La cereza pide tregua al cielo
La lluvia ha arrasado el 80% de una cosecha que arrancaba con la perspectiva de buenos precios, según la Denominación de Origen
«Aquí estoy, con el culo apretado (sic) para recoger la mayor cantidad de cereza posible para que el tiempo no lo estropee». Raúl Heras, ... de 48 años, atiende a HOY mientras coge la lustrosa fruta roja del norte de Extremadura. Ha empezado la cosecha de la cereza con buenas expectativas pero también, como es inevitable, con altas dosis de incertidumbre. Ahora la que más inquieta es la meteorológica, por ver el impacto real de la lluvia que desde la semana pasada ha hecho presencia de forma abundante en el Valle del Jerte y en La Vera.
«El año viene bueno en cuanto a precio y a kilos y ahora solo espero que la lluvia que no hemos tenido esta primavera no caiga toda en estos días y arruine la campaña», agregaba este agricultor de Navaconcejo (2.054 vecinos) en su parcela de cerezos en un momento en el que la lluvia no estaba presente. Pero el agua no ha dejado de caer.
«No es normal, nada normal, que no haya caído una gota en abril y nada en la primera quincena de mayo. Ahora nos encontramos con unas lluvias que son malas para el producto», señala José Antonio Tierno, presidente de la Agrupación de Cooperativas del Valle del Jerte.
La agrupación es una cooperativa de segundo grado y está considerada la pionera del asociacionismo agrario extremeño. Se constituyó en 1986, aunque un primer nexo intercooperativo surgió en la década de 1960. Tiene 15 cooperativas de base, con alrededor de 3.500 socios.
Cereza dañada
No todos esos productores de cereza están en la comarca del Valle delJerte aunque es ahí, con cerca de un millón de cerezos, donde están la gran mayoría.
En Hervás (3.972 vecinos, Valle del Ambroz) tiene por ejemplo su parcela agraria Marco Antonio Rodríguez, aunque él es natural de Cabezuela del Valle.A sus 50 años, recoge año tras año con su mujer los kilos que les concede una explotación de unas 2 hectáreas situadas a 900 metros de altitud.
Este año, dice Rodríguez, tiene una cosecha media. Lo peor es que le queda por recoger aproximadamente el 80% del producto. Es decir, casi todo. Con las primeras lluvias de la semana pasada ya atisbó que una parte del producto se va a rajar, mermando la producción. Ahora todo ha empeorado.
Eso en un año en el que la floración de los cerezos llegó con 10 ó 12 días de retraso por el frío invernal pero el desarrollo de la campaña estaba siendo normal con las altas temperaturas que favorecía el desarrollo de los frutos..., hasta la semana pasada.
Tanto está lloviendo que se calcula que se podría haber perdido al menos el 60% de la producción prevista. La mancomunidad de municipios del Valle del Jerte ha solicitado al Gobierno que declare la zona como zona afectada gravemente por una emergencia de protección civil. Algunos municipios de La Vera se podrían sumar a esta petición.
Según la Denominación de Origen, se ha perdido la práctica totalidad de la campaña de cereza del Valle del Jerte . Según los cálculos del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida, el 80% de la cosecha está dañada y se da por perdida. Añade que solo se ha recogido el 20% de la producción.
«La incertidumbre es máxima en esta campaña, no solo en cuanto a los kilos sino también en cuanto a la rentabilidad»
José Antonio Tierno
Presidente Agrupación de Cooperativas Valle del Jerte
«No soy optimista. Al final estas lluvias hacen daño. ¡Qué le vamos a hacer! Por buscarle algo bueno a esto: al menos nos va a garantizar que el árbol del cerezo pueda llegar a la próxima campaña porque la sequía estaba siendo tremenda», comenta Rodríguez, al que le ha dado tiempo de recoger algo de cereza de las variedades vera y nimba, predominantes en sus parcelas.
Las palabras de Marco Antonio Rodríguez son complementadas, casi punto por punto, por Raúl Heras, que incide en que la recolección de la cereza sigue siendo una práctica familiar y «cada año es más difícil recogerla».
