Plasencia tendrá que esperar al menos hasta 2042 para ver reabierto el Ruta de la Plata
El Gobierno supedita la reapertura a un plan de viabilidad y descarta avances antes de 16 años por falta de demanda empresarial
Plasencia, eje estratégico del olvidado trazado ferroviario de la Ruta de la Plata, ve alejarse la posibilidad de recuperar su conexión ferroviaria hacia el norte. ... Al menos hasta 2042 no se espera que la línea esté operativa. Y eso, en el mejor de los casos. Así lo ha dejado entrever el comisionado del Gobierno para el Corredor Atlántico, José Antonio Sebastián, en una reciente entrevista al medio especializado Trenvista.
Su mensaje ha sido claro y, para muchos, desalentador. «Todos los estudios previos, declaraciones de impacto ambiental y la construcción tomarían mínimo 16 años en una obra normalita y sin que haya problemas», ha explicado Sebastián, reconociendo abiertamente los enormes plazos y complejidades que implica la recuperación del trazado ferroviario entre Plasencia y Astorga. Se trata del tramo más extenso de los actualmente en desuso dentro del histórico eje ferroviario que unía Gijón con Sevilla, y cuya reapertura supondría una transformación profunda para localidades como Plasencia.
La capital del Jerte, que durante años ha reivindicado la vuelta del tren con fuerza desde su Ayuntamiento, Cámara de Comercio y tejido empresarial, ve con frustración cómo las prioridades del Estado parecen situarse en otros corredores. Sebastián lo ha expresado con franqueza: «No hay una demanda empresarial clara, a diferencia del Mediterráneo, donde sí existe un clamor del sector privado. El Estado prioriza donde hay demanda real y potencial de crecimiento».
Según el Comisionado, en el oeste no hay una demanda empresarial «clara», a diferencia del «clamor» del Mediterráneo
Frente a este argumento, desde Plasencia se viene insistiendo en la importancia de la Ruta de la Plata para la cohesión territorial, la lucha contra la despoblación y la sostenibilidad del transporte en el oeste español. Sin embargo, para el Ejecutivo central estas razones no son, por ahora, suficientes. Tal como ha detallado el comisionado, uno de los principales escollos es económico: «Cogiendo el estudio de Ineco que establece una media de 10 millones de euros por nuevo kilómetro de ferrocarril y que serían 240 kilómetros de línea, nos dan 2.400 millones de hoy. ¿Para qué tráfico potencial?»
El futuro inmediato del proyecto está, además, condicionado por un estudio de viabilidad técnica y económica que el Gobierno ha encargado a una consultora externa. Ese informe no estará listo hasta principios de 2026, y de su contenido dependerá en buena parte si el proyecto logra al menos mantenerse con vida sobre el papel. A día de hoy, la Ruta de la Plata figura en la red global de la Red Transeuropea de Transporte, cuya ejecución se fija para antes de 2050. Se aleja así la posibilidad de que se incorpore, como se pretendía desde Europa, a la red básica ampliada, que tendría como horizonte el año 2040.
Lo que más preocupa en Plasencia es la sensación de abandono institucional. La reapertura de la línea fue durante años una promesa intermitente, utilizada en campañas electorales y apoyada por amplios sectores de la ciudadanía. Sin embargo, las palabras del comisionado evidencian que no hay, al menos de momento, un compromiso firme por parte del Ejecutivo: «Nosotros, una de las cosas que más estamos haciendo es reunirnos con las empresas para intentar generar demanda».
Ese giro hacia la iniciativa privada supone un cambio de enfoque respecto a anteriores etapas de planificación ferroviaria en España. La apuesta estatal, insiste Sebastián, está en invertir donde se percibe «demanda real y potencial de crecimiento». Y por ahora, el oeste peninsular no parece cumplir con esos requisitos según el diagnóstico oficial.
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