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La dieta mediterránea, mejor que la baja en grasas

La dieta mediterránea, mejor que la baja en grasas

ANÁLISIS AGRARIO ·

JUAN QUINTANA

Lunes, 26 de septiembre 2022, 11:11

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En la actualidad hay seis modelos de etiquetado de alimentos en la Unión Europea que deben orientar a los consumidores a la hora de elegir alimentos saludables. Es el caso de las Ingestas de Referencia, muy extendido; Nutriscore utilizado en Francia, Bélgica, Alemania, Luxemburgo y, de forma voluntaria, en España; la Herradura en Suecia, Dinamarca y Lituania; el Sello de Elección Saludable en Polonia y República Checa; el Corazón en Finlandia y NutrInform Battery en Italia.

En España fue solo hace algo más de un año cuando el Ministerio de Consumo implantó de forma voluntaria el mencionado sistema de etiquetado de alimentos Nutriscore. Un modelo que los agrupa en cinco categorías. Quedaba pendiente el que la Comisión Europea lo regulara a nivel europeo, por lo que no dejaba de ser una medida transitoria y controvertida. Hubo divisiones de criterio en el sector y en el ámbito científico, por ejemplo dentro de la propia Federación Española de Sociedades de Nutrición y Dietética. Fue una decisión difícil de entender ya que solo unos pocos productos lo iban a aplicar, evidentemente los que fueran favorecidos.

No parecía tener sentido poner en marcha un modelo cuando en breve estaba previsto que se iba a regular a nivel europeo; también porque planteaba dudas muy razonables sobre su objetividad, por ejemplo con el caso del aceite de oliva. Tras décadas de escuchar lo enormemente bueno que es para la salud el consumo de aceite de oliva, este producto era clasificado por Nutriscore en el tercer nivel de cinco. Por tanto, o bien el modelo era profundamente inexacto, o se nos había engañado con la defensa a ultranza de nuestro oro verde. La solución planteada por el ministerio fue pedir a los gestores del sistema, de origen francés, que reclasificaran el aceite de oliva y lo subieran de nivel; muy objetivo.

Como era de prever, el tiempo pone ahora las cosas en su sitio. Empezando por el segundo punto, el del aceite de oliva, solo dos datos. Por un lado, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), dependiente del mismo Ministerio de Consumo, ha aconsejado en su último informe un consumo diario de aceite de oliva en todas las comidas principales, tanto para el cocinado de los alimentos como para su aliño. Una recomendación científica que ratifica el valor de esta grasa y contradice el sistema de clasificación de Nutriscore. Pero para rematar la faena y por si quedaba alguna duda, la importancia para la salud de este alimento ha sido avalada por la evidencia científica recopilada en el estudio CordioPrev publicado en la revista científica 'The Lancet', una de las más antiguas y prestigiosas del mundo. Con este trabajo se demuestra por primera vez que la dieta mediterránea con aceite de oliva virgen es más beneficiosa para la salud que una dieta baja en grasas. Esta conclusión se obtuvo a partir de un ensayo clínico realizado por Los investigadores del Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba (Imibic), del Hospital Universitario Reina Sofía, de la Universidad de Córdoba y del Instituto de Salud Carlos III, con mil pacientes de enfermedad coronaria durante siete años, en los que se testaron las dos dietas. Ambas se consideran dietas saludables, pero con la mediterránea se produjeron un 27% menos de accidentes cardiovasculares.

La Comisión Europea tiene previsto realizar una propuesta de revisión del etiquetado nutricional de los productos envasados antes de que acabe el año. El objetivo es armonizar en toda la UE el etiquetado de los envases que ayude a elegir a los consumidores alimentos saludables. Este tipo de sistemas es inexacto y por su excesiva simplificación, puede estigmatizar muchos alimentos que consumidos de forma moderada y equilibrada no deberían ser puestos en el punto de mira del consumidor. Pero al margen de ese debate, una vez tomada la decisión, lo que es necesario y no se debe demorar es la definición de un sistema único para todo el mercado europeo. ¿Cuál de ellos es el mejor? Lo deberían decidir los científicos, pero desde luego, nunca aquel que ponga al aceite de oliva en el grupo de los alimentos poco o incluso medio saludables.

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