La eterna magia de los cuentos

Quien no se deje atrapar en la infancia por la magia de la lectura no leerá en su vida adulta. Lo saben bien pedagogos, maestros, autores y editores, empeñados en atraer lectores desde la más tierna infancia y que cada 2 de abril -aniversario de Hans Christian Andersen (1805-1875)- celebran el Día Internacional del Libro Infantil. Una jornada para hacer balance y constatar cómo, a pesar de la crisis, la edición para los más peques aguanta la crisis y luce mejores cifras que el resto del sector, que acusa la recesión. Editores y distribuidores son muy conscientes de la necesidad de cuidar a este semillero de lectores -futuros consumidores de libros en el formato que sea- y quieren acompañarlos en un viaje que va del cuento infantil a la novela o el ensayo.

El de la literatura infantil y juvenil es un campo que, además de generar cíclicamente fenómeno millonarios, como el de Harry Potter o Gerónimo Stilton, aguanta el tipo ante los embates de la crisis. Aunque las ventas de libros para pequeños y jóvenes están la baja, como todo el sector, el descalabro ha sido menor de lo previsible. Tanto que en 2011 las ventas cayeron un 6%, frente al casi 9% del año anterior.

En un sector que globalmente regresa a cifras de hace un decenio y ve caer en un 24% el número de ejemplarse impresos y un 22% la tirada media, en 2011 se publicaron casi 12.000 títulos para los lectores más jóvenes. Hasta un 82,9% de críos de entre 10 y 13 años dice además que lee por placer, según el estudio de la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE). Y eso a pesar de la drástica caída de de la compra institucional, que se redujo un 45%.

Con casi 900 empresas, 3.000 millones de euros de facturación, 14.000 trabajadores y serias dificultades, el sector editorial se permite celebrar con alegría el Día Internacional del Libro Infantil. Desde 1967 el IBBY (International Board on Books for Young People) promociona los libros infantiles y juveniles y la lectura evocando al autor de relatos eternos como 'El soldadito de plomo', 'El patito feo' o 'La princesa y el guisante'.

¿Qué seduce a los ávidos, implacables y menudos lectores? La aventura, la fantasía y el misterio, sin duda, aunque la magia del fenómeno Harry Potter haya dado paso a historias de vampiros, que hacen furor también en el cine, y a narraciones más apegadas a la realidad. J.K. Rowlling, creadora de Harry Potter, agotó la serie y cedió el cetro a los vampiros de Stephanie Meyer y a la saga de 'Juego de tronos', de George R. R. Martin, que convence a adolescentes y adultos y que con 'Canción de hielo y fuego' se situó en cabeza como la novela más comprada en 2011, según la FGEE. En el tramo entre 10 y 13 años los más vendidos fueron los libros de Gerónimo Stilton, seguidos de 'El diario de Greg', de Jeff Kinney, con casi medio millón de ejemplares solo del primer título de la serie, y de 'Kika Superbruja' de Knister.

Más allá de la fantasía, los narradores abordan temas muy terrenales, como demuestran los premios que las editoriales conceden en este campo y algún éxito de ventas. Así, 'El faro de la mujer ausente', de David Fernández (Premio Alandar), 'El festín de la muerte', de Jesús Díez de Palma (Premio Gran Angular), y 'La noche más oscura', de Ana Alcolea (Premio Anaya), hablan de la guerra. También es un tema duro y descarnado el que aborda Maite Carranza en 'Palabras envenenadas', que trata sobre los abusos sexuales y que se llevó el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil.