La empresa de limpieza busca cómo eliminar los orines de perro sin dañar los edificios en Plasencia
La falta de lluvias está motivando que los malos olores por las micciones se estén convirtiendo en un problema en el centro
El problema no debería existir si se cumpliera la ordenanza de tenencia de animales en la ciudad. Sin embargo, tal como la edil de Ciudadanos, Francisca García, ha denunciado en el último pleno, los orines de perro se están convirtiendo en un problema especialmente en el centro. Porque no se limpian y, por tanto, además de ensuciar fachadas de edificios públicos y privados, su olor empieza a ser también más que una molestia.
«La falta de lluvia que tenemos está agravando la situación porque con la lluvia se limpian los orines», explica el alcalde, Fernando Pizarro.
Pero a la falta de lluvia en estos meses se une las quejas de los vecinos por el método empleado por la adjudicataria de la empresa del servicio de limpieza, precisamente, para eliminar la suciedad de calles y edificios del centro.
«Son dos las limpiezas extraordinarias que vienen realizando al año, pero es cierto que las mismas generan quejas de los vecinos», reconoce el alcalde. «No solo porque, al tener que cerrar las calles para llevarlas a cabo, estas limpiezas extraordinarias se realizan por las noches, sino porque también la maquinaria que se utiliza genera muchos ruidos», explica Pizarro.
Además, «los fuertes chorros de agua con los que se limpian las paredes de los edificios para eliminar los orines, han provocado algunos problemas de humedades en algunos de ellos». De ahí que «desde la empresa de limpieza se estén probando diversos productos y otros métodos para evitar que la limpieza genere problemas en los edificios».
Multas desde 251 euros
No obstante, el Ayuntamiento recuerda que los dueños de perros están obligados desde diciembre de 2018 a limpiar los orines, además de a recoger sus excrementos. De hecho, para introducir esta obligación se modificó entonces la ordenanza de tenencia de animales. Precisamente con el objetivo de evitar que las micciones ensucien el mobiliario urbano, las fachadas de los edificios sean históricos o no y el pavimento en general.
El incumplimiento de esta norma se considera una infracción grave y la sanción va desde los 251 hasta los 500 euros. Y para concienciar a la población sobre la necesidad de cumplir con la norma en favor de la ciudad, Servicios Municipales llevó a cabo después de su entrada en vigor una campaña en la que repartieron bolsas para los excrementos y botellas de agua para los orines. Pero lo cierto es que a día de hoy la limpieza de los orines no está extendida y que, por eso, la suciedad y olores que originan van a más. Especialmente en la zona centro.
