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La transformación es clave en el desarrollo de las cooperativas. HOY

Ya basta

ÁNGEL J. PACHECO

PRESIDENTE DE COOPERATIVAS AGRO-ALIMENTARIAS EXTREMADURA

Viernes, 2 de abril 2021, 11:41

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Hace solo unos días me preguntaban cómo es posible que las cooperativas agroalimentarias extremeñas estén incrementando su facturación, y sin embargo agricultores y ganaderos continúen reclamando precios justos por su producción y mayor rentabilidad para continuar con su trabajo. La verdad es que a simple vista podría parecer que ambos aspectos no cuadran, pero la explicación es muy sencilla.

Efectivamente los precios en origen continúan siendo muy bajos y eso es un problema de la cadena agroalimentaria y de los intermediarios que hay en la misma, por el que paga el eslabón más débil de la cadena, que es el productor. Pero es débil si se enfrenta solo a un mercado feroz, globalizado y muy competitivo, ante el cual la unión de productores en una cooperativa lo que hace es incrementar su poder de negociación en dicho mercado y el acceso a otros, especialmente los internacionales, que de forma individual es imposible alcanzar.

Además, hay que tener en cuenta la razón de ser de las cooperativas agrarias. Son empresas, por mucho que se pueda intentar hacer creer lo contrario. Y es más, son empresas cuyos dueños son los propios agricultores o ganaderos que la forman, que entregan su producción para que la cooperativa la transforme y la comercialice. ¿Qué implica eso? Ni más ni menos que valor añadido.

Ante eso, no me extraña que haya quien cuestione el sistema cooperativo porque su negocio como intermediario pueda verse afectado. Y quien levante falsedades solo porque crea que el cooperativismo es un monopolio cuando es todo lo contrario, ya que en Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura hay más de 33.000 productores. Así que ya está bien de tanta falsedad en torno a las cooperativas, que lo único que demuestra es un desconocimiento sobre el trabajo tan importante que realizan.

Quizás ese trabajo se vea mejor con un ejemplo. Veamos: los productores de una cooperativa vitivinícola entregan su uva a la cooperativa, que la transforma en vino para después vender. El beneficio económico que se obtiene en esa venta repercute después en sus agricultores socios, que reciben así un precio mayor por su producción. No por su uva, sino por su vino.

Y así sucede en todos los sectores agrícolas y ganaderos de Extremadura, que han crecido en los últimos años gracias al trabajo que realizan las cooperativas. He puesto un ejemplo agrícola, pero también se aprecia en la ganadería. Está sucediendo en el vacuno de carne y desde hace años ocurre en el ovino, un sector que ha apostado de forma firme y convencida por la concentración de la producción en cooperativas, que lo que hacen es comercializar el cordero que producen sus socios, quienes tienen certeza en su producción. Tienen la seguridad de que van a vender su producción y que la van a cobrar. Y eso es algo que solo ofrece una cooperativa.

Por eso necesitamos cooperativas fuertes. Más de lo que lo son ahora. Que tengan dimensión y, con ello, más poder de negociación en ese mercado tan competitivo que comentaba, porque es lo que dará más valor a agricultores y ganaderos por su producción. Con la ventaja además de que ese valor añadido se queda aquí y toda Extremadura se beneficia de ello.

Esto nos ha llevado a tener en Extremadura cinco cooperativas entre las principales de España en cuanto a facturación; a tener cooperativas que exportan a todos los continentes; a tener cooperativas pioneras en economía circular; y a tener cooperativas que han posicionado a Extremadura como líderes en todo el país en diversos sectores. Y esa prosperidad nos afecta a todos.

Por tanto, el hecho de que las cooperativas agrarias aumenten su facturación es una gran noticia para toda la sociedad, tanto desde el punto de vista económico como desde el punto de vista social, porque están comprometidas con el territorio en el que se encuentran, que es mayoritariamente rural, fijando así la población en nuestros pueblos y creando empleo y oportunidades de futuro.

Solo eso muestra el enorme potencial del cooperativismo agroalimentario extremeño y la necesidad de que las futuras medidas económicas y sociales estén orientadas hacia el fomento del cooperativismo, para mantener nuestra agricultura y ganadería en el puesto estratégico y esencial en el que las ha situado el cooperativismo. Patente, más si cabe, durante esta crisis sanitaria y económica que estamos viviendo, en la que las cooperativas no han parado, se han adaptado a las nuevas necesidades, han asumido mayores costes y no han destruido empleo.

Por todo ello, desde Cooperativas Agroalimentarias Extremadura hemos elaborado un Plan Estratégico del Cooperativismo Agroalimentario para los próximos años, porque sabemos en qué línea debemos ir y estamos convencidos de que somos uno de los motores para lograr de forma real esa reactivación económica que tanto necesitamos.

Las cooperativas agroalimentarias extremeñas tienen una importancia incuestionable, como demostramos con nuestro trabajo diario, y toda la sociedad debe ser consciente de esa notoriedad. Ya basta de cuestionar el sistema cooperativo, porque quien lo hace desconoce su funcionamiento y lo esencial que es para toda la industria agroalimentaria de nuestra región, de la que las cooperativas son su punta de lanza.

Nunca hemos tenido un sistema cooperativo tan fuerte como tenemos hoy en Extremadura y, aunque a algunos les pese, vamos a seguir fortaleciéndolo, para garantizar el futuro de nuestros agricultores y ganaderos, de nuestros hijos y de toda nuestra región, en la que creemos y defendemos.

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