La fiebre por el açaí, ¿es el superalimento que nos venden?
Estas son las propiedades de la baya de moda: «El problema es cómo y con qué la tomamos»
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Con el açaí pasa un poco como con el café de especialidad. Está por todas partes. Das un paseo por el centro de cualquier ciudad ... medianamente grande y te puedes encontrar no con uno o dos, sino con varios locales dedicados a esta baya de origen brasileño en apenas medio kilómetro cuadrado. Popularizado en redes sociales por celebridades e influencers de todo el mundo, este alimento de aspecto y tamaño similar al de un arándano se toma habitualmente en batidos, barritas energéticas, helados... Aunque su presentación estrella es como ingrediente principal de los famosos 'bowls', unos cuencos que se han puesto muy de moda como ejemplo de desayuno o merienda saludable y que consisten en una base cremosa de pulpa de açaí congelada cubierta de otros ingredientes supuestamente igual de saludables como plátano, granola, fresas o semillas.
La fama de esta baya de color púrpura, que los lugareños de la Amazonía brasileña tomaban a cucharadas con pescado frito y harina de mandioca, se debe, según se recoge en varios estudios, «a su alta concentración de antioxidantes, fibra, vitaminas y ácidos grasos esenciales», unas propiedades que lo elevan al Olimpo de los superalimentos en el imaginario popular y que en la realidad se traduce en miles de locales de hostelería llenos hasta la bandera de clientes dispuestos a hincar el diente a uno de esos cuencos multicolor que parecen sacados de Pinterest.
Y es en este punto dónde nos asaltan las dudas. ¿Es el açaí tan saludable como nos los quieren vender o su fama obedece más bien a una estratégica campaña márketing? «Digamos que se puede hablar de un alimento interesante desde el punto de vista saludable, pero en ningún caso se puede calificar de superalimento ni de ingrediente milagroso», aclara el doctor Juan Manuel Guardia Baena, especialista en Endocrinología y Nutrición.
Rico en antioxidantes
Esta baya, procedente de la palmera euterpe oleracea y consumida habitualmente como pulpa fresca, es rica en polifenoles como las antocianinas, unos compuestos antioxidantes similares a los presentes en otros frutos rojos como arándanos, fresas, moras, frambuesas, cerezas, grosellas o uvas tintas. El açaí, conocido también con el nombre de naidí, acaí o huasaí, aporta además una cantidad interesante de fibra y ácidos grasos con un perfil saludable, tanto mono como poliinsaturados.
POR CADA 100 GRAMOS
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8,1 gramos de proteínas.
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52,2 gramos de carbohidratos, de los que 44,2 son fibra.
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32,5 miligramos de calcio.
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4,4 miligramos de magnesio.
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1002 microgramos de vitamina A.
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319 miligramos de antocianina, un pigmento vegetal que pertenece al grupo de los flavonoides y actúa como antioxidante.
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Pequeñas cantidades de antioxidante como la vitamina C, ácido aspástico y glutámico.
Ahora bien, también ocurre que ciertas propiedades con las que algunos productores y distribuidores publicitan este ingrediente –pérdida de peso, reducción del colesterol 'malo', aumento de la energía...– no están respaldadas por una evidencia científica sólida. «Muchos son estudios experimentales. Además, los ensayos clínicos en humanos son escasos, heterogéneos y de pequeño tamaño, por lo que sus recomendaciones clínicas no son aplicables a la población en general. El açaí puede incluirse perfectamente en una alimentación variada, pero no sustituye en ningún caso a hábitos de vida saludables como una dieta equilibrada y la práctica de ejercicio físico», insiste el doctor Guardia Baena, miembro del área de Nutrición de la Sociedad Española de Endocronología y Nutrición (SEEN).
'Toppings'... ¿saludables?
Una curiosidad: el único lugar del mundo en el que se puede comer el açaí fresco es en su zona original de producción. «Y eso se debe a que el fruto no soporta bien el transporte de larga distancia, de ahí que fuera de Brasil solo se consuma la pulpa congelada o liofilizada. Es la única manera de preservar sus nutrientes y antioxidantes», añade el endocrinólogo. Y así es precisamente cómo se debe tomar el açaí: en su versión natural, mezclada con fruta fresca o yogur natural. Porque lo que convierte a algunos platos que llevan esta baya en una opción poco saludable no es el açaí en sí mismo, sino los ingredientes con los que se mezcla: pepitas de chocolate, mermelada... «Se debe evitar su consumo en 'bowls' con siropes, bebidas vegetales y 'toppings' que pueden aportar azúcares añadidos y convertir un desayuno o una merienda con intención saludable en una preparación procesada y muy calórica», argumenta el doctor Guardia Baena.
Polémica en Brasil por las toneladas de residuos que genera
La moda de los 'bowls' de açaí también tiene su lado oscuro. El furor por esta baya de origen brasileño en todo el mundo es de tal calibre que las exportaciones han aumentado... ¡más de un 16.000%! En la última década, un «incremento descontrolado» que ha desatado la polémica en algunas zonas de Brasil. El principal problema es que la parte comestible de este fruto solo representa el 15% de su tamaño, por lo que su producción está dejando toneladas de residuos en el país carioca y muchos de ellos terminan en los cauces de los ríos o en vertederos.
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