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¿Qué ha pasado hoy, 18 de marzo, en Extremadura?
Antonio Lázaro (izd.), Victotia Abril (arriba dcha.) y Juan Antonio Bermejo
En La Siberia pasan cosas
LA SIBERIA ESTÁ MUY CERCA DE TI LA GENTE

En La Siberia pasan cosas

La comarca está llena de vecinos con coraje para enfrentarse al fuego, montar una empresa o gestionar la cultura

J. R. Alonso de la Torre

Domingo, 4 de diciembre 2016, 08:48

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Cuando, en julio de 2014, DJ Batidora se quedó con la concesión del bar de los ancianos de Garbayuela por 170 euros al mes, los más viejos del lugar se llevaron una mano a la cabeza. Y se llevaron las dos cuando el tal Batidora convirtió el local en una sala de música indie y colgó ataúdes en una pared para convertirla en un cementerio inglés durante la fiesta de Halloween. Aunque la sorpresa que acabó de poner Garbayuela patas arriba llegó este verano, cuando la calle del bar de la tercera edad se llenó de cientos de jóvenes ávidos de escuchar a grupos de pop rock de Albacete y Barcelona y a la banda local ERBM (Esclavos del Ritmo Básico Mundo), un grupo definido por la web Soundcloud como «una mezcla perfecta de pop, electrónica, guitarras chirriantes y cantando en castellano con delicados matices en sus letras repletas de sensibilidad».

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En La Siberia pasan cosas y si no pasan, siempre habrá alguien que procurará que pasen. Por ejemplo, DJ Batidora, o sea, Antonio Lázaro Luengo (Garbayuela, 1972), que siendo un adolescente ya animaba las fiestas en la famosa discoteca Libra de Garbayuela, un pueblo que en los años 80 tenía dos pubs, siete bares y esa discoteca, a la que venían los jóvenes de La Siberia, La Serena, las Vegas Bajas y hasta de Agudo (Ciudad Real). «Teníamos una revista, 'La Tamuja', nuestra casa de cultura es de las más antiguas de la comarca y el pueblo tenía una faceta canalla y rockera, con gente que movía la cultura sin darse cuenta», recuerda Antonio.

A los 17 años. Antonio se va a Barcelona y se convierte en Batidora, un DJ profesional, pinchadiscos dirían los clásicos, que acabará metido en el mundo de la producción y la dirección artística de teatros y salas de Barcelona como las emblemáticas Razbataz o Bikini, capaces de acoger a 5.000 personas en un concierto. En 2013, Antonio, saturado de Cataluña, decide regresar a su tierra y a su pueblo de 543 habitantes. Coge la franquicia de la revista de música alternativa e independiente 'Mondo Sonoro' para Andalucía y Extremadura y abre una oficina en Mérida.

«Me encuentro una Extremadura anclada y una Siberia desolada, la gente que se dedicaba a la actividad cultural parecía haber arrojado la toalla, pero también noto que los jóvenes están deseosos de sensaciones», apunta Antonio, que, tras convertir el local de la tercera edad en la cafetería-pub 'Mi Carro', empieza a organizar conciertos, sesiones de Dj's, exposiciones, fiestas temáticas. «Hago lo que puedo, sin pillarme los dedos, con pies de plomo. Es difícil ser artista en La Siberia, pero apuesto por el grupo ERBM de Garbayuela, que va a sacar un disco en enero», anuncia.

Antonio Lázaro prepara lo que él llama un programa de sacudida cultural en La Siberia con vídeo creadores, arquitectos, artistas plásticos, músicos en directo. «Se celebrará de junio a diciembre, habrá rutas de gastronomía y los conciertos 'The Acústicos Por la Siberia'», apunta. También ha presentado un proyecto para dinamizar la Casa de Cultura y nota que, tras las reticencias iniciales, ya casi nadie se lleva en Garbayuela las manos a la cabeza. «Hay proyectos. Van a pasar cosas en La Siberia», se entusiasma DJ Batidora y parece haber contagiado su ilusión al ayuntamiento de Garbayuela y a la Secretaría General de Cultura.

Lo normal en La Siberia es que el arrojo y la capacidad de lucha se empleen para emigrar y triunfar. Ahí están los casos del doctor Rodríguez de Ledesma (Castilblanco, 1897-Cáceres, 1987), cirujano jefe del hospital de Cáceres, fundador del sanatorio Santa Ana y con avenida dedicada en la capital cacereña. También nació en Castilblanco en 1949 el premiado cineasta Reyes Abades. Naturales de la comarca son otros médicos insignes como el humanista, escritor y medalla de Extremadura Víctor Guerrero (Esparragosa de Lares, 1938) o el especialista en trasplantes Enrique Moreno, descendiente de Siruela, premio Príncipe de Asturias, Medalla de Extremadura, Extremeño de HOY, etcétera. Sin olvidar a otro luchador, el alcalde de Don Benito: Mariano Gallego (Valdecaballeros, 1944-Don Benito, 2015).

Los personajes más populares de La Siberia quizás sean el cantautor Pablo Guerrero (Esparragosa de Lares, 1946), que desde que, a los 16 años, le regalaron su primera guitarra no ha parado de innovar, y otro personaje muy famoso, Agustín Luengo (Puebla de Alcocer 1849-1875), el gigante extremeño de 2.30 metros (2.35 según otras versiones), que no fue un exhibicionista ni un vividor, como contaban las crónicas sensacionalistas de la época, sino, según las últimas investigaciones, otro caso de coraje y lucha. Agustín sufrirá dolores y padecimientos desde los 14 años y su madre, incansable, lo llevará a balnearios manchegos y a médicos madrileños buscando un remedio para sus males.

Pero en nuestro viaje por La Siberia nos interesa conocer a extremeños que han vuelto a su tierra para pelear por ella, caso de Antonio en Garbayuela, o que nunca se han ido como Juan Antonio Bermejo, un vecino de Helechosa de los Montes cuyo padre tuvo el coraje de embarcarse en la aventura de comprar y conducir el primer autobús de línea de la comarca: La Milagrosa lo llamaban por el prodigio que suponía llegar a Villanueva de la Serena cada día por aquellas carreteras.

Juan Antonio fue teniente de alcalde entre 1983 y 1991 y desde esa fecha hasta 2003 fue alcalde. Su partido originario era el PDP antes de pasar al PP. Es corresponsal de HOY en Helechosa, aficionado a la meteorología y estudioso de la historia de su pueblo. «El embalse de Cíjara nos cambió la vida. Muchos emigraron a los poblados de regadío (Valdelacalzada, Guadiana del Caudillo) y otros llegaron desde Zorita, Fuente de Cantos o Monesterio a repoblar de pinos», relata.

Nos muestra Juan Antonio el curioso callejero de Helechosa de los Montes, donde no hay calles dedicadas a políticos, sino que honran a extremeños ilustres o conservan sus nombres tradicionales. «Nuestra fiesta más típica es la del Corpus con sus diablucos, que bailan en la procesión ante la custodia dos horas sin parar. La fiesta data de 1580, mueve al pueblo y transforma la vida. Se blanquean las casas, se cubren las calles con helechos y tomillo, se levantan altares. Es curioso que un emigrante de Helechosa a Guadiana del Caudillo, el tío Marianillo, llevó hasta allí esta fiesta, origen del famoso Corpus de Guadiana», detalla Juan Antonio.

Apunta el exalcalde que Helechosa ha llegado a ser el pueblo con más empleados públicos de la comarca: 100 de sus 700 habitantes. Dos de ellos son Higinio y Meri, un matrimonio de bomberos forestales. Emérita Murillo, Meri, es jefa de equipo del Infoex (Servicio de Prevención y Extinción de Incendios Forestales de Extremadura), ayudante de coordinador de La Siberia (Carlos Marín y Miguel Ángel Baena son los coordinadores) y la primera mujer bombero de la provincia de Badajoz. Higinio es oficial de primera de LCI (Lucha Contra Incendios) y conduce un camión motobomba.

El coraje de esta pareja de bomberos viene por dos lados: la lucha contra el fuego y la pelea para que se vea reconocida la condición de bombero forestal y no como hasta ahora de peones especializados en LCI. En el caso de Higinio, esa capacidad de lucha le viene de herencia pues es nieto del comandante Sotomayor.

José Fernando Fernández, 'Comandante Sotomayor', fue un marino gallego exiliado que, entre el 21 de enero y el 3 de febrero de 1961, al frente de 24 marinos portugueses y españoles, mantuvo secuestrado el trasatlántico de lujo Santa María en aguas del Caribe. Pretendían que el mundo entero se fijara en las dictaduras de Franco y Salazar y lo lograron. Obligaron a intervenir a la ONU y a Estados Unidos, que negociaron con Sotomayor para que aquel acto de pirateo político acabara sin derramamiento de sangre, y consiguieron que los periódicos de todo el mundo hablaran de las dictaduras ibéricas.

Higinio siguió la trayectoria de su abuelo y fue marino de guerra hasta que conoció en Cádiz a una chica de Helechosa, Meri, se vinieron a La Siberia, se casaron y se hicieron bomberos. «El Infoex empieza a formarse en 1997 con los mismos operarios que habían plantado los pinos en los pueblos de la comarca. Cobrábamos jornales de subsistencia del Plan Especial Agrario. Por eso la relación de la gente de La Siberia con los incendios es muy particular: tenemos una visión de conjunto de la naturaleza, hemos trabajado en los pinos y luego trabajamos en el incendio», concluye Higinio.

Cree este matrimonio que es difícil que haya un incendio grande en La Siberia porque hay 198 peones y oficiales, 11 casetas de vigilancia y 15 retenes distribuidos por los pueblos. Tras pelear con sus compañeros hasta conseguir que los contrataran como laborales fijos en 2004, ahora están embarcados en la lucha por ser reconocidos como bomberos forestales.

La pelea de Carmen Hernán en Talarrubias es diferente, pero no menos importante: su lucha es por el desarrollo cultural de los pueblos. Es directora de la Universidad Popular de Talarrubias desde 1996, preside la Asociación de Gestores Culturales de Extremadura y dirige la AUPEX (Asociación de Universidades Populares de Extremadura).

«Las universidades populares aglutinan la actividad cultural, de formación y participación en estos pueblos. Organizamos actividades de todo tipo con más de 500 matriculados (Talarrubias tiene 3.576 habitantes). También se imparten cursos de posgrado universitarios, la actividad Talarrubias Pueblo Lector o 'Los Rincones', un festival de actividades artísticas y gastronómicas en diferentes rincones del casco histórico», desgrana algunos de los empeños culturales. En el IES Siberia Extremeña de Talarrubias funciona un prestigioso grupo de teatro grecolatino que ha obtenido numerosos premios y dirige la profesora Silvia Zarco.

Terminamos nuestro recorrido por La Siberia, en busca de personajes, con una luchadora ejemplar que encontramos en Valdecaballeros. Tiene dos hijos y un nombre que le sirve para romper el hielo: Victoria Abril. Fue la primera mujer del pueblo que se sacó el carné de conducir. Trabajó en la panadería de La Perejila, su abuela, una mujer mandona y resolutiva de la que se siente heredera; vendió envases de Tupperware y baterías de cocina Iber por las casas, trabajó en el Infoex llevando una centralita y montó con tres compañeras (Dolores, Montse y Mamen), y llevó luego sola, una fábrica de mermeladas artesanas hasta su jubilación.

Victoria recuerda su etapa de mermeladera: «Pelaba, picaba y cocía la fruta, la envasaba a mano, artesanalmente, hasta las tres de la mañana, entre 800 y mil botes a la semana. Al principio, me decía que qué necesidad tenía yo de meterme en ese lío, pero aquella empresa, que ahora llevan mis hijos, me dio felicidad y alegría y me realizó como madre y como mujer. La gente me preguntaba que por qué seguía, pero quienes me conocen saben que siempre he peleado y nunca dejaré de pelear por mi rinconcito de La Siberia».

Los objetivos de revitalización económica de la provincia, que la Diputación de Badajoz se plantea alcanzar a través de sus distintos programas Dinamiza, tienen especial significación cuando hablamos la zona de La Siberia. Esta comarca, que cuenta con una población total aproximada de 20.994 habitantes se ha visto beneficiada a través del Plan Dinamiza con un total de 2.182.869,00 euros.

La finalidad del Plan Dinamiza es el fomento e impulso de la actividad económica, contribuyendo a soportar los gastos de los municipios en la prestación de servicios públicos básicos. De esta forma, se garantiza la solidaridad y el reequilibrio intermunicipal y territorial de los pueblos de la provincia.

Estos planes se diseñan con el fin de que los pueblos no pierdan población, mantengan servicios y derechos y las empresas locales puedan trabajar en sus municipios, lo que a su vez redunda en creación y mantenimiento de empleo.

Como ya es conocido, pueden solicitar estas subvenciones los municipios con población inferior a 20.000 habitantes, las entidades locales y los poblados de la provincia de Badajoz. En el año 2016 se han aprobado y puesto en marcha por la Diputación de Badajoz tres de estos planes, los llamados Plan Dinamiza, Plan Dinamiza 2 y Plan Dinamiza Extraordinario.

El reparto de los fondos se ha realizado entre los 17 municipios de La Siberia teniendo en cuenta el número de habitantes.

Casi el 50% de la cuantía de los planes Dinamiza en la Siberia ha ido destinado a obras y equipamiento, permitiendo a los municipios realizar obras en vías públicas, alumbrado o saneamientos. Casi el 33% de la subvención se ha destinado a la creación de puestos de trabajos o mantenimiento de los existentes en los diferentes municipios y, el 17% restante, los municipios lo han destinado al mantenimiento de los servicios municipales.

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