Vecinos de Mérida pasan los días más fríos con cortes de luz
Aseguran que muchas noches tienen que alumbrarse con velas o linternas y calentarse con mantas o abrigos
M. ÁNGELES MORCILLO
Jueves, 26 de enero 2017, 07:35
La pasada Nochevieja de Chelo Álvarez y Juan González fue para olvidar. Ella tenía ilusión de tomarse las uvas con su familia porque el año pasado estuvo enferma, pero tampoco pudo hacerlo este año como deseaba.
El motivo fue el corte de luz que se produjo en su casa durante esa noche. Se apagó todo durante varias horas. Y Chelo y Juan tuvieron que escuchar las campanadas desde la radio del móvil.
De hecho, después de cenar tuvieron que recoger la mesa con la luz de las velas, porque ya estaban a oscuras. Así permanecieron hasta aproximadamente las tres de la madrugada. Desde luego no fue la mejor manera de comenzar el año para Chelo y Juan.
Creyeron que era algo excepcional y que solo les pasaba a ellos. Pero se equivocaron. Sus vecinos también echaron mano de las radios para seguir las campanadas. Pero lo peor es que esa no fue la única noche en que sus casas se quedaron a oscuras. La vivienda de Chelo y Juan y la de alrededor de 200 personas de la barriada de San Juan, vecinos que viven en las calles San Cristóbal y San Lucas, sufren cortes de luz de varias horas desde la última noche de 2016. Y aseguran que los técnicos arreglan la avería y vuelve el suministro eléctrico a sus hogares pero al día siguiente o al cabo de dos días están en las mismas.
Agotada la paciencia
El tema ya ha agotado la paciencia de algunos y se quejan de que nadie hace nada para solucionar los cortes de forma definitiva. «La luz se va apagando de forma tenue hasta que se queda con la mínima intensidad o se apaga del todo», se queja Chelo. Añade que cuando vuelve de nuevo el suministro a las viviendas lo hace con mucha potencia, con el peligro que esto conlleva para sus electrodomésticos y aparatos electrónicos. «No sabemos cuántas bombillas se nos han fundido ya. Pero van unas pocas. Y algunos electrodomésticos ya se nos han estropeado. ¿Ahora quién nos paga esto?».
Coinciden en que casi siempre la luz se va por la noche, aunque el pasado sábado se quedaron sin suministro a media mañana.
Los vecinos, hartos de esta situación, se quejan de que las noches más frías del año las pasan sin braseros, estufas o calentadores, acurrucados entre mantas y abrigos para poder soportar las temperaturas bajo cero de las últimas semanas.
Consideran grave que bebés, niños y ancianos tengan que estar así durante varias noches seguidas. «San Juan es un barrio con una alta población de personas mayores, y sabemos incluso que hay varios ancianos que están enchufados a respiradores artificiales para poder respirar que esa noche lo pasaron muy mal. Esos aparatos tienen sus baterías, pero también se acaban», indica uno de los vecinos afectados.
Transformador antiguo
Creen que el problema reside en el transformador eléctrico que está en la parte baja de la barriada, justo al lado del parque que comunica este barrio con María Auxiliadora, y piden que, de una vez por todas, arreglen el problema que afecta a sus viviendas en el mes más frío del año. Dicen que es muy antiguo y creen que cuando todos se conectan en sus casas a la red eléctrica no soporta tanta demanda y la potencia decae tanto que acaban por producirse los apagones. «El brasero se apaga solo, la televisión no tiene fuerza y también acaba apagándose y así con todos los electrodomésticos. Eso pasa un día sí y el otro también, y los cortes duran dos o tres horas. Es insoportable».
Aseguran que todas las veces que sucede esto comunican la situación a la compañía eléctrica, que manda a alguien inmediatamente para que lo arregle. «Pero eso no basta. Queremos que el problema no se solucione cada noche, sino de forma definitiva. Estamos hartos de estar con velas y con linternas para alumbrarnos. Y mucho más de no poder calentarnos con nada».
Cuando se apaga la luz en las viviendas los vecinos salen a la calle con sus linternas. Allí se encuentran con los demás, que sufren la misma situación. «Luego, cuando nos venga la factura de la luz, querrán que paguemos como si no hubiera pasado nada. Y eso no es así, porque el servicio que recibimos es totalmente deficiente», declaran.
Chelo, Juan y sus vecinos ya tienen preparado su arsenal de linternas, velas, mantas y abrigos para pasar esta noche por si, de nuevo y por enésima vez, se vuelve a ir la luz.