'Lady Bird', retrato emocional de una adolescente

Un dato curioso el que nos ofrece el listado de estrenos de este fin de semana. Los tres lanzamientos principales, el que ocupa estas líneas, 'Yo, Tonya' y 'La enfermedad de domingo', reflejan las relaciones complicadas entre una madre y su hija. Tres películas muy diferentes tratan un tema similar, con personajes femeninos con carácter como protagonistas, a escasos días de la celebración del 8 de marzo.

'Lady Bird' está escrita y dirigida por Greta Gerwig, nominada al Oscar a la Mejor Dirección. Es su primera película en solitario, segunda en su carrera tras rodar junto a Joe Swanberg la discreta 'Noches y fines de semana' y labrarse una sólida trayectoria como actriz indie con hits como 'Frances Ha'. Firma precisamente un debut modesto, puro cine independiente, cuyo reparto deslumbra, con la joven Saoirse Ronan al frente, ganadora del Globo de Oro. El relato parte de experiencias vitales de la propia escritora y realizadora para plantear diversos problemas existenciales conectados con los lazos familiares. El retrato emocional del vínculo agridulce entre una mujer (Laurie Metcalf, incomprendida progenitora) y su hija adolescente es descrito con una agradecida comicidad desde la propia cotidianeidad, terreno en el cual el filme se mueve como pez en el agua.

'Lady Bird', nominada a cinco Oscar, incluyendo la estatuilla dorada a Mejor Película, revela a Gerwing como una voz personal cuya pista hay que seguir. Narrativamente se explaya con un llamativo ritmo de montaje, cercano al videoclip en algunas secuencias, con elipsis eficaces que permiten a la acción avanzar sin que perdamos en ningún momento el hilo de una historia que ocurre a comienzos del siglo XXI en Sacramento, California, época retratada con mimo, cuando todavía las redes sociales no estaban presentes en nuestras vidas, pero la cultura del éxito ya estaba instaurada.

Saoirse Ronan actúa con una naturalidad arrebatadora. Interpreta a una chica a punto de cumplir los 18 años con las hormonas a flor de piel y muchas ganas de llevar la contraria. Muestra una sensibilidad e inteligencia por encima de la media. Hace llamarse Lady Bird para desmarcarse del nombre que le dieron sus padres, Christine, y reafirmar así su diferencia respecto a aquellos que le rodean, a los que observa con la soberbia de quien tiene miedo a lo desconocido, a crecer.

La religión está muy presente en 'Lady Bird'. En general, las creencias. Christine estudia en una escuela católica. Está a las puertas de ir a la universidad, acaricia la supuesta madurez, con lo que ello conlleva para ella y su familia. El sexo y la amistad en plena pubertad están presentes en esta conmovedora visión de las relaciones que nos modelan que se apoya en el humor para aliviar su discurso.

El paso a la edad adulta no suele ser un camino de rosas, máxime cuando chocas continuamente con la persona que te dio la vida. En el fondo, madre e hija esgrimen personalidades parecidas, por no decir iguales, de ahí la confrontación entre ambas, moviéndose entre el amor y el odio, eje principal de un filme sobre la aceptación de uno mismo y sus circunstancias, con nuestras contradicciones.

Lo que acontece refleja a su vez la realidad económica de un país que se cree ganador por encima de todo y de todos, con una actitud prepotente que siembra la insatisfacción en su gente.

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