Garzón de pico largo
ANÁLISIS AGRARIO ·
Como dice nuestro saber popular, que no es ciencia, pero que con frecuencia va en paralelo: comamos de todo en plato pequeñoJUAN QUINTANA
Lunes, 10 de enero 2022, 08:23
Un garzón puede ser muchas cosas, y así lo reconoce la Real Academia de la Lengua. Por ejemplo, un muchacho joven o un ave de ... pico largo; en nuestro país, también el ministro de Consumo, de nombre Alberto, que en realidad, tiene un poco de todo lo anterior, a tenor de lo dicho recientemente en una entrevista en The Guardian. Y es que efectivamente parece un muchacho joven, por la excesiva simplicidad de sus argumentos, y también uno se da cuenta que tiene un pico muy largo, que no de oro, si se leen las lindezas y grandes inexactitudes que suelta.
Quizás, en lo poco que no le puedo quitar la razón es en el grave problema que supone el cambio climático y la emisión de gases de efecto invernadero. Tampoco en que el sector cárnico sea un emisor, al igual que todos los sectores productivos. Pero poner al sector cárnico por encima de la industria y el transporte en la emisión de gases de efecto invernadero y darle un protagonismo que no tiene, es una enorme inexactitud y una gran injusticia, a pesar de lo contaminante que pueda ser el metano o el dióxido de carbono emitido por los animales en su proceso biológico. Según los datos oficiales de la Agencia Europea del Medioambiente, solo el 10,5% de los gases de efecto invernadero (GEI) provienen del sector agrícola y ganadero, de los que una parte bastante menor corresponde a la ganadería, y todavía menos a los rumiantes, que son los principales emisores de metano. Por tanto, poner al sector agrario en lo más alto de la pirámide es un error que no puede ni debe cometer un ministro; y lo que es peor, que reitera con completo desparpajo.
Pero no solo eso, relacionar la desertificación con el consumo de carne es otra idea peregrina, una osadía que no se sostiene. Las explotaciones ganaderas en intensivo no tienen impacto directo en la desertificación, que se genera por otros motivos que no vienen al caso analizar, en gran parte por el cambio climático, en el que como ya hemos mencionado, la ganadería tiene un impacto reducido.
Pero el colofón y quizás el mayor disparate, es cuando afirma que la instalación de las modernas explotaciones ganaderas contamina el suelo, el agua, y produce carne de baja calidad, obtenida a partir de animales maltratados. Pues bien, las instalaciones ganaderas cumplen las más estrictas normas medioambientales que existen a nivel mundial, como son las europeas, precisamente para minimizar la contaminación del suelo, el agua y la atmósfera, y para garantizar la higiene, comodidad, sanidad y buena alimentación de los animales a lo largo de todo su ciclo de vida y sacrificio. Se garantiza así, no solo el bienestar de los animales, sino la calidad de la carne obtenida.
Que un ministro de nuestro gobierno haga estas afirmaciones en cualquier medio de comunicación es preocupante, pero todavía más cuando lo difunde en medios internacionales de gran audiencia. A mi entender es una enorme irresponsabilidad política, que deteriora de forma gratuita e injustificada la imagen del país que representa, y que pone en tela de juicio la calidad y control de nuestro sistema productivo, precisamente en un sector en el que estamos en la vanguardia mundial, por calidad, tecnología, eficiencia, sostenibilidad y bienestar animal.
Pero hablando de lo suyo, que también lo hace, aunque menos, aconseja la reducción del consumo de carne, basándose en los argumentos arriba mencionados, entre otros de similar imprecisión. Parece olvidar que España es uno de los países con mayor esperanza de vida del planeta, y que en ello influyen, entre otros factores, la calidad de nuestra dieta, que seguro es mejorable, pero en la que el consumo de proteína animal es clave. Deberá ser la ciencia de la nutrición la que recomiende cómo debe evolucionar nuestra dieta y, por el momento, la dieta variada está a la cabeza de todas las recomendaciones. Como dice también nuestro saber popular, que no es ciencia, pero que con mucha frecuencia va en paralelo: comamos de todo en plato pequeño, mi pequeño Garzón.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión