50 años de la visita de los payasos de la tele a Plasencia
Los payasos de la tele ·
Hoy se cumple medio siglo de la histórica visita del gran circo de TVE a Plasencia, un momento que marcó a toda una generaciónEra el verano de 1975, el último de un régimen que se desmoronaba lentamente. Franco, enfermo y ya alejado de la vida pública, se mantenía ... como una sombra pesada en una España que intuía el cambio que se avecinaba. La economía sufría las consecuencias de la crisis del petróleo: la inflación se disparaba, escaseaban productos básicos y el mercado laboral comenzaba a resentirse. En muchas casas del norte de la región, el dinero apenas alcanzaba para lo justo, y el ocio seguía siendo un lujo ocasional.
Plasencia era una ciudad modesta, con apenas 25.000 habitantes, donde convivían los ecos de la tradición con los primeros signos de modernidad. La televisión había irrumpido con fuerza en los hogares, y los niños –ya más familiarizados con la pantalla que con la radio– tenían nuevos ídolos: cuatro payasos entrañables que, a la hora de la merienda, los hacían reír y cantar desde el televisor en blanco y negro. Quienes no tenían tele se autoinvitaban a casa del primo o del vecino. O incluso bajaban al bar.
Por eso, cuando se anunció que Gaby, Fofó, Miliki y Fofito actuarían en la plaza de toros de Plasencia el sábado 26 de julio, la noticia corrió como un reguero de pólvora alegre por la ciudad y las comarcas. Quienes vivían en pueblos como Hervás, Malpartida de Plasencia, Montehermoso o Aldeanueva supieron enseguida que no podían faltar. Para muchos niños era la oportunidad única de ver en carne y hueso a sus héroes televisivos. La televisión salía del salón de casa para colarse en la plaza de toros, transformando por un día el viejo coso taurino en un circo de risas y canciones.
Cincuenta años después, aquella tarde mágica sigue viva en la memoria de quienes entonces tenían cinco, ocho o diez años. Hoy, convertidos en abuelos o padres de adultos, recuerdan con emoción aquel momento en que la ilusión infantil tomó forma de nariz roja y trajes coloridos.
Mientras el país vivía un tiempo de incertidumbre, los payasos de la tele hacían historia desde la pequeña pantalla. Su programa, 'El gran circo de TVE', había logrado algo insólito: reunir a padres, hijos y abuelos frente al mismo aparato. Con un humor blanco, tierno y participativo, Gaby, Fofó, Miliki y Fofito se habían convertido en parte de la familia.
Su visita a Plasencia formaba parte de una corta gira estival antes de su regreso a los estudios de televisión. La expectación fue inmediata, aunque las entradas –especialmente las de silla– resultaron caras para muchos bolsillos. Aun así, los tendidos de la plaza registraron una gran entrada, con cientos de niños y niñas acompañados de sus familias. Muchos se sentaron en el suelo; otros, sobre los hombros de sus padres para no perder detalle.
A las ocho y media de la tarde comenzó el espectáculo. Primero llegaron los números de circo que precedían la actuación principal. Los perros amaestrados y los malabaristas no entusiasmaron, pero el número de equilibrio sobre rulo y tabla arrancó sinceros aplausos de grandes y pequeños. Todo era un aperitivo.
Y entonces ocurrió lo que todos esperaban: apareció Gaby en escena con su saludo clásico: «¿Cómo están ustedes?». La respuesta, atronadora, no dejó lugar a dudas: el público estaba más que preparado. Tras él salieron, uno a uno, Fofó, Miliki y Fofito, y el entusiasmo creció aún más.
En escena desplegaron todo su repertorio: sketches cómicos, bromas visuales, improvisaciones y, sobre todo, participación del público. Uno de los momentos más celebrados fue el concurso de baile, en el que cinco niños y cinco niñas subieron al escenario para emparejarse y bailar un ritmo moderno. La pareja más aplaudida se llevó un premio, y el resto recibió caramelos.
La parte final del espectáculo fue una celebración musical. 'La gallina turuleca', 'Hola, Don Pepito' o 'Susanita tiene un ratón' sonaron como himnos compartidos entre generaciones. Todos cantaron. Aquella plaza de toros, escenario habitual de faenas taurinas, se transformó por un día en un teatro popular. Terminada la actuación, comenzó una nueva función: la de los abrazos, los autógrafos y las fotos. Decenas de niños se agolparon junto a la enfermería, convertida en camerino, para ver de cerca a los payasos. El acceso fue complicado, y los artistas apenas pudieron salir entre la multitud.
Miliki, amable y paciente, atendió a Francisco Sánchez Manzano, legendario periodista de HOY. «He visto a los niños de Plasencia encantadores, comunicativos, con ganas de participar. Y lo han hecho de lleno», dijo. También adelantó que en septiembre volverían a televisión con un formato renovado, con atracciones internacionales y un especial de Navidad que prometía maravillas. Cuando le preguntaron si le molestaba el acoso del público, respondió con sencillez: «Si son criaturas, no nos molestan en absoluto».
Fofó, que esa tarde derrochó ternura como siempre, fallecería menos de un año después, en junio de 1976. Su muerte conmocionó al país entero. También la de Miliki, en 2012. Antes de irse, quiso rendir tributo, en forma de discos, a sus niños de 30 y de 40 años. Si hubiera podido, hoy, habría regalado un nuevo álbum: 'A mis niños de más de 50 años'.
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