El paseo turístico por Mérida y Badajoz es más accesible que en Cáceres y Plasencia

Extremadura es más practicable que accesible, que quiere decir que si alguien sufre una discapacidad y anda de turismo por esta tierra, será mejor que vaya acompañado para poder salvar obstáculos con menos dificultad. La comunidad autónoma va sumando puntos en adaptación, pero todavía queda camino por recorrer, según reconocen los expertos y según puede comprobar cualquiera que dé un paseo por el circuito turístico de su localidad.

«Estamos mal en accesibilidad», indica Ana Pulido, de la asociación E-Tradis. El año pasado quisieron comprobar si los lugares Patrimonio de la Humanidad de la región ofrecían facilidades a los minusválidos y la conclusión fue «la falta de accesibilidad generalizada, de ahí que vayamos a continuar trabajando en este sentido, para conseguir que los servicios turísticos no planteen tantos problemas a la gente con movilidad reducida». Próximamente editarán un documento con recomendaciones sobre turismo accesible e impartirán talleres a empresarios y técnicos con el fin de enseñarles cómo hacer más fácil la estancia a los visitantes impedidos.

La basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, con unas escaleras «insalvables», indica Pulido, es un ejemplo de inaccesibilidad. Los visitantes discapacitados sí pueden entrar al templo a través de la Hospedería, pero el recorrido por el interior no será completo, ya que con las sillas de rueda no pueden llegar hasta el relicario, el coro y el camarín.

Monumentalidad dificultosa

Otro destino difícil es la catedral de Plasencia, «que no planteaba en el XVI los problemas de ahora». En la entrada a su planta nueva hay una rampa, pero una vez pasada toca salvar un paso de madera que pone las cosas poco fáciles.

Se trata del monumento religioso más importante de la comunidad, en el que la dificultad se salva en ocasiones con un sistema de pasarelas móviles. «No es solución», indican varios guías de turismo, a favor de una reforma más a fondo no tanto en el templo, como en la plaza de la catedral, destino ineludible de los visitantes. «Hay que empezar por eliminar los coches, porque crean mucha inseguridad e instalar más rampas para salvar unas escaleras imposibles, no sólo para inválidos, sino para invidentes, gente que usa bastón o que empuja la silla de un bebé».

En Cáceres, la zona monumental es una dificultad en sí misma, empezando por el pavimento, según señala Manuel González, presidente en la provincia de Cocemfe (Federación de Asociaciones de Personas con Discapacidad Física y Orgánica), que reconoce que al tratarse de un conjunto patrimonial es difícil actuar desde el punto de vista arquitectónico.

Hay escenarios, como la plaza de San Jorge, en los que las escaleras hacen imposible el tránsito. «Pero también sabemos entender que si un entorno es una belleza, lo seguirá siendo aunque uno no pueda transitarlo. Al menos, desde una silla de ruedas, podemos contemplarlo».

«Sí es cierto -añade González- que cuando se organizan eventos los promotores podrían pensar en espacios a los que tuviéramos acceso todos, porque el Centro Cultural San Jorge, donde se ubican muchos de estos acontecimientos es una dificultad». González recuerda que en la feria de dulces monacales, las navidades pasadas, «me costó una barbaridad llegar y entrar en el recinto».

En la capital pacense la misma asociación destaca la labor que han hecho algunos párrocos por facilitar la entrada a sus iglesias, con recursos propios en muchos casos. En la catedral de San Juan, «se hizo una rampa por la Puerta del Cordero», apunta Jesús Gumiel.

El estudio de accesibilidad que hizo Cocemfe pinta un Badajoz favorable, con una seo y unos museos de Arte Moderno, Bellas Artes y Luis de Morales calificados como accesibles; en el caso del de la catedral, se refieren a que es practicable, que significa que para entrar se necesita ayuda de otra persona.

El conjunto histórico emeritense se añade como muestra de lo contrario, con un teatro, anfiteatro y circo practicables en la mayoría de su espacio. «El puente es peatonal, fantástico; el Teatro se puede visitar en silla de ruedas hasta la Sala de Firmas, gracias a que se creó un corredor perimetral; el Circo se puede transitar por la arena; en el Centro de Interpretación se acondicionó un elevador; la Casa del Mitreo cuenta con un sistema de rampas; no hay problemas de accesibilidad a los Columbarios; la Alcazaba es parcialmente accesible; para Santa Eulalia se plantea una solución, también con un elevador y el Templo de Diana se podrá recorrer en silla de ruedas», indica Miguel Alba, presidente del Consorcio de la Ciudad Monumental, del que forman parte Ministerio de Cultura, Junta, Diputación y Ayuntamiento.

No sólo los monumentos, sino muchos servicios relacionados con el turismo, plantean problemas en la región.

El personal de Cocemfe ha realizado un auténtico trabajo de chinos visitando más de 200 localidades de la provincia de Badajoz para comprobar, sobre el terreno, el grado de accesibilidad de puntos turísticos, pero también el de hostelería, ocio y restauración, farmacias y aparcamientos, tan ligados a cualquier viajero. El proyecto se quiere trasladar a la provincia de Cáceres, con el fin de ofrecer una guía lo más completa posible sobre accesibilidad en la comunidad autónoma.

Eurotaxis y microbuses

La asociación tiene datos suficientes para determinar que, al margen de que los monumentos cacereños sean más o menos fáciles para el manejo de los minusválidos, la gran asignatura pendiente en este caso es conseguir que la hostelería y el ocio se adapten a los discapacitados. «Es necesario desarrollar un trabajo de sensibilización con todos los profesionales que están ligados al sector turismo y también progresar en materia de transporte, con microbuses urbanos con los que se pudiera acceder al casco antiguo». Es el apunte que hacen para abrir a todos la hermosa ciudad monumental, al mismo tiempo que destacan como aspecto positivo, el número elevado de eurotaxis, preparados para transportar sillas de ruedas, que circulan por la capital cacereña.

La circulación rodada para discapacitados está solventada en Badajoz, según la asociación, que sin embargo cree que la ciudad necesita también un empujón en adecuación de hostelería y ocio. «Aseos accesibles o entradas a cota cero o con rampas con los porcentajes adecuados». Igual que en Mérida, destacan a favor de esta localidad, el gran avance que se está realizando a la hora de adaptar las calles, con centros urbanos convertidos en plataformas únicas en las que apenas hay obstáculos, como el acerado o los pasos de peatones demasiado altos.