'Verano azul'
'Verano azul' instauró un paraíso en la memoria sentimental de los españoles
Según la escritora Mercedes Cebrián, la pandilla de 'Verano azul' era «la sinécdoque de lo que se deseaba que fuese el pueblo español». Una generación ... que llegó a la mayoría de edad en democracia y que hoy se solaza en la nostalgia viendo la serie (en RTVE Play y Prime Video). Para Guillermo López, director de la revista 'Salvaje', la obra de Antonio Mercero ha construido nuestra mirada sobre el verano durante cuatro décadas. Recordamos más las aventuras de Piraña, Tito, Pancho y compañía que nuestras propias vacaciones infantiles.
'Verano azul' instauró un paraíso en la memoria sentimental de los españoles. Lo convocamos silbando la tonadilla de Carmelo Bernaola a lomos de una bici aunque jamás hayamos pisado Nerja. Cada vez que llega el calor, en mi casa toca volver a ver episodios que nos sabemos de memoria: el de la huelga de silencio de la pandilla, el de la bofetada a Javi, el de la botella con mensaje en Cala Chica, el del ídolo musical, el del hippy extraterrestre...
Hay algo reconfortante en recorrer calas y senderos de la costa malagueña que seguramente hayan desaparecido por culpa de la especulación inmobiliaria. Ya lo alertaba Mercero, que en cada episodio derramaba moralina sobre un tema 'grave', del divorcio a la ecología, de la menstruación a la muerte de Chanquete, sin duda el gran trauma colectivo de la Transición.
Nada tiene que ver la España actual con la de comienzos de los 80. Apenas hacía dos décadas que conocíamos lo que eran las vacaciones pagadas, mirábamos a los guiris con admiración y el Mediterráneo no era una bañera de caldo. Hasta aquellos que odian 'Verano azul' tienen que admitir que ninguna otra serie ha conformado con tanta intensidad su memoria sentimental.
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