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Paloma Segrelles y su hija. / Belén Cerviño
Paloma Segrelles y su hija escriben un libro conjunto

Paloma Segrelles y su hija escriben un libro conjunto

'Tal como somos' es un resumen de las experiencias de dos mujeres trabajadoras que han sabido concilar todos los aspectos de su vida

HOYCORAZÓN

Martes, 8 de mayo 2012, 15:19

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La palabra conciliación encaja perfectamente en el estilo de vida de las Segrelles, puesto que ambas son madres de familia, trabajadoras incansables y mujeres de éxito. Hablamos con ellas para que nos cuenten algunas de las interesantes anécdotas que recogen en 'Tal como somos', una obra que han escrito mano a mano contando algunas de sus vivencias, siempre rodeadas de lo más granado de la escena política y social, pero sin perder ese respeto y esa discreción que las caracteriza.

- Hoy Corazón: Tal como somos es el título de su primer libro. ¿Qué les llevó a escribirlo?

Madre: Fue un encargo de la editorial, pero es cierto que me hizo mucha ilusión escribir un libro con mi hija, contando las vivencias de dos mujeres luchadoras que viven en diferentes momentos historicos; en la dictadura y la democracia.

Hija: Escribir es algo muy sacrificado que lleva su tiempo, pero cuando te das cuenta de que has vivido situaciones privilegiadas y experiencias interesantes, llegas a la conclusión de que contándolo puedes aportar algo a otras mujeres.

- H.C. Sus infancias fueron diferentes. Por eso Paloma madre de niña se lamentaba de no haber sido un chico.

Madre: Sí, porque las mujeres estábamos en segundo plano. Las mujeres sin consentimiento del padre o del marido no podíamos casarnos, ni firmar contratos, abrir una cuenta corriente, etc. Recuerdo que cuando tenía ocho años, me peleé con mi amigo Pedrito y me sorprendió cómo le regañó su madre: "Cállate, los niños no lloran, eso es cosa de niñas". Sentí una sacudida cuando la escuché y desde entonces me prometí que jamás lloraría delante de nadie. Tardé muchos años en entender que no es malo exteriorizar los sentimientos. ¡Cuántas veces vi emocionarse a ese gran hombre que fue Manuel Fraga!

Hija: Mi caso es diferente. Es una suerte haber nacido en esta generación, aunque todavía hay empleos en los que no nos valoran ni nos pagan igual. En muchos casos las mujeres cobramos un 20% menos que los hombres en el mismo puesto. Aún así, hoy ser mujer es una suerte, aunque además del trabajo nos responsabilizamos del 80% de la organización de la casa y educación de los hijos.

- H.C. La relación que han tenido con sus padres ha sido muy distinta. A Paloma madre le faltó esa figura paterna mientras que Paloma Junior tiene un padre maravilloso.

Madre Vivíamos cinco mujeres solas en una época en la que el mundo era por completo de los hombres. Todavía en 1991, cuando me eligieron Presidenta del Club Siglo XXI, a la hora de la votación, se levantó un socio, D. Leandro Alfonso de Borbón, y antes de meter el voto en la urna dijo: "Yo lo siento mucho, no tengo nada contra Paloma Segrelles, es una mujer muy inteligente y de mucha valía, pero no puedo votarla. Este es un club serio, de mucho prestigio y no lo puede presidir una mujer". Salí elegida por el 94% de los votos.

Hija: En la época de mis padres educaban a los hijos de distinta manera. Nosotros hemos recibido una educación muy cercana y en eso incluyo a mi padre que lo he tenido tan presente como a mi madre. Generalmente me han dejado libertad para elegir, y desde niña me han enseñado a asumir responsabilidades. Me han inculcado valores que hoy a veces se echan de menos.

Madre: Nuestro objetivo fue ser estrictos en los pilares de la educación pero en lo demás éramos unos padres muy abiertos. Hablábamos con nuestros hijos de todo, polemizábamos, discutíamos, desde opiniones contrarias, con toda libertad.

- H.C. Las cenas de los Segrelles han sido siempre objeto de mil comentarios. En los primeros años de la democracia su casa fue un centro de operaciones y allí se fraguaron importantes contactos.

Madre: Empezaron en vida de Franco. Me interesé por gente de ideologías distintas que reunía en mi casa, casi de forma clandestina. Siempre he tenido necesidad de saber cómo piensan los demás, especialmente en unos años en los que no todo se podía expresar abiertamente.

- H.C. Nunca ha manifestado públicamente su ideología.

Madre: Tengo mis ideas, pero no suelo manifestarlas. No me gusta discutir ni de política ni de religión. Hay más temas de conversación.

- H.C. Entre las anécdotas que salpican el libro está la noche que Isabel Preysler fue a su casa y Paloma Junior no tenía ni idea de quién se trataba.

Hija: Aquel mal trago fue consecuencia de que no me dejaban ver las revistas del corazón ni la televisión. Sabía perfectamente quién era de nombre, pero no le ponía la cara. Por lo que me sentí tan mal fue porque las niñas de mi colegio se rieron de mí al leer en un artículo de Pablo Sebastián, en su columna de ABC: "Una niña inocente, como la que recibió a El Cid en su destierro, preguntó a la mujer más famosa de España, ¿cómo te llamas? Isabel, ¿qué más? Preysler. Pues tu sitio es éste. Y todos fueron felices bajo los auspicios de Paloma Segrelles".

-H.C. ¿Cómo suelen catalogar a las personas?

Madre: En estanques o manantiales. Las personas estanques, como el nombre indica, son como aguas quietas, siempre igual, aunque en la superficie puedan tener algunos nenúfares que te pueden confundir, pero en el interior y en el fondo del estanque está el fango. En la persona manantial las ideas fluyen, como el agua cristalina y no te cansas de oírlas. He tenido la suerte de que Francisco (su marido) fuera manantial.

Hija: Yo hablo de corchos y plomos. Los primeros son aquellos que te animan a seguir en la vida para que flotes. Los plomos son una carga que tienes que arrastrar y pueden hundirte.

- H.C. Hay quien piensa que en el libro van a contar secretos.

Madre: La gente que me conoce no se preocupará porque saben mi sentido de la amistad. Cuento mis experiencias, con anécdotas que he vivido...

Hija: Yo estoy educada para ver, oír y callar y no cuento ningún secreto que no deba.

- H.C. ¿Qué les impresiona?

Madre: Que en una misma persona coincidan la inteligencia y la bondad.

Hija: La riqueza interior de las personas. En cambio me descoloca que la gente haga daño sin tener necesidad.

- H.C. Además de madre e hija son buenas amigas. ¿Dónde está el truco?

Hija: En respetarnos, querernos y no intentar cambiarnos.

Madre: No solo me divierto mucho con mi hija sino que siempre que tengo un problema recurro a ella. Es como un escáner, sabe analizarlo todo rápidamente.

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