Multas de hasta 60.000 euros por llevarse arena, conchas o piedras de la playa

Con la llegada del buen tiempo y el verano, miles de personas se escapan a disfrutar de las playas y piscinas públicas de todo el país. Sin embargo, lo que muchos desconocen es que algunas prácticas aparentemente comunes, como llevarse cochas, organizar una fiesta sin permiso o incluso jugar a las palas, pueden acarrear importantes sanciones económicas.

Disfrutar del verano no solo implica relajarse bajo el sol, también es esencial conocer y respetar la normativa vigente para evitar sorpresas desagradables.

Aunque recoger conchas, piedras o un puñado de arena pueda parecer un gesto inocente o incluso romántico, hacerlo está considerado una infracción por la Ley de Costas. Esta normativa prohíbe expresamente la extracción de elementos naturales del litoral, ya que pueden causar desequilibrios ecológicos y contribuir a la degradación de estos espacios protegidos. Las multas pueden alcanzar los 60.000 euros, dependiendo del valor del daño medioambiental provocado.

Organizar un cumpleaños, una fiesta o un evento en la playa puede parecer una forma original de celebrar, pero hacerlo sin autorización administrativa podría suponer sanciones de hasta 120 euros por metro cuadrado y día. Según la normativa estatal, el uso recreativo del litoral está permitido para actividades comunes como pasear o bañarse, pero en el caso de celebraciones organizadas o que supongan ocupación significativa del espacio, se requiere una autorización previa. En Baleares, estas multas pueden elevarse hasta los 300.000 euros si se considera que la actividad invade el dominio público sin permiso.

No todas las actividades lúdicas están permitidas en la playa. En municipios como Cádiz o Benidorm, jugar con pelotas, palas o practicar vóley está regulado y solo puede hacerse en zonas habilitadas para ello. Málaga, por su parte, restringe estas actividades tanto en la arena como en el agua durante la temporada de baño, permitiéndolas únicamente cuando no se interfiera con la tranquilidad del resto de los bañistas y respetando una distancia mínima de seis metros.

El uso de colchonetas e hinchables está permitido en la mayoría de playas y piscinas públicas, siempre y cuando no interfieran con la seguridad o el descanso del resto de usuarios. Por el contrario, en lugares como Benicàssim, está prohibido acceder con envases de vidrio o hacer fuego en la arena, excepto en ocasiones especiales como la Noche de San Juan. También se regulan los dispositivos que emiten ruido, como altavoces, para evitar molestias.

El acceso de animales a las playas sigue siendo motivo de debate. En muchas zonas está prohibido, salvo excepciones como perros guía o salvamento, aunque algunos municipios permiten su presencia fuera del horario de baño.

El topless, por su parte, es legal en la mayoría de playas y piscinas municipales, aunque conviene revisar la normativa específica del municipio.

En cuanto a la venta ambulante, esta suele estar muy controlada. En municipios como Chipiona, se regula el número de vendedores por tramo de playa y se impide ejercer la actividad de forma estática. Las infracciones en este ámbito también pueden suponer multas elevadas si se incumplen las ordenanzas locales.

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