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Cuidado con esta práctica tan habitual en piscinas: puede tener consecuencias irreversibles

Bañarse con lentillas podría provocar daños graves en tu salud ocular. Conoce qué precauciones debes tomar para evitarlo

D.H.

Sábado, 16 de agosto 2025, 10:36

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Con la llegada del verano y las altas temperaturas, las piscinas se convierten en un refugio para muchos. Sin embargo, lo que parece una actividad inocente puede esconder riesgos ocultos para tus ojos. Especialistas en oftalmología alertan sobre los peligros de mantener ciertos objetos en contacto con el agua mientras nadas, que pueden desencadenar infecciones oculares severas y permanentes. Hablamos del uso de lentes de contacto (lentillas) en piscinas, algo que puede provocar infecciones oculares graves como la queratitis por ameba o muy molestas como la conjuntivitis. Te explicamos cómo prevenir este tipo de infecciones y mantener una buena salud ocular.

«Aunque el agua parezca limpia, contiene microorganismos como bacterias, hongos y protozoos que pueden adherirse a la superficie de las lentes y quedar atrapados entre la lentilla y la córnea. Esta situación crea un ambiente ideal para la proliferación de patógenos y puede dar lugar a infecciones como la queratitis infecciosa, una inflamación de la córnea que, en sus formas más severas, puede producir cicatrices permanentes, pérdida de visión e incluso requerir un trasplante corneal», explica Emilio Dorronzoro, jefe de Oftalmología del Hospital Universitario Sanitas La Moraleja.

Síntomas de las infecciones oculares

Desde Sanitas explican que, en este sentido, uno de los agentes más peligrosos es la Acanthamoeba, un protozoo presente en ambientes acuáticos que, aunque rara vez causa infección, puede ser grave cuando lo hace. La queratitis por Acanthamoeba suele manifestarse con dolor ocular intenso, sensación persistente de cuerpo extraño, lagrimeo excesivo, fotofobia (molestia importante ante la luz) y visión borrosa. En algunos casos avanzados, puede aparecer inflamación del párpado y opacificación de la córnea.

El baño con lentes de contacto también incrementa el riesgo de otras infecciones oculares como la queratitis bacteriana, provocada por patógenos como Pseudomonas aeruginosa, que puede causar úlceras corneales en cuestión de horas, y la conjuntivitis fúngica, más frecuente en aguas estancadas o mal tratadas. «El cloro de las piscinas, aunque está destinado a eliminar microorganismos, no elimina a todos y además puede irritar los ojos y alterar la película lagrimal expresa Emilio Dorronzoro.

«En consulta vemos con frecuencia casos de personas que, sin saberlo, adoptan hábitos de riesgo cuando se bañan en la piscina o en la playa con las lentillas puestas. Esto es especialmente preocupante en verano, cuando se multiplican las actividades acuáticas y, con ellas, la posibilidad de sufrir infecciones oculares graves», añade Dorronzoro.

Cómo prevenir infecciones en la piscina

Aunque la recomendación más eficaz es no bañarse con lentes de contacto para prevenir la entrada de microorganismos en el ojo, los expertos oftalmólogos de Sanitas han elaborado un listado con una serie de recomendaciones para proteger la salud ocular sin renunciar a la visión:

- Usar gafas de natación herméticas: son una barrera eficaz que impide el contacto del agua con las lentillas. Es fundamental que las gafas se ajusten correctamente al contorno ocular para evitar filtraciones.

- Considerar la cirugía refractiva: para personas con alta dependencia de las lentillas, la corrección láser puede ser una opción definitiva para eliminar estos riesgos.

«La prevención es la clave. Las lentillas son seguras siempre que se utilicen de forma responsable. Sin embargo, al combinarlas con agua, debemos extremar las precauciones para evitar infecciones que pueden tener consecuencias irreversibles», concluye el experto.

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