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R.H.
Jueves, 16 de enero 2025, 11:40
Un delito contra la flora y la fauna que puede conllevar una pena de prisión de hasta dos años. Esto es lo que atribuye la Guardia Civil a dos vecinos de Monterrubio de la Serena tras intervenirle 134 cepos de ballesta para la captura de animales y matar a un lirón común y a más de una veintena de aves de distinta especie.
Agentes pertenecientes a la patrulla del servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil de Castuera sorprendieron el 31 de diciembre de 2024 a dos personas cuando «cazaban con artes prohibidas en cotos de su municipio (Monterrubio)», sostiene el instituto armado.
Los agentes, que contaron con la colaboración de Guardas Rurales de Caza en servicios preventivos contra el furtivismo en cotos deportivos cinegéticos, observaron a dos personas que transitaban por el entorno, «agachándose en numerosas ocasiones para recoger del suelo lo que podrían ser cepos de ballesta», reseña la Guardia Civil en nota de prensa.
Una vez identificados, dos vecinos monterrubianos, se llevó a cabo la inspección de la zona, donde los agentes llegaron a retirar un total 134 trampas, «colocadas y dispuestas para su uso y con las que acababan de capturar un lirón (Eliomys quercinus), veintiuna aves de distinta especie, diez zorzales (Turdus philomelos), tres mirlos (Turdus merula), siete petirrojos (Erithacus rubecula) y una curruca cabecinegra (Sylvia melanocephala)», detalla.
«A excepción de los zorzales que son aves de interés cinegético, todas ellas incluido el lirón, se encuentran incluidas en el listado de especies silvestres en régimen de 'Interés Especial' del Catálogo Regional de Especies Amenazadas en Extremadura», explica la Guardia Civil.
El hecho de cazar especies silvestres con artes prohibidas, como son este tipo de cepos ballesta que estaban utilizando, con un carácter no selectivo para las especies y masivo por afectar indiscriminadamente a cantidades de pájaros, puede ser constitutivo, de un delito contra la fauna, que puede suponer una pena de prisión de hasta 2 años.
Ante las pruebas incriminatorias, a ambos se les instruyó diligencias como presuntos responsables de un delito contra la flora y la fauna y fueron remitidas al Juzgado de instrucción de Castuera.
Ahora, la Guardia Civil investiga si el destino final de estas aves era el comercio clandestino o para consumo propio.
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