Plan renove agridulce

Ahora el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha convocado el nuevo plan para el ejercicio 2022, al que podrán acogerse personas físicas, jurídicas, o agrupaciones de las mismas. Los interesados tendrán de plazo para solicitar las ayudas hasta el 15 de septiembre de este año. Esta convocatoria está orientada a la adquisición de tractores agrícolas y máquinas arrastradas o suspendidas. De los 9,5 millones de euros que estaban previstos, al final solo 6,55 millones de euros van destinados a ayudas directas para renovación, casi la misma cantidad que en 2021. Los casi 3 millones restantes se dirigen a avales, que serán gestionados a través de la Sociedad Anónima Estatal de Caución Agraria (Saeca), una novedad que ha dejado un sabor agridulce en el sector. La línea de avales es una apuesta que puede catalizar la compra de nueva maquinaria, o al menos así lo ha estimado el gobierno, que prevé que con este apoyo se inviertan más de 60 millones de euros en renovación del parque. Sin embargo, a esta línea han ido los fondos que el sector esperaba fueran destinados al incremento de ayudas directas, una de sus demandas más recurrentes, dado el éxito reiterado de las anteriores convocatorias. Ahora toca esperar a ver si las estimaciones del Ministerio han sido acertadas y el impacto es el deseado.

Por otro lado, y más allá de la decepción presupuestaria, lo que sí ha sido muy bien visto por el sector es el modelo de división en dos líneas entre las que se puede producir un trasvase presupuestario en función de la demanda, algo que no se produjo en anteriores convocatorias y limitó mucho su eficacia.

Pero además de esta iniciativa, el sector de la maquinaria agrícola, representado mayoritariamente por la Asociación Nacional de Maquinaria Agropecuaria y Espacios Verdes (Ansemat), tenía puestas muchas esperanzas en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, ya que dispone de un presupuesto muy relevante, sobre todo si se compara con el plan Renove. En concreto la dotación para el próximo trienio es de 27 millones de euros anuales. Se trata de un plan dirigido específicamente a potenciar la agricultura de precisión y en el que el sector ha estado implicado desde el principio. Lo que sucede es que durante su desarrollo, la norma se ha ido adaptando a un modelo de gestión más sencillo, que ha desvirtuado su objetivo primigenio. Además en su transposición a nivel regional, el sector ha quedado mayoritariamente desligado, salvo en el caso de Cataluña y Castilla la Mancha. La realidad es que la idea inicial de que las ayudas subvencionaran la adquisición de tecnología de precisión, lo que realmente prima la incorporación de la innovación, no se ha plasmado. Ahora se puede subvencionar una máquina completa, a la que para conseguir esta ayuda, solo se le tiene que incorporar algún equipamiento tecnológico. Es decir, que hay un alto riesgo de que en la práctica no se consiga potenciar de forma significativa la agricultura de precisión; un objetivo necesario en el actual contexto económico y regulatorio, con una PAC que apuesta abiertamente por un modelo agrario cada vez más ambientalista. Por ello será necesario aumentar la productividad de las explotaciones, para compensar la derivación a un modelo ecológico, con mayores limitaciones productivas.