Otro hermanamiento, 775 años después
Semana Santa. Plasencia y Talavera de la Reina renovaron ayer la hermandad de hace casi nueve siglos para tratar de conseguir el Interés Turístico Nacional para sus dos celebraciones
Los lazos de unión entre Plasencia y Talavera de la Reina son ya casi milenarios. La primera vez que las dos suscribieron su hermandad fue ... hace 775 años, un 27 de noviembre de 1248. Entonces, se trató de una alianza estratégica frente a los ataques del concejo de Ávila. Este sábado, ambas ciudades se han vuelto a encontrar para sellar el hermanamiento de sus Semanas Santas. Lo hicieron al más alto nivel institucional y en la capital del Jerte. Por parte extremeña, Fernando Pizarro, alcalde de Plasencia, y Juan Pedro Fuentes, presidente de la Unión de Cofradías de Plasencia. Por parte manchega, su alcalde José Julián Gregorio y el presidente de la Junta de Cofradías de Talavera de la Reina, Óscar Fernández.
En el discurso del alcalde de Talavera, como no podía ser de otra forma, hubo un recuerdo a aquel hermanamiento de 1248, que entonces se centraba en la ayuda mutua en el caso de ser atacados por los caballeros de Ávila.
«Sabemos que Plasencia está trabajando muy duro para conseguir la declaración de Interés Turístico Nacional. Talavera de la Reina persigue ese mismo objetivo y, sin duda, este hermanamiento nos beneficiará a ambas ciudades», decía José Julián Gregorio en el salón de bóvedas del Seminario.
El primer edil de Talavera de subrayó que «los hermanos placentinos pueden inspirar y ayudar a la Junta de Cofradías y a nuestro Ayuntamiento, para que conozcamos la labor que habéis realizado hasta ahora; será sin duda una gran colaboración que dará sus frutos. En ese camino nos vais a ayudar para que la Semana Santa de Talavera y la de Plasencia obtengan la distinción que ya tienen ganada en el corazón de todos». También invitó a los placentinos a que conozcan la Semana Santa talaverana.
La primera hermandad
En el archivo municipal de Talavera de la Reina se conserva la primera carta de hermandad firmada con Plasencia, de 1248. Y en el archivo municipal de Plasencia se conserva otra carta de hermandad, del 4 de abril de 1274. En ambas, se tratan de establecer defensas comunes ante la inestabilidad de la época.
Para entender el primer hermanamiento, el de 1248, hay que remontarse a los orígenes de Plasencia. En 1189, Alfonso VIII realizó el amojonamiento de Plasencia (o división de los lindes) dando como límites del alfoz «en el sector oriental el río Tiétar y desde el río Tiétar la garganta de Chilla arriba hasta su nacimiento siguiendo posteriormente por la cumbre de la sierra». Y en 1205, Alfonso VIII deslindó los términos de Ávila desde el «lugar donde nace el Jaranda -donde cae en el Tiétar- hacia abajo donde cae en el Tajo».
Estas demarcaciones fueron fuente de conflicto entre los señores de Ávila y de Plasencia. El rey Fernando III de Castilla, años después, tuvo que mediar en las discordias por los límites de los términos jurisdiccionales, confirmando el amojonamiento de Alfonso VIII. La tensión nunca se acabó de disipar.
Tanto fue así que Plasencia ofreció a Talavera de la Reina firmar una alianza para frenar las acometidas de los señores de Ávila, tremendamente disgustados por el reparto de tierras en pleno proceso de Reconquista y de repoblación al sur de Gredos entre el siglo XII y el siglo XIII.
«Nos el concejo de Plazencia et de Talavera con saber de fazer mejor vida de consuma, et por nos defender a muchas fuerzas et a muchas tuertos e a muchas soberbias que sofrimos, et avemos sufrido grant sazón ha de muchas guisas del concejo de Avila, paramos nuestra amizdad de consuma firme y estable contra el concejo de Avila e contra quantos en su ayuda», rezaba aquella carta de 1248, rubricada con una segunda hermandad en 1271 para que «nos amemos e que nos ayudemos los unos a los otros contra todos los ornes del mundo que contra nos vinieren».
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