Anulan el despido de un guarda tildado de furtivo

«Actuó bajo la práctica del furtivismo; lo cual, en su caso, adquiere una especial gravedad, toda vez que usted es vigilante de la reserva de caza La Sierra, que es el lugar donde se daba la montería y, entre sus principales funciones, se encuentra impedir que personas no autorizadas practiquen la caza».

Esta es parte de la carta de despido que el 22 de febrero de este año recibió un guarda, que cobraba 1.590 euros mensuales (con las pagas extras) de la empresa Sociedad de Gestión Pública de Extremadura, para la que trabajaba desde enero de 2008 en la reserva de Jarandilla de la Vera.

El despido se produjo tras denunciarle dos agentes del medio rural que le vieron dispara con la escopeta de un cazador autorizado para ello.

La Sala de lo Social señala en una sentencia que el despido es improcedente. Condena a la empresa a que readmita al trabajador, abonándole los salarios dejados de percibir desde la fecha del despido, o le indemnice con 11.525 euros.

El tribunal indica que la actuación del guarda no se puede considerar como un acto de furtivismo. Dice que lo que hizo fue que con permiso de un cazador autorizado efectuó dos disparos desde un puesto a una pieza de caza. Señala que el cazador estaba allí con todos los requisitos legales y reglamentarios exigibles, y no se puede considerar que el guarda que fue despedido, «actuara sin permiso o a escondidas».