Una noche de arte, música y patrimonio en Plasencia
Plasencia Abierta. Más de 50 propuestas convirtieron el casco histórico en un gran escenario
J. C. R.
Domingo, 14 de septiembre 2025, 02:00
Plasencia vivió anoche una de esas jornadas que confirman que el arte y el patrimonio, cuando se derrama por las calles, se convierte en una fiesta colectiva. La última edición de Plasencia Abierta desplegó más de 50 propuestas en rincones y plazas del casco histórico, y lo mejor de todo: la lluvia, tradicional enemiga del programa, decidió esta vez dar tregua.
Desde primera hora de la tarde, la Torre Lucía se llenó de familias, parejas y curiosos. Allí la compañía Orain-Bi Zirko-Teatro presentó un espectáculo de circo que arrancó carcajadas y aplausos de niños y mayores, fascinados con los malabares.
A pocos metros, en Santa Ana, el folclore y la danza encendieron la tarde con grupos locales. Cada coreografía recibía un aplauso como si el público estuviera viendo bailar a sus propios vecinos. Por las tablas pasaron Chispa, la Escuela de Danza de la Diputación, Lunares y Nieves Martínez.
La ciudad era un tablero de experiencias: en el Alkázar, la obra 'A las ocho y veinte' atrapaba al espectador con un teatro cercano y fresco, mientras en Las Claras el bailaor Álvaro Murillo sorprendió con su flamenco vanguardista.
La música, como siempre, fue la gran columna vertebral de la noche. En la Plaza de San Martín, los ritmos rockeros de Punkornio hicieron saltar a los más nostálgicos. Luego siguieron Los Farelli y Bellotaris Fallecidos. Mientras, en la Plaza de la Catedral se vivía otro clima: guitarras delicadas, versos de Mario Obrero y la voz de Elia Pérez creando un silencio reverente entre centenares de personas. Más tarde, El Portal de Carmen rompió esa calma con un broche festivo. En otra punta de la muralla, el estreno de la Puerta del Sol como escenario nocturno con DJs resultó todo un acierto. Los niños también tuvieron su espacio en la minidisco de Funámbulus, donde los padres acabaron contagiados de la coreografía.
Y entre concierto y concierto, no faltaban quienes preferían perderse en exposiciones y muestras: desde los pasos de Semana Santa de Santo Domingo hasta la instalación 'Tiempo' de Caín Ferreras en la barbacana, pasando por una colección de fotografías en la Casa del Deán. También tuvieron gran afluencia la exposición colectiva 'Desde el Umbral' en la galería Beatriz Pereira y las propuestas de Las Claras, como 'Sabores y aromas de Sefarad' y 'El poder del arte'.
Las visitas guiadas volvieron a ser uno de los grandes reclamos. En el Palacio del Marqués de Mirabel, se agotaron todas las plazas, con grupos reducidos de 30 personas. Por su parte, el convento de las Carmelitas abrió sus puertas en pases conducidos por el arqueólogo Pedro Matesanz, que supo explicar con cercanía la historia y los secretos del lugar a un público que escuchaba agradecido.