La dificultad de encontrar mano de obra es un obstáculo que, lejos de superarse, tiende a agrandarse. Y más cuando por la lluvia el fruto que está maduro y no se ha recogido del árbol debe cosecharse lo antes posible, por ejemplo.
El 60%, en este mes
Un problema, el de la mano de obra, que se extiende no solo al campo sino a la selección del producto y envasado en la central de la Agrupación de Cooperativas en Valdastillas. Ahora mismo da empleo a unos 900 trabajadores, pero para dentro de unas semanas necesitará unos 300 más «y no los encontramos», dice Tierno.
El presidente de la asociación de cooperativas confirma que a estas alturas, finales de mayo, primera semana de junio, solo se ha recogido entre el 20 o 25% de la cosecha prevista en las comarcas del nordeste extremeño.
Subraya que además que el 60% de las cerezas se recogen a lo largo del mes de junio y, en condiciones normales, hasta mitad de julio debe haberlas en los árboles para las variedades más tardías.
«La lluvia de ahora estropea la fruta, hacer que se raje aunque tenemos una esperanza», argumenta Tierno a este periódico. «Como no ha llovido nada, la tierra está muy seca y los árboles pueden absorber bien el agua que caiga. No creo que les afecte tanto como en un año en el que hubiera llovido mucho. Pero, claro, debe de dejar de llover en grandes cantidades», reflexiona de forma pausada. La previsión meteorológica sigue mostrando chubascos a corto plazo.
En el Valle del Jerte lo que se ha empezado a recoger son las variedades tempranas. La burlat, la primera. Desde principios de mayo al 15 de ese mes se pudo recoger sin mayores problemas, explican los productores.
Luego llegó el turno para la navalinda, para la Denominación de Origen, y posteriormente es el momento de la variedad más habitual, la lapins. Se suele recoger desde el 10 de junio hasta el 20 de julio, aclara el presidente de la Agrupación de Cooperativas.
Este es el panorama general en una campaña en el que las zonas más bajas o cálidas del Valle del Jerte (como el municipio de Jerte) presentan poca cereza, justo lo contrario que la previsión para las zonas medias y las de mayor altitud (como Piornal o Tornavacas), con generosas perspectivas.
Al menos, hasta que la lluvia se desató en la zona. La previsión inicial era llegar a los 19 millones de kilos, una campaña considerada normal tirando a alta. La más escasa en época reciente fue la de 2020, cuando solo se lograron cosechar 8,5 millones de kilos por la lluvia abundante y el granizo.
Rentabilidad
Otra cuestión sometida a vaivenes es la relacionada con la rentabilidad, especialmente sensible en un sector atomizado y con parcelas de tamaño pequeño-medio.
Las explotaciones de cerezos se sitúan habituales en bancales o terrazas del Valle del Jerte y La Vera. Así se consigue un mejor aprovechamiento del terreno aunque, no suelen ser de gran tamaño, al contrario que ocurre con otros cultivos.
«Para el agricultor encontrar la rentabilidad es algo siempre complicado. Y más aún con las subidas de costes. Por eso hay que hacer equilibrios. No se trata solo de que te paguen bien sino de que compense con los costes de producción», relata José Antonio Tierno, presidente también del consejo regulador de la Denominación de Origen Protegida 'Cereza del Jerte'.
En este sentido, «los precios el año pasado fueron razonables aunque no tanto como 2021, que fueron muy buenos o buenos. Los de ahora son una incógnita, sencillamente. Va a depender, por ejemplo, de que la exportación siga bien porque nuestra salida principal son los mercados extranjeros. España es excedentaria en cerezas», incide.
Afinando más: entre el 75% y el 80% de la producción de 'Picota del Jerte' se destina a la exportación.
«La cereza es una fruta muy delicada. Por eso hay que recogerla bien, sin ningún rasguño y más cuando casi toda sale con destino a mercados de calidad», explica Raúl Heras. «Que se empiece a rajar por el agua hace que no sea comercializable en buena parte», lamenta el agricultor de Navaconcejo.
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