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Consumo de frutas y hortalizas en un barullo regulatorio

Consumo de frutas y hortalizas en un barullo regulatorio

ANÁLISIS AGRARIO ·

JUAN QUINTANA

Lunes, 11 de abril 2022, 08:56

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El Ministerio de Consumo ha desarrollado un borrador de real decreto sobre publicidad en alimentos y bebidas para reforzar la alimentación saludable en la población infantil. Una medida muy necesaria para mejorar la conciencia y el conocimiento alimentario, tanto de los progenitores, como de sus vástagos. Todo ello en un momento en que la célebre dieta mediterránea de la que tanto presumimos por estas latitudes, está haciendo aguas, tal como demuestra la bajada en el consumo de frutas y hortalizas.

Uno de los problemas es su mal uso publicitario como reclamo para la compra de alimentos que no son especialmente saludables, y menos en la forma y proporción en la que algunos de ellos incorporan estos vegetales. Una adecuada regulación de estas prácticas va a ir sin duda a favor de su mayor consumo y de la consecuente mejora de la salud de la población, en particular la infantojuvenil. Por otro lado, hay otra norma vigente en la actualidad y que debería replantearse, tal como demanda el sector. Se trata de la prohibición del empleo de personas y personajes populares para realizar campañas publicitarias que promuevan el consumo de frutas y hortalizas, lo que sin duda las reforzaría.

Todo este reenfoque regulatorio sería todavía más perentorio si consideramos que en el caso de la publicidad dirigida a niños en televisión, y según los últimos datos disponibles de 2016-2018, solo el 8% de los alimentos publicitados se pueden considerar plenamente saludables, mientras que el 45% tienen un perfil nutricional que se considera bajo. Algo que habría que revertir, y no solo en televisión, sino también en los canales digitales, porque cada vez más la población infantil se aleja de la pequeña pantalla para adentrarse en mundo virtual, donde sería todavía más necesario reforzar una estrategia que potenciara los buenos hábitos alimenticios.

En otra cuestión nuestro errático Ministerio de Consumo vuelve a ir por libre. Con su nueva campaña de comunicación #ComerdeTemporada, ha vuelto a levantar a otro sector, en este caso el de las frutas y hortalizas.

El haber eliminado de esta campaña a las hortalizas obtenidas en invernaderos, todas frescas, sanas y sostenibles, es un nuevo sinsentido, ya que el modelo de producción no altera las propiedades nutricionales del alimento. Un planteamiento que también va en contra la propia campaña Alimentos de España elaborado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, profundo conocedor de un sector que sí está bajo su paraguas, y que como es normal sí incluye los calendarios del tomate, pimiento, pepino, calabacín o berenjena.

Pero además, la agricultura bajo plástico es tremendamente eficiente, con un consumo mínimo y localizado de recursos naturales, y unos sistemas de aplicación de productos fitosanitarios mucho más precisos; y ello sin olvidarnos de la puntera lucha biológica contra plagas. Por mucho que no lo entiendan en este ministerio, las frutas y hortalizas obtenidas en intensivo son igual de saludables, como lo es para una persona de la cornisa cantábrica, por poner un ejemplo, comer un tomate almeriense, o el obtenido en los reconocidos huertos de su tierra; otra cosa es que le guste más uno u otro, pero eso ya es otra cuestión, que debe dilucidar el propio consumidor.

Nuevamente, en vez de enfocarse en promover una alimentación sana, que es lo que corresponde a este ministerio, se vuelve a meter en camisa de once varas y se posiciona sobre los medios de producción agraria, de los que saben poco o nada y que, en todo caso, no entran en sus competencias. Un nuevo patinazo, tal como ya tuvo recientemente con el asunto de las mal llamadas macrogranjas, y todo ello, sin haber pisado una explotación ganadera en intensivo, ni un moderno invernadero de nuestra costa mediterránea.

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