Cuando la afición cruza el Atlántico
Estas hermanas, seguidoras de Alejandro Talavante, relatan cómo está siendo su experiencia y cómo se vive la fiesta en el país azteca Cristina y Silvia Padín han viajado a México para disfrutar de la temporada taurina
ESTEFANÍA ZARALLO
Domingo, 1 de diciembre 2013, 11:31
Los kilómetros que recorren cada temporada se cuentan por miles. Quedan pocas plazas de toros de España y Francia a las que las hermanas Cristina y Silvia Padín Barca no hayan accedido para disfrutar de un festejo taurino. Desde Olivenza hasta Zaragoza, pasando por Sevilla, Madrid o Valencia, sin olvidar también los cosos de localidades más pequeñas. Además, contemplan el toro bravo en el campo visitando ganaderías porque la tauromaquia para ellas es más que una afición, una forma de vida.
De hecho, Cristina es escritora, y tiene varios libros de temática taurina dedicados, entre otros, a las figuras de Antonio Ordóñez y 'El Juli', además de poesía y cuentos con el toreo como protagonista. Por su parte, Silvia, es diseñadora de moda y complementos inspirados, como no podía ser de otra manera, en el mundo del toro y también en el flamenco, estrechamente ligado a él.
Ambas crecieron escuchando hablar de Antonio Ordóñez y aprendieron a admirarle a pesar de haber nacido en Holanda. Como han contado en algunas ocasiones, el marido de su 'tata' Jesusa, le conocía y sentía devoción por él. Tanta, que terminó por contagiársela a las pequeñas que hoy sienten pasión por el maestro de Ronda, la fiesta y todo lo que la rodea.
En sus retinas han quedado grabadas las salidas a hombros de Madrid de Alejandro Talavante, la mañana de los seis toros de José Tomás en Nimes o las faenas de mando y poder de 'El Juli', pues son algunos de sus diestros predilectos. Ahora, también podrán deleitarse recordando las tardes vividas en la Monumental Plaza México de la capital del país azteca o de Querétaro, donde la pasada semana pudieron disfrutar de una corrida con espadas españoles y mexicanos.
Ambas sienten un interés especial por México, por lo que decidieron viajar y seguir disfrutando de la tauromaquia al otro lado del Atlántico, y comprobar cómo se vive la fiesta en un enclave tan similar y a la vez tan diferente a España.
«México es un lugar que amo y viajamos para disfrutar de tan acogedor país, ver a Alejandro Talavante y hacer algo de temporada», explica Cristina Padín. Silvia además añade que llevan varios años con la idea de vivir allí una campaña completa. «Aún no hemos podido organizarlo bien, pero nos hemos venido unos días para disfrutar de este maravilloso lugar», apunta la pequeña de las hermanas.
Describen México como un lugar acogedor, de contrastes, cálido y cariñoso, que recibe al visitante con los brazos abiertos, y a sus habitantes como personas amables y con gran pasión por la tauromaquia, con la que son muy respetuosos.
«Los mexicanos sienten el toreo hasta las pestañas. Son receptivos, acogedores y las plazas son muy hermosas. Las tardes en las que ha toreado Alejandro Talavante las he vivido con mucha emoción y nervios, al igual que en España, aunque aquí pude beber tequila mientras que allí no tomo ni café ni alcohol las horas previas a la faena. El olé mexicano es especial, ilumina», describe Cristina Padín.
«La primera vez que entras en la Monumental de México todo te impresiona mucho. Su historia representa mucho para el toreo. Escuchar los olés en México alimentan el alma, suenan especial. Los días de festejo pasan muy rápido porque hay un ambiente taurino desde pronto en las cercanías de la plaza», destaca Silvia, que recuerda que en su viaje han visto dos corridas de toros, en Querétaro con Zotoluco, 'El Juli', Alejandro Talavante y 'El Payo'; y en La México, con 'Zotoluco', Miguel Ángel Perera y Sergio Flores. Tienen previsto asistir hoy domingo de nuevo a la plaza más importante del país, para disfrutar de Joselito Adame, Arturo Saldívar y Diego Silveti.
'Ir al toro'
Un día de toros se vive de manera distinta. Para empezar, las entradas son más económicas y como curiosidad, el tequila está muy presente también en los tendidos, donde se suele comer desde pizzas y tacos hasta unas obleas que señalan como deliciosas. Y venden todo lo imaginable, incluso lotería. «Ellos lo llaman 'ir al toro'», asevera Cristina, que no duda en afirmar que ver festejos en México es una experiencia única, mágica.
También para los matadores, que suelen manifestar que se sienten bien tratados y perciben el respeto y cariño de la afición. «El otro día en Querétaro le decían a Talavante 'el torero mexicano'», recuerda Cristina Padín.
«Creo que a los toreros les influye México y que les encanta el cariño y el respeto de la afición. Les veo más relajados y cercanos», apostilla Silvia Padín. Según ambas la gente se caracteriza por su amabilidad y hospitalidad.
No han coincidido allí con otros españoles, pero si han podido conversar con algunos toreros como 'El Juli', 'El Payo', Sergio Flores, Alberto Elvira, Víctor Puerto, 'Zotoluco', Alejandro Silveti o Alonso Cuevas. No han charlado con Alejandro Talavante, el diestro que más emociona a Cristina Padín, pero sí con su cuadrilla y esposa.
Reconocen que a los mexicanos les sorprende ver cómo dos aficionadas españolas hacen más de 9.000 kilómetros para compartir con ellos la temporada, aunque a muchos ya los conocen de España. «Es más habitual que un mexicano visite nuestro país que al revés», asevera Silvia Padín, que cree que a veces los medios de comunicación ofrecen una imagen que puede darse en algunos lugares pero no en todos, y considera que es tranquilo y seguro. Coincide con ella su hermana, que cree que con cuidado, México DF, la capital, no es para nada insegura.
Y eso que han visitado varios lugares y ciudades, e incluso ganaderías. «Recomiendo la plaza de toros de Juriquilla, que es hermosísima, la ciudad de San Miguel de Allende que tiene una belleza y una esencia especial, es muy bohemia y artista. Me gustó el centro de Querétaro y Bernal con su peña y todas sus leyendas de pueblo mágico. Y la villa Guadalupana, seas o no creyente», subraya Silvia Padín.
Con relación a las ganaderías, Cristina hace hincapié en su atractivo y destaca que, de disponer de mayor tiempo, conocería más para escribir sobre ellas. «Aunque el paisaje de la cría del toro es diferente, el amor que se respira en ellas es igual que en España», apostilla su hermana.
Tan positiva está siendo la experiencia que ya tienen en mente proyectos profesionales, pues ambas han tenido encargos en México. Cuando regrese, Cristina quiere escribir sobre ganaderías y la dinastía Silveti. Por su parte, Silvia admite que el país entero es una fuente de inspiración por sus colores, historias y diferencias con España y le gustaría crear algún complemento en honor al toreo mexicano y también a la charrería.
Cristina y Silvia están apurando su viaje. Regresan a España el próximo martes, después de una experiencia única que les ha servido para crecer y enriquecerse como aficionadas.