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Imagen de un dron en el CES de Las Vegas. Afp
Peligro, drones en el aeropuerto

Peligro, drones en el aeropuerto

Los expertos recuerdan, tras los colapsos en Reino Unido, que un aparato de 250 gramos puede causar un grave accidente aéreo

JOsé a. gonzález

Madrid

Jueves, 10 de enero 2019, 07:48

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El pasado mes de diciembre, el espacio aéreo de Londres sufrió un colapso que arruinó miles de planes navideños a británicos, europeos y a otros muchos ciudadanos. Las autoridades del país cerraron el aeropuerto de Gatwick, el segundo del país y uno de los más importantes de toda Europa, por el supuesto avistamiento de dos drones.

Una vez templados los ánimos y con la investigación abierta, estas pequeñas aeronaves han vuelto al cielo londinense y paralizó, en esta ocasión, Heathrow. Las normativas estatales son claras y prohíben el uso de estos dispositivos en aeropuertos, porque su interferencia con un avión puede desencadenar un importante accidente.

El pasado mes de octubre, la Universidad de Dayton (Estados Unidos) publicó un estudio que un pequeño dron de menos de un kilo de peso puede poner «en peligro la estructura de una aeronave».

Un informe que se alinea con la tesis de la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos que apuntó a que los famosos drones «causan un daño mayor que las aves», sobre todo «en trayectorias de aproximación o despegue».

Ante este escenario, las agencias de seguridad aéreas estatales han protegido especialmente los aeropuertos. La ley británica estipula que no se pueden volar drones a menos de un kilómetro de un aeropuerto ni superar los 122 metros de altitud, si se quebranta la Ley los operadores se enfrentarán hasta 5 años de prisión.

En España, los requisitos se actualizaron a fecha de 29 de diciembre de 2017 con la nueva Normativa sobre el uso de drones. La zona de seguridad en España se amplía hasta los 8 kilómetros cerca de un aeropuerto o aeródromo y, como los aviones, no se puede volar fuera del espacio aéreo controlado.

También se regula la altura de vuelo, las leyes española prohíben a estos dispositivos superar los 400 pies de altura o lo que es lo mismo 120 metros y además « los pilotos han de tener contacto visual permanentemente con la aeronave (VLOS - Visual Line Of Sight)».

Hasta el pasado 29 de diciembre de 2017, los vuelos de drones por ciudades estaban prohibidos, pero la nueva normativa actualiza este punto. Desde 2018, los dispositivos que pesen menos de 250 gramos sí pueden volar por la ciudad y sobre personas siempre y cuando no excedan los 20 metros de altura. Si la aeronave pesa menos de 2 kg pueden volar por la noche, pero a una altura máxima sobre el suelo de 164 pies (50 metros). Las aeronaves, a la hora de despegar, no pueden sobrepasar los 10 kg de peso y, como ya hemos dicho, ha de ser un vuelo VLOS.

Condiciones legales

Además, la AESA establece una serie de limitaciones entre el acordonamiento por parte de las autoridades y la obligatoriedad de «mantener una distancia horizontal mínima de 50 metros respecto a los edificios y las personas». También será necesario que incorporen un paracaídas o un airbag para minimizar los daños en caso de accidente y los vuelos deberán estar autorizados por la AESA. 

Para los vuelos nocturnos por parte de profesionales también se requiere una autorización de la AESA. Los aparatos deberán tener colores vistosos y luces que ayuden a identificar su posición.

Los drones que pesen más de 25 kilos y deseen volar en un espacio aéreo controlado deberán contar con un trasponedor en frecuencia S. Además, los pilotos necesitarán tener una licencia de radiofonista y conocer los idiomas utilizados en las comunicaciones entre el controlador y la aeronave, así como contar con la autorización de AESA.

También se regula la forma de manejar estos dispositivos. Las personas que deseen volar drones de forma recreativa no necesitan contar con una licencia de piloto, pero solo aquellos que vayan a desempeñar una actividad profesional con los aparatos están obligados a hacerlo.

Además, los pilotos profesionales de drones tendrán que estar dados de alta en la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), tener un seguro de responsabilidad civil, el título de piloto de drones y un certificado médico.

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