala central donde, además de actividades de formación en artes escénicas, se han desarrollado ya varios espectáculos. Precisamente hoy está programado el concierto del 'El duende Josele', que será el primero que se celebra con público de pie, pero con aforo reducido a 200 personas. En la segunda planta hay otra sala, que van a reservar para actividades de formación y la celebración de eventos.

Detrás de este proyecto están tres pacenses: Vicente Robles, que estuvo al frente de la Sala Aftasí; Rafael Molano, director de la compañía de teatro 'Panduro Producciones'; y David Capellán, que gestiona un estudio de grabación. Los tres iniciaron el proyecto a finales de 2019. «No se nos ocurrió mejor momento», comenta Robles. Por entonces, el coronavirus era solo un problema chino. Pero en plena reforma, llegó su declaración como pandemia y el posterior confinamiento retrasando las obras y su puesta en marcha. Con las restricciones, hasta ahora han tenido que compaginar la reforma de un local, que antes acogía un centro de crossfit, con actividades de formación y alguna muestra puntual en el escenario pero también vinculada a las clases. Ha sido este otoño cuando han abierto las puertas al público, convirtiéndose en la única sala cultural privada de la ciudad.

«Venimos a cubrir un vacío enorme que tenía la ciudad desde que cerraron El Mercantil, el COC o la Sala Aftasí. Queremos levantar el ámbito cultural, que estaba huérfano de la iniciativa privada. En Badajoz, solo el teatro López de Ayala está ofreciendo una programación cultural», valora Vicente Robles.

A diferencia de los locales mencionados por Robles, la sala Off Cultura no será un lugar de copas con espectáculos culturales, sino un espacio dedicado exclusivamente a las artes escénicas, en el que esperan armar una programación donde tengan cabida todos los públicos y todas las disciplinas artísticas. «Nos estamos situando ahora, nuestro objetivo es ofrecer a partir de 2022 una programación cultural semanal. Queremos atraer a la sala la proyección de las películas del Cine Club y de la Filmoteca».

También a aspiran a funcionar con las subvenciones estatales y autonómicas para salas culturales y tener el apoyo del resto de instituciones. «La cultura de pasar por la taquilla en Badajoz aún es complicada y sin apoyo económico es difícil subsistir, pero lo vamos a intentar», confiesa.

Los promotores de la sala asumen el riesgo de abrir un negocio cultural, que ha sido uno de los sectores más castigados por las restricciones de la covid, pero confían en que su proyecto puede funcionar, porque dicen, «la gente ahora está muy abierta a disfrutar del día a día».

Esta sala ha permitido que San Roque recupere su hueco como polo cultural de la ciudad, perdido con el Centro de Ocio Contemporáneo que el próximo enero cumplirá tres años cerrado.

En la elección de este barrio para abrir Off Cultura pesó las características del propio local, pero también la ubicación «suficientemente distante de la zona residencial, pero muy bien comunicado con la ciudad y con mucho aparcamiento», destaca Robles, quien después de su experiencia en la Sala Aftasí, sabe que son tres factores de los que depende en buena parte el éxito del negocio.