8.000 'valientes' bailan con Vetusta Morla en La Alcazaba

Cuando el reloj marcaba las 23.30 horas comenzaba a sonar 'Puñalada trapera' y una ola de voces y aplausos recibía a la banda de Madrid. Con esta canción de su último trabajo 'Cable a tierra' arrancaban casi dos horas de concierto que ya había tenido como aperitivo al grupo cordobés Los Aslándticos.

Pucho volvió a hacerlo. Fue empezar y meterse al público en el bolsillo. Una auténtica fiesta que hizo mover el cuerpo a todos los que estaban presentes.

Siguió con un tema muy especial para Extremadura: 'La virgen de la humanidad', un tema que lleva raíces 'vetustas' pero también extremeñas y es que su videoclip se grabó en la cantera de Alcántara. Y de los muros naturales de piedra de la 'calita' de Álcantara a La Alcazaba pacense, que fue testigo de una noche que dejó buen sabor de boca a un festival, que aunque este año se echa en falta alguna voz femenina en su cartel, se coronó con uno de los mejores conciertos que han pasado durante estos años por el escenario.

Pero si Alcazaba Festival salió fortalecido anoche fue gracias a una 'comunidad de valientes' y a un público fiel a este estilo musical que no quiso perderse el espectáculo, donde el líder de la banda cantó y bailó pero también habló de «amistad, amor, lírica y música», los cuatro pilares de 'Matria', su último trabajo. Y haciendo referencia a esos cuatro pilares, Pucho hizo un inciso entre canciones y pidió un deseo para el próximo lunes (recordando con ello que el domingo se celebran las elecciones generales del 23-J), «que España tenga más matria que patria», mientras los 8.000 asistentes rompían en una gran ovación.

A esta banda le gusta nuestra tierra y su último trabajo tiene mucho que ver con ella, «pertenencia y la identidad, el cuidado mutuo y la comunidad, la raíz y la trascendencia» como la base de un trabajo que recupera las raíces y el folclore. Puede que por ello eligiera Extremadura como escenario para sus últimos vídeos.

Y sería en ese viaje donde el grupo aprendería palabras y expresiones muy extremeñas. «¡Chacho!», dijo Pucho antes de seguir con su cancionero en el que incluyó 'No seré yo», 'El hombre del saco'... y llegó 'Copenhague', pero es que «...dejarse llevar suena demasiado bien...». Todo un himno que el público cantó al unísono como lo hicieron cuando empezó la letra de 'Maldita dulzura' o '23 de junio'.

En el escenario subían y bajaban tres grandes pantallas led, con una impecable puesta en escena, con una apuesta visual peculiar e impresionante. Ellos estuvieron divertidos y bailongos, muy en su estilo. Y entre el público, gente de todos los puntos de Extremadura entregada en cada canción. Se vio mucho brilli-brilli, una tendencia muy festivalera, y algún tatuaje en la piel de 'Valiente'. Toda una legión que bailó hasta el apagón.