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EFE |
Martes, 5 de enero 2010, 19:02
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La localidad cacereña de Guadalupe ha registrado la última semana las mayores precipitaciones de la región, 168 litros por metro cuadrado, seguido de Nuñomoral y Hervás, también en la provincia de Cáceres, con 153 y 136, respectivamente.
Estos datos, facilitados por el Centro Territorial Meteorológico de Extremadura, corresponden a los indicadores tomados del 29 de diciembre de 2009 al 4 de enero.
La cuarta población en la que ha caído más agua ha sido Valverde del Fresno, con 123, y tras ella Monesterio, con 117 litros por metro cuadrado, la más lluvia de la provincia de Badajoz .
El martes 30 de diciembre tanto Guadalupe como Hervás soportaron intensas lluvias que dejaron 58 y 47 litros por metro cuadrado, respectivamente; este último dato también se obtuvo en Nuñomoral.
Este ha sido uno de los diciembres más lluviosos de los últimos ocho años, el del recién abandonado 200. Los sucesivos temporales registrados durante la última semana han hecho crecer un 10% la reserva de la cuenca del Guadiana a su paso por Extremadura, que se encuentra ya al 51% de su capacidad.
La cuenca del Tajo se encuentra al 48,6% de su capacidad. La lluvia sí ha servido para que algunas de las presas principales de la región alcancen la mitad de su capacidad e incluso la rebasen, como en Cedillo, Torrejón, Valdecañas, Plasencia y Orellana. En algunos casos, como el de la capital del Jerte, ha habido que abrir las compuertas de la presa para dejar correr el agua.
Debe llover más
Tiene que seguir lloviendo y bastante, de cualquier manera, para que los pantanos de las dos provincias presenten mejores niveles. También para que el campo se recupere con garantías de la fuerte sequía que lo ha castigado durante más de medio año, creando situaciones extremas como la de obligar a los ganaderos a realizar tremendas inversiones en la alimentación que el campo no ha procurado a sus animales o a no tener que segar por primera vez en muchos años porque, simplemente, la hierba no ha crecido en sus terrenos.
No para de llover en las últimas semanas, es cierto. Pero también lo es que hasta ahora no lo había hecho, ni siquiera en los meses tradicionales de lluvia, porque el último año no se ha ajustado ni de lejos al calendario oficial de estaciones climatológicas. Ha contado con un largo verano que tomó la delanera a la primavera, en el mes de mayo, y se ha extendido hasta bien entrado noviembre, con temperaturas que eran impensables en la recta final del año y que no han dejado sacar ni el paraguas ni el abrigo del armario hasta hace apenas unas semanas.
Los más recientes datos de las dos cuencas hidrográficas extremeñas revelan que las últimas lluvias suponen que los pantanos del Tajo se encuentran en estos momentos al 48,6% de su capacidad; hace tan sólo una semana las cifras eran del 41,89, por lo que está claro que el porcentaje se ha elevado.
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