El garbanzo de Valencia del Ventoso obtiene la protección previa a la IGP

Este reconocimiento permite proteger un producto a nivel nacional mientras se considera su inscripción como IGP en el Registro de Denominaciones de Origen e Indicaciones Geográficas Protegidas de la Unión Europea.

Esto les permite asegurar la protección del nombre, la calidad de su producto y acceder a nuevos mercados donde promocionar el garbanzo como producto agroalimentario.

El documento recuerda que el pasado 31 de mayo de 2023, la Agrupación Promotora de la Indicación Geográfica Protegida (IGP) Garbanzo de Valencia del Ventoso presentó la solicitud de inscripción de su nombre en el Registro de Indicaciones Geográficas Protegidas (IGP) de la Unión Europea.

Asimismo, y de forma temporal, recibe la Protección Nacional Transitoria hasta que la Comisión Europea adopte una decisión sobre su inscripción en el Registro comunitario.

Los garbanzos de Valencia del Ventoso (algo más de 2.000 habitantes, entre Zafra y Jerez) son famosos porque se crían en un suelo arcilloso que aguanta la humedad y apenas sin yeso en el sustrato. Tanto los pedrosillanos como los castellanos salen blandos. Necesitan poco tiempo de cocción y llegan al plato sin piel. Y lo que es más importante, según contaba a este periódico el agricultor Francisco Donoso, se les pega la pringá, pues cogen el sabor del cocido.

En una olla express todos acaban ablandándose, hasta los gruesos insípidos. «Nosotros buscamos precisamente lo contrario, que la gente los pruebe, les guste y los compre».

Desde los catorce años trillando -primero con mulas y ahora con tractor- y venteando para separar la paja del grano, Francisco hablaba del garbanzo de su pueblo con entusiasmo. «Si te salen buenos, la gente los compra y repite, si salen duros puedes despedirte. Me han llamado hasta de Estados Unidos un familiar de un emigrante de aquí».