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La Iglesia venezolana ha sido estos últimos años uno de los pocos apoyos que le queda a la sociedad civil del país latinoamericano ante la ... crisis política, económica y social desatada por el régimen liderado por Hugo Chávez primero y Nicolás Maduro después. La figura más visible del episcopado venezolano la constituye el cardenal Baltazar Porras, al frente hasta el año pasado de la archidiócesis de Caracas y que se encuentra estos días en Roma para participar en las congregaciones generales, las reuniones de cardenales previas al cónclave para elegir al sucesor de Francisco. Amigo íntimo de Jorge Mario Bergoglio, Porras no podrá participar en las votaciones en la Capilla Sixtina, que comienzan el 7 de mayo, al haber cumplido el pasado octubre 80 años.
– ¿Cómo vivió la muerte de Francisco?
– Con sentimientos encontrados. Por una parte lo que sentimos todos cuando llega la muerte de un ser querido y haber sido muy cercano al Papa Bergoglio. Doy gracias a Dios por la amistad que pude tener con él, pero también por su cercanía. Siempre estaba pendiente de preguntarme lo que pensaba, para dialogar y desde allí encontrar una respuesta en medio de su enorme sencillez. Hablábamos con bastante frecuencia desde hace 30 años. En diciembre, poco antes de que cumpliera los 88 años, estuve aquí y me recibió a las 7 de la mañana. Le dije que queríamos que durase un poquito más y que no tenía que recibir audiencias tan temprano. Me miró con esa cara de pícaro que ponía y me respondió: 'cuidate vos'.
– Tampoco le hacía caso a los médicos…
– Era inútil decirle que se cuidara. Este Papa era muy terco y decirle que no viera a la gente fue como un acicate para que recibiera a la gente. Es lo que hizo en sus últimos días de vida. Él era así.
– ¿Cómo es el ambiente en las congregaciones generales?
– Las primeras tenían que ver mucho con la logística y ahora hemos empezado con todo lo que tiene que ver con el cónclave. Hay una exigencia previa para los cardenales, ver qué nos deja y qué nos pide Francisco. Sobre todo está la sinodalidad.Debemos entender que no estamos por encima de nadie. No somos superiores, sino que tenemos una condición igual a la de cualquier bautizado.
– ¿Qué significó Bergoglio para Venezuela?
- Fue un hombre que siempre estuvo muy cercano a todos nosotros en el episcopado y que en todo momento, cuando se le achacaba que no dijera más, señalaba siempre que estaba totalmente de acuerdo con lo que hacían sus hermanos. Además tuvimos la dicha estos años de encontrar en el Vaticano a muchas personas cercanas a Venezuela
– ¿Cuál es el retrato robot del Papa que se necesita hoy?
– Se necesita un Papa que esté en consonancia con este mundo tan complejo y que parece que está patas arribas. Los principios y leyes que nos parecían una maravilla sobre el papel vemos que en la realidad son otra cosa. Así ocurre con la guerra, la economía, la pérdida del sentido real de lo que es la democracia y la participación de los pueblos, con el surgimiento del populismo. Debe ser una persona con sensibilidad también para la inmigración y la ecología.
– ¿Debe haber una continuidad con Francisco?
– Cada Papa tiene una personalidad propia y viene de su cultura y formación, pero debe entender el mundo de hoy, estar cerca de los excluidos y tener el coraje de plantear situaciones de diálogo fecundo con todos.
– ¿Es posible que se busque a un candidato que dé marcha atrás en las reformas impulsadas por Francisco?
– El pensamiento general de los cardenales no va por ahí. Aunque hay matices distintos y algunos no entendieron el cambio cultural de Francisco, que parte de ser más fiel al ejemplo de Jesús. Cristo buscó a los excluidos y a los paganos. Estamos ante un proceso y si no hay una conversión del corazón, de nada vale que tengamos leyes muy bonitas.
– ¿Están los tiempos maduros para un Papa asiático o africano?
– Nunca se había visto una composición del Colegio Cardenalicio como la actual. Eso no quiere decir que haya una valoración menor de lo que es Europa. Son 2.000 años de vida que nos dejan un poso enorme, pero más de la mitad del catolicismo no está en el norte. Entre el 60% y el 70% está en el llamado sur global. Indudablemente esa sensibilidad tendrá que darse en un momento dado. Al igual que tuvimos la dicha de tener un gran santo en la figura del primer latinoamericano, esperemos que venga ahora otro Papa también de gran sensibilidad.
– ¿Fue Bergoglio un santo?
– Ciertamente que sí. El ejemplo de vivir muy cerca de él, de conocer su mundo interior, siempre me cautivó desde su época de Buenos Aires, donde coincidimos muchas veces. Después, aquí de Papa en Roma, las veces que nos vimos se me confirmó esa idea.
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