La edil Mavi Mata denuncia por acoso ideológico a la anterior número 3 de Levanta Plasencia

La primera denuncia llegó de Soraya González a Mavi Mata por el desencuentro que tuvieron en un bar del centro de la ciudad a raíz de una fotografía. En un momento dado, tomó una fotografía con su móvil del escenario del karaoke, en el que estaban cantando varias mujeres, entre ellas Mata.

Entonces, se acercó Mavi Mata y pidió que borrara la foto. Soraya González respondió a Mata que había tomado la imagen porque la persona que se encontraba en el escenario era conocida suya. A partir de ahí, dependiendo de la versión, el altercado tuvo más o menos virulencia o más o menos responsabilidad.

El caso es que Soraya González, sintiéndose agraviada, decidió denunciar a la pareja en la comisaría de la Policía Nacional (al marido, por intento de agresión) y, el pasado lunes, hacerlo público en un medio de comunicación. Fue a través de la prensa cuando se enteró Mavi Mata de la denuncia, que, este martes, ha decidido responder con una denuncia por acoso y dar explicaciones ante los medios de comunicación. Según dijo, el conflicto viene de largo.

«Lleva más de un año haciéndome la vida imposible, a mí y a mi familia, lo que ha provocado que hasta que me mude de casa», explicó Mavi a la salida de la comisaría, que quiso dejar claro que la denuncia de Soraya González «está llena de mentiras y falsedades».

Mavi Mata defendió su labor como cargo público y reconoció el disgusto por «tener que estar hoy aquí y recurrir a una denuncia ante la policía como último mecanismo de defensa frente a una actitud obsesiva de acoso continuado por parte de una persona que, desde hace tiempo, viene manifestando una inquina irracional hacia mí y hacia mi familia».

Soraya González y Mavi Mata han sido vecinas hasta hace poco y su día a día ni mucho menos ha sido pacífico. «Ha dificultado la convivencia hasta el punto de haber tenido que llamar a la policía en varias ocasiones, ha llegado a insultarme llamándome «podemita de mierda» a las 5 de la mañana con un altavoz, incluso a increparme en el ascensor. En mi caso, hay un agravante. Su acoso se debe a mi condición de representante pública y por motivos de ideología política, con insultos constantes en este sentido».

Sobre el detonante de la última discusión en el karaoke, Mata explicó que «me grabó sin permiso mientras estaba en una actividad de ocio y sin conocer para qué fin era esa grabación. No entendemos la publicación de esta denuncia, sin ningún recorrido judicial y 20 días después del suceso, si no es con la intención de dañar la imagen pública de quienes ostentamos un cargo».

La concejala de Unidas Podemos, que rompió a llorar tras explicar el caso, aseguró que «lejos de debilitarnos, nos hacen más fuerte porque nos demuestra que es más importante que nunca alzar la voz contra quienes con acoso, odio y manipulación pretenden manejar la opinión pública. Nosotras seguiremos trabajando por Plasencia y construyendo un mundo mejor para nuestros hijos e hijas. Eso sí, no voy a transigir ni un ataque más de esta persona, a mí, y a mi familia».