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¿Qué ha pasado este viernes, 5 de diciembre, en Extremadura?

La Ley de Ocio acabó con el botellón de la Plaza en 2003

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Viernes, 2 de noviembre 2007, 12:00

Pese a la existencia de botellones ocasionales e incontrolados, lo cierto es que la Ley de Convivencia y Ocio de la Junta de Extremadura acabó con la concentración masiva de jóvenes en la Plaza Mayor. Fue un sábado, día 29 de marzo de 2003, cuando se puso fin a esa práctica tan arraigada en la ciudad. Esa noche, tras varios días de avisos y advertencias, no se celebró ya el tradicional y obligado macrobotellón de los sábados por la noche.

Entonces,muchos ciudadanos dudaban incluso de la efectividad de las fuerzas policiales para erradicar el fenómeno, toda vez que era protagonizado por miles de personas y tenía muchos años de antigüedad. ¿Cómo va a impedir la Policía que llegue gente a la Plaza Mayor y se vayan formando corrillos con las típicas bolsas de bebidas alcohólicas?. Será necesario un destacamento de antidisturbios para dispersar a miles de jóvenes, según la opinión de los más escépticos. Sin embargo, contra todo pronóstico, bastó la campaña de información, los avisos y advertencias, con un gran cartel que se colocó en la Plaza Mayor días antes de entrar en vigor la Ley de Ocio (23 de marzo de 2003), y la presencia policial desde primeras horas de la noche en las entradas a la Plaza Mayor para recordar la prohibición. La prohibición y las multas de 300 euros que podrían ser impuestas a toda aquella persona que fuera sorprendida bebiendo alcohol en la vía pública.

Disuasoria

Esa labor de disuasión bastó para que los escasos jóvenes que bajaron a la Plaza Mayor con las bolsas de bebidas se dieran media vuelta y abandonaran el lugar. Como alternativa, la Concejalía de Juventud de la Junta de Extremadura había organizado unos conciertos en el Hípico, que se presentaban como alternativa para el primer día de Ley Seca en la Plaza Mayor. Sin embargo, fue una noche muy lluviosa y los conciertos del Hípico fueron suspendidos. De todas manera, el ferial había sido designado por el Ayuntamiento como lugar autorizado para beber en la calle, de acuerdo a lo que establecía la Ley de Ocio, que abría la posibilidad a los ayuntamientos para que fijaran lugares alternativos donde podría no aplicarse la normativa de beber en la calle. Desde entonces ese lugar es el ferial, lo que no ha impedido intentos de botellones incontrolados o algunos más o menos consolidados, como el que denuncian los vecinos cercanos al Paseo Alto. O más recientemente, los mayores de la Residencia de la Tercera Edad de Aguas Vivas, que en el reciente Pleno del Mayor se quejaron ante la alcaldesa de las molestias por los botellones que se celebran allí. La alcaldesa reconoció el problema y dijo que la Policía Local «hace lo que puede».

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