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Fin de ciclo para el Mérida en Coruxo

Fin de ciclo para el Mérida en Coruxo

El Mérida se muestra incapaz de marcar en la vuelta de su eliminatoria y desciende a Tercera División

javier Lirado

Sábado, 26 de mayo 2018, 19:09

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Tras el empate de seis días atrás, llegaba el Mérida a Coruxo con la obligatoriedad de ganar si quería mantener su ciclo en segunda B. No había mañanas tras el partido. Era ganar o caer al pozo de la Tercera División. Todo lo ocurrido durante el curso, el arranque esperanzador, la laxitud prenavideña, la cuesta abajo sin frenos del inicio de año, la supervivencia en la maravillosa tarde de Lucena… todo, carecía de importancia durante los noventa minutos del choque. Era reír durante toda la noche o llorar durante semanas.

Coruxo

Alberto; Rafa Mella (Campillo, 72´), Mario, Pazo, Pablo García; Borja Yebra, Anton; Higón, Mateo (Arias, 52), Fernando; Silva (Pablo Crespo, 83´).

0

-

0

Mérida

Ramos; José Cruz (Esparza, 76´), Aguza, Golobart, Kike Pina; Chino, De Dios, Mato (Kiu, 52´); Aguilar, Villa (Nana, 75´), Javi Gómez.

  • GOles -

  • Árbitro: González Francés (Colegio Canario). Mostró cartulinas amarillas a Pazo, Campillo y Antón del Coruxo y Santi Villa y Javi Chino por parte del Mérida.

  • Estadio Estadio Do Vao, lleno absoluto.

Para la batalla final Nafti varió multitud de cosas sobre lo que había enseñado en las últimas semanas. Desde el dibujo a los protagonistas. Escogió una defensa de cinco buscando cerrar el área y dar vuelo a sus laterales para obtener facilidad a la hora de que estos llegaran a campo rival para buscar balones directos a la media luna, dónde Gómez batallaba tratando de bajarla a sus compañeros. Aunque el Mérida arrancó con balón pisando las cercanías del área, le costaba mucho encontrar pasillos interiores con los que lograr situaciones de gol. Pero estando allí, en campo contrario, al menos existía la posibilidad de algún disparo certero. Lo intentó Villa con un derechazo que despejó un rival. Eso sí, el Coruxo, corriendo a la contra, la tuvo clara en un pase de la muerte que Golobart despejó a córner. Tras ella, la primera parte viró de forma definitiva para el Mérida, que se movía con comodidad, especialmente un Iván Aguilar que caía a banda derecha creando dificultades. De una jugada por ese lado llegó la mejor ocasión del primer tramo. Santi Villa cazó un disparo en una segunda jugada. Le pegó con la diestra, su pierna mala, y la estrelló en el larguero. Llegaba el descanso.

Al salir de la caseta, los romanos tardaron en activarse. El Coruxo pareció entender mejor el juego requerido, realizando largas circulaciones de balón que gastaban las piernas del rival sin oler la pelota. Avanzaban los minutos sin que el Mérida terminara de apuntarse a la épica. Siempre parecía tener una marcha más dispuesta para exprimir en el momento justo, pero se mostraba absolutamente incapaz de encenderla. Fue precisamente una ocasión rival, de Higón ante Ramos, que adivinó la dirección del disparo, la que mostró al Mérida que su vida extra se acababa. De ahí se pasó a la mejor ocasión del Mérida en toda la eliminatoria, con un centro lateral que cabeceó Javi Gómez, a un escaso metro del borde del área pequeña, pero su remate se fue a un lado de la portería. Fue tan clara que todos, afición y futbolistas, quedaron con las manos en la cabeza y la boca abierta. Se había escapado.

El descenso supone el fin de ciclo del equipo romano en la categoría de bronce del fútbol español, dónde ha permanecido tres temporadas. La primera, de adaptación; la pasada, con el intento de llegar arriba; y esta, que… todo ha salido mal desde aquella tarde de finales de octubre dónde el colista se imponía en el Romano. De haber ganado, el Mérida hubiera acabado la jornada en segunda posición. Perdió, y comenzó una espiral de errores y dudas que concluyeron en la tarde de ayer, muchos kilómetros al norte, con la terrible sensación de fracaso. El fútbol golpeó justamente al equipo. Ahora le toca al club levantarse.

«Es mi primer mazazo como entrenador y solo puedo pedir disculpas a todos»

Nafti

Medhi Nafti, compareció desolado en rueda de prensa: «Es un día terrible para el club, y solo puedo dar las gracias a toda esta afición que ha venido hasta aquí. Es mi primer mazazo como entrenador y solo puedo pedir disculpas a todos».

Este descenso del Mérida, el Arroyo se ve arrastrado de momento a la Primera Extremeña, a la espera de un ascenso de cualquiera los cuatro extremeños a Segunda B, una categoría que podría recuperar este mismo domingo si logra subir el Don Benito.

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