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El actor valenciano durante una sesi ón de fotos en un hotel de Mérida | BRIGIDO
PEPE SANCHO ACTOR DE 'MILES GLORIOSUS'

«El teatro es para divertirse. Para educar están las universidades»

El valenciano, en plena etapa de madurez, regresa a la escena del Teatro Romano de Mérida con una comedia en la que da vida a un esclavo manipulador y pícaro

CELESTINO J. VINAGRE

Jueves, 24 de julio 2008, 10:53

Se le ve muy a gusto en Mérida y se deshace en elogios hacia el Festival, una de sus ocupaciones preferidas en verano. Tanto como profesional y como espectador. El prolífico y locuaz actor Pepe Sancho se enfunda el traje cómico para una obra clásica hasta el 3 de agosto.

-Es un clásico de Mérida. Ese miedo escénico que dicen algunos que tiene cuando lleguen al Teatro Romano se habrá esfumado, ¿no?

-Miedo, no, no. Tengo un gran respeto a la historia de este Teatro, al cielo de este verano extremeño que nos deja sus noches en el escenario, sus estrellas, sus lunas. Como actor, no debes venir a romper esa armonía, el espacio y, por lo menos, debes incrustarte en lo que significa actuar aquí, en un espacio Patrimonio de la Humanidad. No hacer al revés, hacer lo que algunos: incorporar Mérida a sus proyectos. Estoy en contra cambiar la túnica por el casco. Es algo que no me concuerda. Y también digo que en Mérida, cuanto menos decorado, mejor. Cuanto más se vean las columnas, mejor, que para eso están.

-Es su incursión en el Festival en la comedia, aunque su papel no se puede decir que sea especialmente hilarante.

-Es un pillo, un gran manipulador y también el que representa la conexión entre el público y los protagonistas.

-¿Es un papel agradecido?

-El actor es el que debe hacerlos agradecidos, no los papeles en sí. Si tú no lo haces ser agradecido, el papel no es más que una cosa escrita que está esperando a que vengas a ponerlo en pie. A mí me gustan todos los papeles, lo que pasa es que soy un actor muy popular y, digamos, que he hecho muchas cosas populares, personajes duros muchas veces.

-Como esclavo en 'Miles' se parece al Estudiante de 'Curro Jiménez'.

-Sí, sí. Son personajes de ese mundo pícaro. El esclavo Centella, más después de la adaptación hecha por Copete, es un personaje de Quevedo, de la picaresca española metido dentro de Plauto. Pero sí tú no conviertes en algo los personajes, no dejan de ser grandes o mediocres escritos de texto.

-¿Le ha supuesto alguna dificultad especial?

-Especial, no. Bueno, la dificultad física y técnica de que durante los ensayos de 'Miles' estaba rodando, a la vez, los capítulos de 'Cuéntame' para el próximo otoño y terminando la primera parte de una gira, la de 'Enrique IV'.

-Para un actor, ¿lo es más sencillo es hacer un papel cómico?

-Yo no quiero resultar sencillo, simplón en eso, pero el estado de ánimo del espectador que viene a Mérida está predispuesto a que le ofrezcas un espectáculo que le entretengas más que le ilustre. El Teatro de Mérida es un lugar de entretenimiento, para distraerse.

-Entonces, las obras ¿no deben hacer reflexionar al espectador?

-No estoy diciendo que no representen nada pero el teatro, en general, en tiempos de libertad como estamos ahora, en democracia, es posiblemente el más grande de los entretenimientos. Para las enseñanzas están las universidades. Si quieres, el teatro debe colaborar, pero no utilizarlo como medio educativo porque entonces ahí llega la imposición como pasó en la dictadura.

-¿Qué se va a encontrar el público en 'Miles gloriosus'?

-Los que vienen saben que Plauto era un comediógrafo, posiblemente el mejor del mundo latino. Y estando Pepe Viyuela y yo encabezando el cartel, sabe que viene a divertirse. Con eso sobra todo. El público verá crítica satírica, no doliente. Es la crítica que haríamos nosotros en la calle. Quien no ha tenido o tiene como vecino a un sargento de la Guardia Civil que se cree que es el capitán general de los ejércitos, lo ve salir sacando pecho y desfilando orgulloso y a nosotros nos hace gracia.

-Es la segunda vez que hace comedia en año y medio con el director Juan José Afonso.

-En realidad, 'El gran regreso', que se llamaba la obra, era una tragedia (un hombre de mi edad que tiene un hijo con el que apenas se relaciona) pero entre Juan José Afonso y yo hicimos lo que para muchos era una comedia.

-Para el gran público, quizás, Pepe Sancho tiene el estereotipo de ser un actor recio, sobrio, como se veía en 'Memorias de Adriano'. ¿Llevaba un cómico metido dentro y ahora ha explotado?

-Bueno...Lo que pasa es que en este mundo como muchos dicen mediático las cosas que uno hace en series televisivas quedan más pero yo llevo más de treinta años en esta profesión y haciendo de todo. A mí los estereotipos...me los pongo todos en la espalda. Cuando no trabajas, vale, pero cuando uno ha hecho de todo, cuando en el mismo año he trabajado con Almodóvar, Aranda, Berlanga, Bollaín...

-La sombra de Don Pablo ('Cuéntame') no es muy alargada, vamos.

-¡Si es que yo no quiero que desaparezcan las sombras de mis personajes!. Son personajes que van a quedar en la retina de la gente dentro de treinta años.

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