Lo ecológico resiste la sequía y los costes

Pero no solo se han podido adaptar mejor a la sequía, sino también a la subida de los precios. Mientras que los productos convencionales se han encarecido de forma sustancial como consecuencia del incremento de los costes de producción, los ecológicos lo han hecho en menor medida. Es una de las conclusiones que se presentaron en la Feria Organic Food Ecoliving Iberia en Madrid, estimándose un repunte un 25% inferior que en los alimentos convencionales. Es uno de los motivos por los que el volumen de alimentos ecológicos consumidos se contrajo en 2022, aunque en menor proporción. Fue debido a la pérdida de poder adquisitivo de los consumidores, como consecuencia de la inflación generalizada, en particular la energética, y de la subida de los tipos de interés y de las hipotecas.

Por otro lado, el Informe Anual de la Producción Ecológica en España 2023, de Ecovalia, muestra un crecimiento de la superficie hasta las 2,6 millones de hectáreas. Pero también del consumo, que aumentó el 3,1% con respecto a 2021, alcanzando los 60 euros por persona y año, lo que generó un volumen de negocio de 2.856 millones de euros. Destacaron sobre todo los alimentos vegetales, que representaron el 64%, principalmente frutas y hortalizas. El resto fueron de origen animal, mayoritariamente carne.

Otra de las cuestiones sobre las que se ha mantenido un intenso debate, tanto en el foro arriba mencionado como en otros, es la necesidad de eliminar o reducir el IVA para este tipo de productos. El desarrollo del sector ecológico ya forma parte de la estrategias públicas de consumo y producción agraria, tanto europeas como nacionales y regionales. Por tanto, tendría más sentido que la reducción del IVA sea un medida orientada no tanto al modelo productivo, sino a facilitar o incentivar el consumo de determinados alimentos que o bien son básicos, o son de especial interés para la salud, como las frutas y hortalizas, entre otros.

Por otro lado, en Extremadura se mantiene la busca de alternativas productivas para el cultivo del tabaco. Con este objetivo se está trabajando para conseguir que el cáñamo pueda ocupar parte de este espacio socioeconómico, tanto en la producción como en la transformación. Y se está haciendo desde la iniciativa pública y privada, en concreto en cien hectáreas en Malpartida de Plasencia, en Cáceres. El objetivo de la empresa promotora, Euro Hemp Industries, es implantar este cultivo en la región y aprovechar su adaptabilidad y los numerosos usos que se le pueden dar como semilla, harina, aceite, fibra, cosmética, biocarburantes, etc. Si se avanza en este campo, podría suceder algo similar al tabaco, aunque en bastante menor escala, y Extremadura se convertiría en el centro de referencia de la cadena de producción, transformación y comercialización de este cultivo tradicional, pero adaptado a usos de vanguardia. Por el momento el objetivo a corto es ampliar la superficie a 500 hectáreas en 2024. Es todavía poco y pronto para valorar el impacto real que puede tener en esta región, tanto en lo económico, como en los social, pero es sin duda una interesante apuesta. En todo caso, no será un sustitutivo para el potente sector del tabaco, pero quizás si un complemento, una alternativa, que permita paliar los vaivenes del sector.