El campo respira con unas lluvias bien recibidas para el regadío y la ganadería
Los regantes no están consumiendo agua de los embalses y replantan cultivos y las charcas se están empezando a llenar para el ganado
«Los pantanos no cogen agua pero dejamos de consumirlas de ellos mientras sigue lloviendo. ¿Te parece poco ahorro?». Francisco Plaza, agricultor de regadío de ... Villanueva de la Serena, lo explica bien. Es el presidente de la villanovense cooperativa San Isidro. «Las charcas se han llenado y eso es muy importante para la ganadería», apostilla Cándido Méndez, presidente de la cooperativa Agrollerena y comarca. Son dos testimonios autorizados para poner voz a un cambio de tendencia radical que hace que la sequía haya dado paso a un tiempo fresco y lluvioso para alivio del campo extremeño.
La ausencia de precipitaciones desde diciembre y el extraordinario calor de abril ahondó una sequía que llevaba en Extremadura desde el año pasado aunque la borrasca Efrain, a final de año, pareció hacerla olvidar. Un panorama que ha generado millonarias pérdidas para los agricultores y ganaderos extremeños.
«Es una bendición esta lluvia en la última quincena de mayo aunque lo ideal hubiera sido que hubiera caído hace un mes o mes en medio», reflexiona Juan Metidieri, presidente de la organización agraria Apag Asaja Extremadura.
«El olivar no va a poder recuperar la aceituna que se cayó en abril o no floreció bien entonces para esta campaña pero sí va a poder regenerarse para la próxima», subraya Metidieri. Mientras, para encinas, alcornoques y los frutales, a punto de ser cosechado en el caso de las variedades más temprana, este tiempo es una estupenda noticia.
Los regantes extremeños habían debido iniciar ante la campaña de riego porque en abril no cayó ni una sola gota y, además, se registraron temperaturas máximas por encima de los 35 grados. Por eso hubo que dar agua antes. Ahora no es necesaria.
Plaza lo recalca. «Desde el viernes 26 de mayo, a las ocho de la mañana, está cortada el agua en el Canal de Orellana porque los regantes no necesitamos el agua del pantano. Nos sirve con la que ha caído para sembrar tomate o resembrar. Y tampoco la necesitan los frutales», señala con alegría indisumulada.
Alivio general
La comunidad de regantes del Canal de Orellana es la mayor de Extremadura y la que en esta campaña vuelve a sufrir recortes en las asignaciones de agua aunque podrá sembrar de todo. El año pasado no puso ni una sola hectárea de arroz. Por este motivo sus agricultores celebran esta llegada de la primavera lluviosa y fresca a las puertas del verano.
«De momento no hace falta el agua. Eso es como si se estuviera llenado un embalse. No van a coger agua con estas lluvias porque el campo está muy seco y lo absorbe todo pero va a dejar de soltarla, que es casi lo mismo», enfatiza el presidente de la cooperativa San Isidro, quien apunta que en su zona han caído alrededor de 40 litros y «eso es un alivio tremendo».
Cuenta Paco Plaza que el campo tempero (estado óptimo para plantar o replantar) y «eso es lo que estamos haciendo ahora en estos días mientras sigan las temperaturas frescas y continúen las lluvias, que encima están cayendo muy bien y sin granizo».
En la Campiña Sur pacense, el área más seca de Extremadura, no dan crédito a lo que están viendo. «En Llerena han caído unos 50 litros desde que ha empezado a llover en mayo. Y en Casas de Reina, mi pueblo, llevan más de 80 litros. Y en otras zonas, 100. Es lo que tienen las tormentas, que encima están siendo buenas, sin hacer daño, sin granizo», coincide Méndez.
«Está rebrotando la hierba en algunas zonas de pastos y en algunos sembrados de cereal incluso está saliendo la flor». agrega. «Esto nos va a quitar dos meses de verano», sentencia.
Sin embargo, el presidente de la cooperativa llerenense rebaja la euforia al recordar que todo el cereal en la Campiña Sur se ha perdido y otros cultivos, como el de la colza, tampoco se van a poder recuperar con estas aguas.
«El problema no es que en estas fechas haya llovido y pueda seguir haciéndolo. El problema es que el agua hacía más falta entre marzo y abril y aquellos meses fueron una hecatombe y por eso el cereal es irrecuperable», remarca Cándido Méndez.
En este contexto de lluvias bienvenidas, solo hay un punto negro. Está localizado en el nordeste de Extremadura porque allí las borrascas y tormentas han dejado más de cien litros en las últimas dos semanas. Una cantidad de lluvia sobresaliente que tiene su impacto en la campaña de la cereza, que apenas había hecho comenzar.
Junio arranca como acabó mayo: más lluvias
El mes que anticipa el verano empieza como si siguiéramos en un mayo húmedo. Las previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología indican que a corto plazo la tendencia general en la región vuelve a ser lluviosa en este inicio de junio. En todas las comarcas, aunque como casi siempre más concentradas las precipitaciones en el nordeste extremeño. No se puede hablar, en todo caso, de grandes cantidades pero siguen siendo bien recibidas salvo para los productores de cereza. Además, las temperaturas siguen siendo bastante suaves para la época del año en la que nos encontramos. Puntualmente se pueden rozar los 29/30 grados de temperatura máxima en las Vegas del Guadiana a mitad de esta semana.
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