Afilados dientes de sierra para el aceite de oliva
ANÁLISIS AGRARIO ·
Al sector le toca capear la tormenta perfectaJUAN QUINTANA
Lunes, 24 de octubre 2022, 08:33
La vecería del olivar es bien conocida, y supone que los años de alta producción se alternan con otros de caídas más o menos significativas. ... Los llamados dientes de sierra, que en esta ocasión van a ser muy agudos. Al sector del aceite de oliva le toca volver a capear la tormenta perfecta, algo que sufre periódicamente, pero que este año se produce con más virulencia. La génesis se encuentra en la caída de la producción, sobre la que todavía existen muchas discrepancias en las cifras. La consejería de Andalucía, donde se obtiene el 80% de la producción española, ha planteado una pérdida del 50% con respecto al pasado año, lo que supondría una producción nacional que rondaría las 720.000 toneladas. En el extremo opuesto Anierac y Asoliva, que estiman más de 900.000. Entre medias las 780.000 toneladas previstas por el Ministerio de Agricultura o las 830.000 calculadas por algunas organizaciones agrarias.
Siendo optimistas y considerando que las actuales lluvias pueden todavía incrementar la calidad de la aceituna, la caída aún rondaría un muy preocupante 35% El motivo han sido las olas de calor de la primavera, en particular la de finales de esa estación, coincidiendo con la floración. También la persistente sequía que se ha producido en casi todo el país y que ha impedido que los frutos se desarrollen adecuadamente; es decir, menos aceitunas y de menos volumen. Además, en buena parte del resto de países productores también se va a reducir la producción, lo que refuerza la tendencia marcada por el dominante mercado español.
No se vivía una campaña similar desde el 2014-2015, cuando se obtuvieron en torno a las 840.000 toneladas, y en el 2011-2012, que se quedó en 600.000. Pero hay que considerar que la superficie del olivar ha crecido alrededor del 7% desde 2010, por lo que la productividad media por hectárea se ha reducido todavía más que la producción.
Consecuencia de esta crisis del sector productivo, parte de la aceituna se puede quedar en el árbol, ya que a algunos agricultores podría no compensarles el alto coste de la mano de obra necesaria para su recolección, algo que también afectará al importante empleo temporal que genera esta actividad.
La diferencia y lo que complica sobremanera la situación actual, es el elevado coste de los inputs, en particular de la energía, pero también el de los fertilizantes y otros gastos de explotación. Otro factor es la incertidumbre que se ha generado en relación con la gestión del agua. Se ha convertido en un elemento de pugna política, al menos por parte del gobierno actual, que se mantiene dividido también en esta cuestión, lo que amenaza su uso agrario. La falta de previsión y de alineamiento, junto con las luchas políticas intra gubernamentales y entre partidos, así como entre gobiernos regionales, hace difícil una gestión adecuada de este imprescindible recurso productivo y medioambiental. Al menos, el reciente anuncio de la creación de la Mesa Nacional del Regadío y el Observatorio de la Sostenibilidad del Regadío debería favorecer la cooperación, el flujo de información y la consulta, y así avanzar en la mejor gestión del agua y de los regadíos; en particular de los 2.130 millones de euros de inversión para la modernización del regadío hasta 2027 anunciados por el ministro del ramo.
En cuanto al consumo, en la campaña saliente se han alcanzado récords de comercialización, con más de 1,6 millones de toneladas entre consumo interior y exportaciones. Una demanda que no va a poder ser cubierta en la campaña entrante, ni aún considerando los stocks actuales y las mejores estimaciones de producción. Si ya se arranca con unos precios elevados, la tendencia prevista es de cotizaciones extremadamente altas, presionadas al alza por las bajas previsiones de producción y por las cotizaciones de un aceite de girasol que han marcado el diferencial más bajo de su historia con respecto al de oliva. Una tendencia que parece se va a mantener mientras no se resuelva la guerra de Ucrania.
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